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¡Todo debe cambiar!


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cuestión.

      Sin embargo, no deja de ser cierto que este intento de etiquetar la Covid-19 de «virus chino» puede dañar a China a corto plazo. Cuando China dice: «Vamos a construir un tren de alta velocidad que irá directo hasta Turquía», hay quien puede pensar «Vamos a replantearnos este tema porque ¿de verdad queremos que los virus lleguen así de rápidos desde China hasta Italia?». A corto plazo, la Iniciativa de la Franja y la Ruta se verá afectada a consecuencia de esta barrera ideológica, pero, seamos sinceros, ¿dónde está la competencia? La estrategia del Indo-Pacífico que el Gobierno estadounidense está impulsando carece de fondos suficientes porque no hay fondos estatales que puedan suscribir el desafío de Estados Unidos a la IFR. Al crear esta infraestructura, lo que China hace es buscar nuevos mercados. Se trata de un nuevo orden internacional y es evidente que tiene su propio interés, pero muchos de los países en los que está invirtiendo no tienen la capacidad de aportar fondos para crear su propia infraestructura. Así pues, sí, habrá un efecto a corto plazo sobre la IFR, pero con el tiempo volverá a ponerse en marcha.

      Srećko: Además de la gripe española y el cólera también está la peste negra. Si pienso en ella, me parece que su perspectiva teórica a largo plazo es muy provechosa. La peste también «vino desde» China a través de la Ruta de la Seda y tardó unos diez años en llegar a Europa, a Venecia y, sobre todo, a las ciudades mediterráneas. Sin embargo, en realidad no «vino desde» China en el sentido de que, aunque se originara en China geográficamente, fue una consecuencia del ataque del imperio mongol años antes. Los mongoles crearon los cimientos para la expansión de la plaga. Del mismo modo que hoy la «Nueva Ruta de la Seda» está asentando los cimientos para la circulación del virus, en aquel tiempo, los guerreros y los comerciantes mongoles estaban trayendo la plaga a Europa. Me fascina hasta qué punto, tal y como dijo Hegel, si hay algo que aprendemos de la historia es que no aprendemos nada de la historia. Estas comparaciones históricas demuestran que necesitamos una perspectiva a largo plazo que mire hacia el futuro. La situación actual es mala y será peor en los próximos meses, pero tenemos que empezar desde ahora a construir el mundo después de la Covid-19, el mundo que llegará dentro de uno o dos años. Insto a todo el mundo a leer los dieciséis puntos presentados por el Instituto Tricontinental y la Asamblea Internacional de los Pueblos. Volviendo al tema de Europa, una pregunta que mucha gente se hace es si Italia dejará la Unión Europea o el euro después de la pandemia.

      Vijay: Esto nos devuelve a la pregunta «¿Qué es la Unión Europea?». Con lo cual quiero decir: ¿Qué es una «unión» en primer lugar? ¿Qué es una comunidad de pueblos? Si los países europeos son incapaces de ayudarse mutuamente en tiempos de crisis, ¿qué sentido tiene formar parte de un mismo marco normativo? Esta es la pregunta que los italianos pueden llegar a plantearle a Bruselas cualquier día. Grecia también lo podría haber planteado en estos términos tras la crisis financiera de 2008, de hecho, Yanis Varoufakis lo hizo siendo ministro de economía. Si la Unión no va a negociar con una actitud humana y solidaria entonces ¿qué sentido tiene que Grecia forme parte de la eurozona? En mi opinión, la pregunta que hay que hacer en cualquier tipo de unión, ya formes parte de un proceso comunitario, una unidad de naciones o una unidad dentro de una nación, es: «¿Para qué sirve nuestra unión?». Cada país se ha de preguntar: «¿Para qué sirve el Estado?». Si estas instituciones no nos ayudan en tiempos de crisis, entonces ¿por qué hemos de formar parte de ellas? Creo que esta es una pregunta muy importante. Desde países como Italia, la auténtica pregunta para Europa es: «¿Dónde estabais en los tiempos de la crisis?».

      Srećko: Por desgracia, estamos viendo que el rol de muchas instituciones en tiempos de crisis refleja lo que Carl Schmitt describió como «el estado de excepción». Basta con mirar a Hungría para ver cómo aprovechan la situación aquellos para quienes esta crisis se presenta como un sueño hecho realidad. Esta es una perspectiva, pero hay otra, más esperanzadora, y es la que estamos intentando desarrollar. Dejemos Europa de lado unos instantes para adentrarnos en la situación en la India. ¿De qué modo puede el Gobierno de Modi salir beneficiado de esta crisis, dado que hizo oídos sordos a las masivas protestas que hubo contra él antes de la pandemia de Covid-19? ¿Ha habido muchas movilizaciones por parte de las pequeñas estructuras cooperativas para combatir la pandemia?

      Vijay: Es difícil decir cómo saldrá beneficiada la administración Modi, pero una cosa que debemos tener en cuenta es que Modi sabe ser popular. Fue muy absurdo el domingo cuando le dijo a la gente que saliera a la calle e hiciera ruido para dar las gracias al personal médico. ¿Qué sentido tiene si, como Gobierno, no estás abasteciendo al personal sanitario con los suministros que necesita? Me parece un tipo de política demagógica muy peligrosa. Los que están en primera línea de la crisis necesitan el apoyo del Gobierno, necesitan guantes, mascarillas y todo tipo de equipamiento. El Gobierno tiene que dejar de producir basura y empezar a producir estos productos. Tienen que cambiar las líneas de producción, como lo hizo China —y por eso dispone de una enorme cantidad de material sanitario que puede suministrar a otros—. Para mí, el Gobierno de Modi es inútil, pero sabe manipular la opinión pública de un modo muy hábil. Por lo que respecta a la segunda pregunta, mi colega Subin Dennis y yo acabamos de publicar un artículo sobre la respuesta del Gobierno de izquierdas en Kerala ante la Covid-19.11 Promueve eslóganes como «romper la cadena» y «aislamiento físico, pero unidad social». La actuación pública ha sido determinante. Lo que hay en un estado como Kerala, con sus 35 millones de habitantes, es una población altamente organizada y educada con un porcentaje de alfabetización de casi el 100 % y que cuenta con unos sólidos sindicatos, organizaciones de mujeres y cooperativas. Hay una cooperativa femenina de nombre Kudumbashree que cuenta con 4,5 millones de miembros. La gente está muy comprometida y organizada, y esto significa que la actuación pública es inmediata. Cuando el Gobierno anunció las medidas que iba a tomar para frenar la expansión de la Covid-19, los sindicatos se movilizaron al momento para ir a las paradas de autobuses y colocar lavamanos con desinfectantes. No lo hizo el Gobierno, lo hicieron los sindicatos. Kudumbashree comenzó a fabricar mascarillas a gran escala. Lo que quiero destacar es que el relativo desmembramiento de las instituciones sociales de nuestros países es equiparable al desmembramiento del Estado y son parte de ello. En líneas generales, los sindicatos han desaparecido. El hecho de pertenecer a una organización es crucial para crear una sociedad humana, pero la gente se está individualizando. Como ha comentado antes, usted entra a formar parte de las redes sociales y la gente se está quejando de su aislamiento en sus casas. Si formaran parte de alguna organización social, encontrarían el modo de unirse y hacer algo productivo para su sociedad. En Kerala, gran parte de la población son jornaleros. ¿Cómo les haces llegar algo como «romper la cadena»? ¿Cómo consigues que las zonas donde viven sean higiénicas? Pues con una buena organización y poniéndoles unos lavamanos al aire libre, trayéndoles desinfectante e incidiendo sobre la importancia de mantener la distancia. La actuación pública es básica, pero no puede existir en una sociedad donde la organización social brilla por su ausencia. Tenemos que crear instituciones sociales junto a las instituciones públicas.

      Srećko: Entiendo el papel de la tecnología del mismo modo. Lo que ha demostrado la crisis de la Covid-19 es que a pesar del distanciamiento existe más cooperación social que nunca. Está claro que ya no podemos sacar nuestras políticas a la calle, pero es una ocasión fantástica para unirnos en línea. Le estoy muy agradecido por esta visión que propone no centrada en Occidente y, volviendo al tema del internacionalismo de Cuba, me pregunto cómo le respondería a un crítico que argumentase que Cuba solo está enviando sus médicos al extranjero para ganar divisas con las que comerciar.

      Vijay: Se lo planteo de esta manera: me tomaría en serio a ese crítico si viera médicos alemanes, estadounidenses, canadienses o británicos ir a sitios como Italia, pongamos por caso. Si viéramos viajar a médicos de estos países privilegiados entonces podríamos hacernos preguntas como: «¿Está Cuba metida en esto por las divisas?». Tan solo pensarlo ya es una consideración notable. Hemos visto a los médicos cubanos ir a África Occidental, a Sierra Leona y otros lugares durante la crisis del ébola. Uno de ellos se contagió, volvió a Cuba, se curó, escribió sobre el caso y regresó para hacer trabajo de campo. Pienso que es muy deshonesto decir que estos médicos son meros instrumentos del cambio de divisas. Les diría a los conservadores políticos que mantienen esta perspectiva: «Vale, ¿por qué no vais a primera