que ha llegado a la academia. En esa dirección, la autora, de la mano de dos grandes figuras del pensamiento en el siglo XX, Deleuze y Heidegger, demuestra que el pensamiento es peligroso y se asume como un acontecimiento que precisamente busca cuestionar los cimientos de esas formalizaciones.
Esta problematización sobre la academia, la política y el pensamiento se entrelaza con la concepción de la escuela, pues en esta se observa que muchos problemas recaen directamente en la formación de los niños. En ese sentido, aparecen los problemas teóricos que se inscriben en el ser mismo de la escuela contemporánea, y de allí la necesidad de analizar en su complejidad discursiva, práctica social y de poder, los efectos sobre la formación, la subjetividad y los discursos pedagógicos en el campo de la educación, a los que ha dado lugar la obra y las nociones construidas por Basil Bernstein, específicamente, en el desarrollo de conceptos centrales para la educación como lo son la trasmisión y la adquisición de la cultura. El capítulo apunta a la relación entre cultura y escuela, y su funcionamiento dentro del aparato teórico del lenguaje y la sociedad.
A partir de esto, se mantiene la pregunta por la educación en los últimos capítulos del libro; el primero plantea el problema de la enseñanza de la filosofía, sobre las técnicas e instrumentos que serían necesarios para hacer de la filosofía un saber efectivo. Se cuestiona la filosofía que, por académica, obvia la labor de transmisión que le es inmanente, dada la posibilidad de constituirse en elemento de creación y posibilitador de pensamiento y análisis.
En último término encontramos un texto que nos presenta la relación problemática entre cultura y civilización. Relación que se instituye dentro de los sistemas educativos, pero, a su vez, estos se ven limitados para capturar la totalidad de su dimensión. Es decir, la escuela no contiene toda la trasmisión de la cultura, y para que este proceso sea efectivo son necesarias otras instancias que superen la mera institución para instalarse en la civilización misma. Pues, gracias a esa trasmisión, la misma civilización conduce y caracteriza a sus individuos, aplica normas y costumbres que separan al hombre de su naturaleza, al menos es su pretensión, para lograr su exitosa vinculación al mundo de la cultura y de la civilización.
El libro muestra los procesos académicos que se han ido construyendo a lo largo del tiempo entre estudiantes y profesores de distintos niveles: profesores y estudiantes de universidad y de educación preescolar, básica y media, en instituciones de educación formal pública y privada categorizadas en distintos estratos sociales. La formación académica, la enseñanza determinada por la construcción de problemas, el análisis, la disciplina de estudio, la lectura, la escritura, la conversación, la revisión, la corrección, la sustentación, la defensa y la argumentación, son prácticas de formación concretas que dan razón del recorrido del estudiante y del profesor; pues, es claro que no existe preeminencia del uno sobre el otro, sino trabajo académico conjunto, el cual, según el lugar y las distinciones propias de cada uno, hacen posible la producción académica de uno y otro. Esta experiencia académica muestra cómo a través de la escritura se posibilita el pensamiento, no como un campo único, bajo un solo análisis y un único punto de vista, sino como una multiplicidad que se expresa en la diversidad de redes y conceptos que permiten una mirada compleja sobre un mismo campo problemático cuando se trata de la enseñanza y el aprendizaje en el aula de clase.
Daniel Ernesto Osorio
Primera Parte
POLÍTICA
La libertad kantiana desde la razón teórica
Yerson Y. Carrillo-Ardila1
La libertad dentro de la filosofía de Immanuel Kant (1724-1804) es uno de los conceptos claves de las reflexiones que surgen a partir de su filosofía moral, política y de la historia. No obstante, es necesario reconocer que tal concepto inicialmente es trabajado por Kant en la Crítica de la razón pura (KrV) como el resultado de un conflicto entre las facultades del entendimiento y la razón; es decir, que la locación del problema del libre albedrío es teórico y no práctico. Lo anterior sugiere que una revisión al concepto de libertad en Kant debe estar mediado por una comprensión puntual de categorías claves tales como leyes, necesidad, incondicionalidad, causalidad y otras tantas derivadas de la razón especulativa, para comprender cómo la libertad posee un valor central dentro de la filosofía moral. Con fundamento en lo anterior, este capítulo académico muestra una reconstrucción compatibilista de la libertad, tomando como base exclusivamente la lectura de la razón teórica kantiana.
Es pertinente mencionar que si bien Kant expone el concepto de libertad de forma más desarrollada en escenarios tales como la Crítica de la razón práctica (KpV)2 desde el punto de vista de reconocerla, dirá Àlex Mumbrú, como el objeto de una racionalidad práctica3 que alcanza incluso a ser un concepto cumbre para el desarrollo de una educación moral y atenta a los avances de la Ilustración, como se expresa en sus conferencias sobre Pedagogía (Päd), las cuales fueron recogidas por Friedrich Theodor Rink, y que en última instancia se presenta como categoría que nos ayudaría a reconocer una búsqueda de la ley moral a través de textos como la Fundamentación para una metafísica de las costumbres (GMS)4 o la Metafísica de las costumbres (MS)5, como lo expone Luciano Vorpagel6; nuestro problema y locación está enteramente dentro de la filosofía especulativa kantiana. Lo anterior se debe a que allí surge el concepto de libertad.
Ahora bien, la libertad es tratada inicialmente por Kant como un problema cosmológico en el que se plantea cómo el ser humano en cuanto ser libre se inserta en el mundo físico como generador de causalidad gracias a su deliberación. Por ello, este capítulo académico tiene como propósito central exponer la forma en que Kant concibe la libertad desde la razón especulativa o teórica, a fin de comprender la clave de la filosofía práctica kantiana desde la perspectiva de la Crítica de la razón pura (KrV)7.
Para lograr tal objetivo es imperativo reconstruir la tercera antinomia de la razón, la cual surge como una suerte de conflicto entre dos tesis que parecen ser correctas de modo separado, pero incompatibles una vez juntas. El análisis de esta nos permite comprender en qué sentido, para Kant, la libertad no es algo caprichoso, sino que es un tipo de causalidad que, si bien no se puede conocer, sí es algo que se puede pensar como principio de un mundo inteligible, tal y como lo expone Henry Allison8. Así pues, la libertad surge en la primera crítica (KrV), donde se establece la posibilidad de la libertad trascendental mediante la resolución de la tercera antinomia, y ya para la segunda crítica (KpV) sí se establece la conexión entre la libertad y la ley moral.
Nuestra ruta de trabajo para este capítulo académico está dividida en tres momentos. Primero, expondremos cómo la tercera antinomia, la cual presenta un problema cosmológico, nos permite reconocer dos tesis con respecto a la causalidad, lo cual implica que en efecto tenemos un conflicto que se resume en una disyuntiva: o nuestras acciones están en su totalidad determinadas por leyes naturales o sencillamente podemos ser libres dentro de un mundo determinado.
Segundo, mostraremos cómo queda resuelta la antinomia con dos causalidades que en principio parecen ser excluyentes. Como veremos, la salida kantiana resulta, en líneas generales, compatibilista, por cuanto muestra que la libertad y el llamado determinismo causal no necesariamente entran en contradicción; esto bajo la interpretación que realiza principalmente Allison, el cual realiza una lectura epistémica de la antinomia versus una lectura ontológica9.
En tercer lugar, expondremos cómo, a partir de la anterior lectura, resulta adecuado adoptar una distinción crítica en relación con los seres humanos, entre un carácter fenoménico y otro inteligible. Lo planteado en estas secciones constituirá la noción de libertad desde una revisión enteramente epistemológica y teórica, la cual Kant tomará como punto de partida en su filosofía moral y de la historia, escenarios filosóficos igualmente pertinentes y amplios dentro de la filosofía de Kant, los cuales, por lo pronto, desarrollaremos de forma muy enunciativa; empero, podrán ser atractivos de evaluar a partir de la perspectiva teórica que presentaremos.
El