Garcia Manuel Emídio

Memorias de posguerra


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de Posada lo que quieras pero fuera del círculo de contemporáneos esa crítica no llegó al pueblo. Es una cuestión de cierto gusto. Un grabador auténticamente popular. La obra de Posada está por encima de cualquier crítica. Para hablar de Posada hay que pensar en su tiempo, cómo trabajaba, al pie de la imprenta y haciendo trabajos de encargo. Posada merece una película. A ver si un día la hacemos. Ramón Gaya personalmente, buen amigo, tenía un criterio diferente.

      P.: Ramón Gaya y José Renau tuvieron una gran polémica sobre el cartel durante la guerra española.

      R.: No lo sabía. Soy amigo de ambos. No debemos intervenir en las divergencias de opiniones de los intelectuales. Ahora bien cuando el tema tiene una repercusión popular es otra cosa. Nosotros debemos dejarles que discutan.

      P.: ¿Los escritores españoles se integraron en la cultura mexicana?

      R.: Algunos se integraron bien. Integrados realmente es difícil decirlo. Es curioso pero los que más se integraron a este país, de corazón, fueron los andaluces. ¿Se ha fijado? Manuel Altolaguirre, Emilio Prados, Juan Rejano se adaptaron bien. José Bergamín les llamaba los «garabitos».

      P.: Sin embargo creo que los artistas lo tuvieron más difícil.

      R.: Sí, fue más difícil. Aquí vinieron muchos pintores españoles: Enrique Climent, Miguel Prieto, Arturo Souto. Creo que Miguel Prieto se integró mejor como diseñador gráfico en los periódicos. Quizás, por su trabajo diario, no pudo desarrollar mejor su obra pictórica. A Rodríguez Luna le fue mejor. Compaginó bien sus clases con sus pinturas. Integrarse en otro país nunca es fácil.

      P.: ¿Qué aportó el exilio español a México?

      R.: Para la idea del mundo que yo tengo y para cambiar las cosas de historias pasadas la emigración siempre es buena. A mí gustaría que el mundo tuviera una raza única. Imagínese el cambio que habría en el mundo si los arios fueran a África y los negros a Alemania. Ese sí que sería un cambio.

      Entrevista realizada en la ciudad de México el 19 de septiembre de 1981.

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      José Chávez Morado, pintor, México, 1986

      (Foto: Elsa Medina)

      José Chávez Morado, pintor, muralista y grabador nació en Silao, Guanajuato, 1909 y falleció en Guanajuato en el 2002.

      Tras hacer sus primeros estudios empezó a trabajar en la Compañía de la Luz de Silao (Guanajuato).

      En 1925 emigró al Estado de California en Norteamérica donde compaginó las tareas del campo con las bellas artes ganándose algunos dólares haciendo caricaturas.

      Años más tarde, en 1934, regresa a su país, se instala en la Ciudad de México y sigue algún curso en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos donde conocería a su futura mujer, la pintora Olga Costa.