Carlos Arroba Díaz

Libera tu alma


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esa señal y verla, no todos tenemos la misma percepción, o el mismo mensaje no tiene por qué servir a una persona y a otra. Cada persona es un universo propio dentro de sí misma, por lo que las señales son percibidas de diferente manera. Estate atento a esas señales, para después poder interpretarlas y tomar decisiones acertadas. Es un poco seguir tu intuición y dejarte llevar por todo eso que no sabes hacia dónde te dirige, pero que sabes que al final es un sitio en el que debes estar. Es ese curso que haces deprisa y corriendo, porque empieza al día siguiente, que te lanzas a ello sin saber muy bien por qué, solo que debes hacerlo y que ese día debes estar ahí, aunque el curso en sí no te aporte demasiado. Sabes que algo va a pasar, que conocerás a alguien especial, o que tendrás una conversación única y sincera que te dará otro punto de vista desde el que ver tu propio mundo.

      Cuando algo va mal, con tu familia o tu entorno, eso son señales que debes atender. Párate y comprueba qué está pasando en tu vida. Tienes libre albedrío y, si eliges ignorar las señales que te da el universo, quizá te estrelles.

      Es algo que tú mismo eliges, igual que repetir situaciones de tu vida que no son nada agradables, pero que repites una y otra vez hasta que comprendes el sentido de la situación.

      Si estás en esa paradoja, párate, coge aire, quédate en silencio, aíslate del mundo un momento, despeja tu mente y deja que las respuestas te lleguen. Razona qué está sucediendo en tu vida, intenta poner orden mental en la6__Copiar_.jpg situación para después realizar esas acciones que están pendientes que resuelvas. Si no entiendes la situación, suelta esa preocupación o ese problema al universo para que te muestre la razón de repetir siempre el mismo error y te dé la solución o el aprendizaje que necesitas adquirir.

      Quizá ya tienes algún amigo o familiar que ha pasado por esa situación y te puede ayudar. Pide ayuda a tu entorno cercano, porque ellos, a lo mejor, tienen la solución que buscas. Si no comunicas el problema, no permites que te ayuden.

      Muchas veces no entiendes que tus elecciones implican responsabilidades y que, de alguna manera, intentas eludirlas. Cuando eliges tener hijos ya sabes que tu vida va a cambiar y que será responsabilidad tuya el cuidar de ellos. Debes hacerte cargo de esa situación, pero, si no te ves capaz, no asumas esa carga. Ser padres es el mayor regalo que puedes dar a otra persona, porque estás creando una vida desde cero y regalando tu tiempo y tu vida a otro ser. Por lo tanto, es el mayor acto de generosidad que se puede ofrecer a alguien. Siéntete feliz por ese acto de amor de entregar parte de tu vida a otra alma. Ahora también debes asumir que ese tiempo que compartes no será todo alegrías. Deberás tener un equilibrio perfecto para no permitir ser el esclavo o el tirano de tus hijos. Debes ir soltando y tirando de un hilo muy fino para conseguir un equilibrio imposible de sostener muchas veces.

      La experiencia de ser padre o madre será uno de tus retos y de tus aprendizajes en la vida. Ese reto no es sencillo y puede sacar lo mejor y lo peor de ti. Es un aprendizaje de ti mismo que hubiera sido imposible si hubieras recorrido el camino solo, o solo con tu pareja. Tú te convertirás en el maestro de tus hijos y ellos serán tus maestros. Sabrán sacarte de quicio y localizar ese punto débil que hay en ti y que no conocías, pero que te irrita. Lo mismo harás tú con ellos.

      Otra experiencia es hacerte cargo de tus mayores, aunque siempre desde el respeto y la distancia. Nunca debes ejercer el rol de padre con tus propios padres o acumularás una carga sobre ti que no es tuya, y porque entonces no dejarás que esa persona evolucione. Deja que cada persona se responsabilice de sí misma y ayúdala en su día a día si ya no puede valerse por sí sola; pero ese es el límite, no quieras vivir su vida o dirigir el rumbo de esa persona. Sé el puerto donde todas esas personas que comparten tu vida paran a descansar y a compartir experiencias de vida.

      Compartir la vida con alguien es tu mayor aprendizaje, es tu evolución plena hacia una consciencia superior. Es la manera de entender que el mundo está creado para acumular experiencias de vida y seguir siendo ese amor que eres sin perder la paz, porque ya eres alguien evolucionado. Es tu razón de vivir, compartir tu mundo con aquellos a quienes amas, eso es tu vida. Da igual si tu vida gira en torno a tu mascota, si te criaste con tus abuelos, si eres huérfano, si eres un incomprendido en tu familia…, toda esa situación es tu elección y tú mismo la elegiste para evolucionar.

      Esa situación que tienes es la que te hace crecer y llegar a ser la mejor versión de ti mismo, porque es única para un ser infinito como tú eres. Tu evolución y desarrollo personal dependen de ti y de tus situaciones. Por lo tanto, agradece todas esas experiencias de vida, que, aunque te resulten dolorosas, son para tu mayor bien, porque te hacen crecer de una manera que jamás sospecharías.

      Es tu plan de vida, tu evolución personal y grupal, ya que, quizá, tú eres esa persona que hace crecer en consciencia a los demás, simplemente con tus elecciones y con tus actos, siendo un ejemplo con el que enseñar al mundo lo sencillo que es vivir, mostrándote tal cual eres, sin esconder nada negativo ni positivo. En definitiva, siendo tú y todas tus consecuencias. Estate atento a las señales, aunque finalmente tú decides y tú eres quien elige tu vida.

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      Capítulo 7

      «Sé amor en tu vida y tu vida será amor»

      Venérate, es lo que debes hacer todos los días de tu vida. Eres un pedacito de Dios en la tierra. Todo lo creado es divino, por lo tanto, déjate venerar, sé tu propio Dios.

      Busca en ti lo que anhelas en los demás.07_LIBERACI_N_RELEASE_LIB_RATION__Copiar_.jpg

      No podrás ayudar a nadie hasta que no hayas sanado todas tus heridas.

      Te preguntarás muchas veces por qué estás solo y no encuentras a esa pareja, pero la respuesta es simple. Mírate, observa quién eres, cómo eres, qué aspecto físico tienes, cómo son tus emociones… ¿Eres triste o alegre? ¿Eres optimista o pesimista? ¿Te estás quejando todo el día de que la vida o los demás no son justos contigo y les echas la culpa? Pues saca tus propias conclusiones. Todo eso que piensas es lo que estás proyectando al exterior, al mundo. Por lo tanto, cambia la manera de pensar, deja de quejarte, deja de buscar culpables.

      La culpa no existe, es una forma de ego encubierta para tapar los resultados de tus acciones o inacciones. Nada es justo o injusto, todo es perfecto.

      La vida es como aprender una melodía en la que siempre desafinas en el mismo trozo de la partitura. Te tocará volver a repetir ese trozo de la melodía hasta que la interpretes perfectamente.

      Revisa por qué estás solo, porque eso es el reflejo de lo que eres por dentro. Estás perdiendo el contacto con los demás de alguna manera, y eso es lo que las personas de alrededor perciben, porque es lo que estás proyectando con tus pensamientos. Lo que perciben los demás es el resultado de la proyección del inconsciente de tu mente, eres tú mismo por dentro. Cambia eso; después de observar, revisa dónde estás fallando.

      Quizá tu cuerpo no es el mejor del mundo y quieres tener una pareja que no se corresponde para nada con tu forma física. No busques imposibles, soluciona tu físico para encontrar a alguien que te guste físicamente.

      Soluciona tu cuerpo emocional. Si estás deprimido o triste, eso es lo que tendrás en tu vida, cámbialo. Busca dentro de ti qué es lo que hace que estés con ese ánimo y ponle remedio.

      Ese niño interior que todos tenemos quizá está solo y lo has abandonado, deja que salga y alegre tu vida desde por la mañana. Tus hijos, tus sobrinos o tus nietos pueden ayudarte a sanar ese niño interior que tienes, fíjate en ellos y sé como ellos, fluye como ellos. Haz aquello que te apasiona en tu vida y que puede