Franco Nembrini

Paraíso. Divina comedia de Dante Alighieri


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conexión entre santidad y orden del mundo nos libera de las «falsas ideas» (v. 89) que tenemos muchas veces, cuando pensamos que ser santos es una excepción o que supone un desafío que de algún modo contradice la naturaleza humana o la niega. Sin embargo, no hay nada más natural —es decir, nada más correspondiente a nuestra razón y a nuestro corazón— que la santidad, que la tensión hacia Dios, que el deseo de vivir todo según el orden con el que Dios lo ha creado. El Paraíso pone de manifiesto el continuo y progresivo descubrimiento de que la santidad coincide con la humanidad verdadera.

      1 Cf. D. Alighieri, Purgatorio, op. cit., pp. 349-351.

      2 Cf. D. Alighieri, Purgatorio, op. cit., pp. 171 y 184.

La gloria di colui che tutto move per l’universo penetra, e risplende in una parte più e meno altrove. La gloria de Aquel que todo lo mueve se extiende por el universo y resplandece en unas partes más y menos en otras.
Nel ciel che più de la sua luce prende fu’ io, e vidi cose che ridire né sa né può chi di là sù discende; En el cielo que más intensamente recibe la luz estuve yo y vi cosas que ni sabe ni puede narrar el que desciende de allí, pues al acercarse a su deseo nuestro entendimiento profundiza tanto, que la memoria no puede seguirle.
perché appressando sé al suo disire, nostro intelletto si profonda tanto, che dietro la memoria non può ire.
Veramente quant’ io del regno santo ne la mia mente potei far tesoro, sarà ora materia del mio canto. Sin embargo, cuanto del santo reino haya podido atesorar en mi mente, será ahora materia de mi canto.
O buono Appollo, a l’ultimo lavoro fammi del tuo valor sì fatto vaso, come dimandi a dar l’amato alloro. ¡Oh buen Apolo! Para este último trabajo conviérteme en vaso tan lleno de tu valor como lo exiges para otorgar el amado laurel.
Infino a qui l’un giogo di Parnaso assai mi fu; ma or con amendue m’è uopo intrar ne l’aringo rimaso. Hasta aquí, una de las cumbres del Parnaso me bastó; pero ahora las dos me son necesarias para entrar en lo que me queda por recorrer.1
Entra nel petto mio, e spira tue sì come quando Marsïa traesti de la vagina de le membra sue. Entra en mi pecho y canta por mi boca del mismo modo que cuando sacaste a Marsias de la vaina de sus miembros.2
O divina virtù, se mi ti presti tanto che l’ombra del beato regno segnata nel mio capo io manifesti, vedra’mi al piè del tuo diletto legno venire, e coronarmi de le foglie che la materia e tu mi farai degno. ¡Oh divina virtud! Si me ayudas de modo que pueda manifestar una sombra del bendito reino estampada en mi mente, me verás llegar a tu árbol predilecto y coronarme entonces con aquellas hojas, pues la materia de que trato y tú me haréis digno de ello.
Sì rade volte, padre, se ne coglie per trïunfare o cesare o poeta, colpa e vergogna de l’umane voglie, che parturir letizia in su la lieta delfica deïtà dovria la fronda peneia, quando alcun di sé asseta. Tan raras veces, padre, se consigue eso para triunfar como césar o como poeta, culpa y vergüenza de la voluntad humana, que podría infundir alegre dicha en la serena deidad délfica el follaje del árbol peneo cuando alguien siente sed de alcanzarlo.3
Poca favilla gran fiamma seconda: forse di retro a me con miglior voci si pregherà perché Cirra risponda. Poca chispa enciende mucha llama; tal vez después de mí, con mejores voces, se rogará para que Cirra responda.4
Surge ai mortali per diverse foci la lucerna del mondo; ma da quella che quattro cerchi giugne con tre croci, con miglior corso e con migliore stella esce congiunta, e la mondana cera più a suo modo tempera e suggella. Desde puntos diversos llega a los mortales el resplandor de la lámpara del mundo, pero cuando viene desde aquel que une cuatro círculos en tres cruces, sale con mejor curso y con mejor estrella, y la cera del mundo más a su modo sella y atempera.5
Fatto avea di là mane e di qua sera tal foce, e quasi tutto era là bianco quello emisperio, e l’altra parte nera, quando Beatrice in sul sinistro fianco vidi rivolta e riguardar nel sole: aguglia sì non li s’affisse unquanco. Hecho había, saliendo de tal lugar, que allí fuese mañana y aquí noche, y todo aquel hemisferio estaba blanco y la parte opuesta negra cuando a Beatriz vi volverse hacia el lado izquierdo y mirar al sol con fijeza que ni el águila pudo nunca emplear.
E sì come secondo raggio suole uscir del primo e risalire in suso, pur come pelegrin che tornar vuole, così de l’atto suo, per li occhi infuso ne l’imagine mia, il mio si fece, e fissi li occhi al sole oltre nostr’ uso. Y así como un segundo rayo nace del primero y sale reflejado hacia arriba, como peregrino que quiere volver, así de la acción de ella, por los ojos llevada hasta mi mente, se originó la mía y fijé los ojos en el sol, cosa bien fuera de nuestra costumbre.
Molto è licito là, che qui non lece a le nostre virtù, mercé del loco fatto per proprio de l’umana spece. Mucho es permitido allí que aquí no se permite a nuestras facultades, merced a que aquel lugar se creó para la especie humana.
Io nol soffersi molto, né sì poco, ch’io nol vedessi sfavillar dintorno, com’ ferro che bogliente esce del foco; e di sùbito parve giorno a giorno essere aggiunto, come quei che puote avesse il ciel d’un altro sole addorno. No pude sostener la mirada mucho tiempo ni tan poco que no viese un resplandor en torno, como de hierro candente que sale del fuego, y de repente pareció como que un día se agregaba a otro, como si Aquel que todo lo puede hubiese adornado el cielo con otro sol.
Beatrice tutta ne l’etterne rote fissa con li occhi stava; e io in lei le luci fissi, di là sù rimote. Beatriz permanecía con los ojos fijos en las eternas esferas, y yo en ella fijaba los míos, apartados de la altura.
Nel suo aspetto tal dentro mi fei, qual si fé Glauco nel gustar de l’erba che ’l fé consorto in mar de li altri dèi. Al contemplarla me transformé interiormente al modo de Glauco al gustar la hierba que le hizo en el mar compañero de los dioses.6
Trasumanar significar per verba non si poria; però l’essemplo basti a cui esperïenza grazia serba. El transhumanarse no se puede expresar con palabras; baste, por eso, con el ejemplo de aquellos a los que la gracia proporcione una experiencia así.
S’i’ era sol di me quel che creasti novellamente, amor che ’l ciel governi, tu ’l sai, che col tuo lume mi levasti. Si yo era solo aquella parte de mí que creaste primeramente, ¡oh amor que gobiernas el cielo!, tú lo sabes, que me elevaste con tu luz.
Quando la rota che tu sempiterni desiderato, a sé mi fece atteso con l’armonia che temperi e discerni, parvemi tanto allor del cielo acceso de la fiamma del sol, che pioggia o fiume lago non fece alcun tanto disteso. Cuando la esfera que gira por desearte eternamente me atrajo a sí,7con la armonía que tú mides y distribuyes, me pareció entonces que tanta parte del cielo se encendía con la llama del sol, que ni las lluvias ni los ríos formaron nunca un lago tan inmenso.
La novità del suono e ’l grande lume di lor cagion m’accesero un disio mai non sentito di cotanto acume. La novedad del sonido y el gran resplandor me encendieron en un deseo de conocer su causa, nunca sentido tan agudamente.
Ond’ ella, che vedea me sì com’ io, a quïetarmi