Gato”. Su posible origen hay que asociarlo con la misma fauna lugareña, ya que abundaba en la zona el “gato montés” en sus dos variedades: overo y negro2.
El Diccionario Sopena Enciclopédico e Ilustrado, Tomo I, expresa que el gato es un mamífero carnicero de la familia de los félidos, muy útil para eliminar ratones. El “gato montés” es un poco mayor y más robusto que el doméstico y se caracteriza por su pelaje color gris, con fajas pardas. Su hábitat son los montes3.
En la actualidad, el arroyo “El Gato” es reconocido en la toponimia lugareña también con el nombre de “Francisco Vega”. Esta denominación tal vez proviene de algún lugareño que habitó en las tierras de Montiel hacia fines del siglo pasado, y asoció su nombre a la hidrografía del lugar.
“Loma Limpia” es un paraje limítrofe con “El Gato” y ubicado al noroeste de la cabecera del Departamento Federal y comprende una porción territorial que limita con La Paz. El Arroyo “Juancho” constituye el límite entre ambos Parajes. Su nombre hace alusión a las lomadas entrerrianas, que se desprenden por el centro de la provincia con dirección norte–sur, estableciendo geográficamente dos pendientes divisorias de aguas. “Loma Limpia”, constituye un claro librado de vegetación, lo suficientemente despejado para permitir el asentamiento humano4.
NOTAS
1. Pérez Colman, César Blas: “La Parroquia y la ciudad de Paraná en su segundo centenario” 1730–1930. Paraná, 1930.
2. Escuela Nacional de Comercio: “Ensayo sobre la Geografía del Departamento Federal”. Federal, Entre Ríos, 1973.
3. Diccionario Sopena Enciclopédico e Ilustrado. Tomo I. Editorial Ramón Sopena S. A. Barcelona. Edición especial hecha en la República Argentina, Buenos Aires, 1968.
4. Felquer, José Francisco y Felquer, Laura R. M. B. de: “Geografía de Entre Ríos” (Física, Biológica y Humana). Imprenta Nueva Impresora. Paraná, 1962.
ANTECEDENTES PREHISTÓRICOS
Atentos a los estudios realizados en materia de poblamiento, Entre Ríos habría sido ocupada por diferentes oleadas de paleogrupos u hordas que pudieron tener asiento transitorio o permanente en nuestra provincia.
Considerando los estudios efectuados por José Imbelloni, estos grupos podrían clasificarse en Pámpidos; supuestamente habrían ocupado la región centro–sur de la provincia. Láguidos; habrían incursionado temporariamente, descendiendo por el sur correntino y norte de Entre Ríos. Amazónidos; llegaron desde el norte, ocupando las islas y costas santafesinas, extendiéndose hasta la región deltaica1.
La Arqueología y la Etnología se han encargado de clasificar, aunque de manera parcial y fragmentaria, el denominado estadio prehistórico. Desde los albores del siglo XX, investigadores de la talla de José Ambrosetti, Víctor Badano, Antonio Serrano y tantos otros, realizaron importantísimos aportes, encendiendo una luz de conocimiento acerca de un pasado sumido en la oscuridad de la ignorancia.
Investigadores contemporáneos también han hecho un valioso aporte, tal el caso del Licenciado Cerrutti en la cuenca arqueológica del Paraná ya sea del lado entrerriano como santafesino, en especial en el departamento La Paz.
En el sur de Entre Ríos, se destaca, por su calidad y cantidad, el producto de las investigaciones emprendidas por el Profesor Jorge Almeida.
En tanto, en el nordeste entrerriano, la investigación ántropo–arqueológica ha brindado excelentes resultados merced a la labor cumplida y a la ingente tarea de destacados investigadores, caso de Don José Vasalo y de los Profesores Edgar B. W. Poenitz, Amilcar Rodríquez, Eduardo Brignardello y tantos otros como aficionados y estudiantes del Instituto del Profesorado de Concordia que no dejaron de colaborar aún desde el anonimato.
Como resultado de esta labor continuada y sistemática, en la Región de “Salto Grande” se exhumó una cultura denominada saltograndense con derivaciones de carácter charruano, encontrándose importantes paraderos de donde fueron rescatados abundantes restos de cerámica monocroma cocida al sol y significativo material lítico, tal el caso de diversos tipos de “placas grabadas”2.
Hasta la fecha no existen suficientes noticias o por lo menos no ha logrado el carácter de difusión, la existencia de trabajos arqueológicos que se hayan efectuado en la región central de Entre Ríos y en especial en el Montiel; situación ésta que abriría las puertas al inicio de diversos trabajos de campo conducentes a probar la existencia de una prosapia aborigen corporizada en la trashumancia de diversas etnias charrúas3.
NOTAS
1. Poenitz, Erich L. W. Edgar: “Los dueños de la tierra”. En Enciclopedia de Entre Ríos. Tomo I. Arozena Editores S. R. L. Página 43. Paraná, 1978.
2. Poenitz, Erich L. W. Edgar: “Arqueología del Paradero Los Sauces en Salto Grande”, Boletín de Arqueología III. Instituto del Profesorado Concordia, 1972.
3. Castell, Juan Miguel: “Aporte Histórico al pasado de Federal”. Artículo periodístico aparecido en el bisemanario “El Federal” edición del martes 3 de noviembre de 1981. Federal, Entre Ríos.
POBLACIÓN PREHISPÁNICA
La existencia del hombre prehistórico en la provincia de Entre Ríos data de 10.000 a 12000 años A.C. de acuerdo con los estudios realizados hasta la fecha en diferentes áreas arqueológicas.
Muchas regiones de la provincia de Entre Ríos hasta hoy, desde el punto de vista arqueológico, permanecen desconocidas y es el caso de nuestra región de estudio, de la cual poco o nada se sabe al respecto.
Guiándonos por la cartografía editada por el Profesor Erich L. W. Edgar Poenitz, en la “Enciclopedia de Entre Ríos”, Tomo I, hemos comprobado que nuestra área de estudio se encuentra comprendida dentro de la denominada Región Boscosa Central, conformando un área arqueológica muy poco conocida hasta hoy1.
PUEBLOS INDÍGENAS
Como en el caso anterior, poco o nada se sabe al respecto. Sin embargo los restos de utensilios, cacharros y armas, como boleadoras y puntas de flecha, permiten asegurar la existencia en tránsito de grupos Charrúas y Minuanes. Estos grupos, que recorrían la región libremente, en los albores de la llegada del español, en su nomadismo constante, deambularon cruzando estos montes enmarañados, sorteando riachos, ríos y lagunas, durmiendo al aire libre al simple amparo de una precaria y fugaz vivienda2. Su alimento fue el producto de la caza y la pesca que obtenían en forma abundante y permanente.
Los Charrúas, en particular, se caracterizaron por una cultura sencilla y rudimentaria acorde a la práctica cotidiana.
Sería motivo de un especial estudio, la búsqueda de posibles “paraderos” que nos permita la obtención de datos más concretos y fidedignos de estas culturas3.
POBLAMIENTO Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA
La llegada de los españoles modificó los tradicionales esquemas de vida. Alteró la vida y costumbres de los pueblos de la región y su hábitat, flora y fauna.
Se asegura que el poblamiento de la Cuenca del Plata, fue un poblamiento “fluvial”, ya que en la primera etapa fueron ocupadas las zonas circundantes a las grandes vías fluviales, en este caso el corredor Paraná–Uruguay4.
Durante los primeros años y pasado todo el siglo XVII, el centro norte permaneció deshabitado e ignorado por los españoles, y aparece en los primeros mapas levantados por los españoles como “tierras realengas”, es decir perteneciendo a la corona española.
En 1590 Hernando Arias de Saavedra, más conocido como Hernandarias, se estableció en Entre Ríos en la estancia que le concedió su suegro Don Juan de Garay. El desconocimiento del interior de la provincia y lo dificultoso