de los solicitantes, el gobierno aceptó el pedido y les dio la posesión de la tierra el 20 de junio de 18601. Podemos mencionar entre aquellos oficiales a Juan Bautista Arruabarrena, Antonio Leiva, Pedro Mc. Dougall, Quiterio Berón, Emiliano Redruello, Agapito Reinoso y Lisardo Quiroga.
Practicada la mensura correspondiente, se obtuvo una superficie de 16 leguas cuadradas, 155 cuadras cuadradas, es decir 53.459 hectáreas.
La adjudicación de tierras no cambió la situación de “Montiel”, ya que los nuevos dueños no vivieron en la zona ni propendieron a su poblamiento.
La ausencia de población alentó al vecino Don Juan Bautista Romero a solicitar al gobierno de Urquiza, el 22 de junio de 1860, una porción de campo cuya ubicación coincidía con la asignada a los oficiales urquicistas. El 28 de diciembre de ese año, le fue adjudicado el campo, con la condición que no deparara perjuicios para terceros2.
Como se puede apreciar, sucesivos propietarios manifestaron su interés por la región, sin embargo la realidad histórica da cuenta de las pocas o escasas familias que se asentaron en el lugar.
NOTAS
1. Poenitz, Alfredo J. Erich: “La ocupación espacial del Departamento Concordia” (1810–1880). En Cuadernos de Estudios Regionales N° 6, página 29. Instituto Regional de Investigaciones Científico–Culturales. Diciembre de 1983, Concordia. Entre Ríos.
2. Archivo de Catastro de Entre Ríos. (A. C. E. R.). Expediente Concordia N° 2824 y 2825. Paraná. Entre Ríos.
EVOLUCIÓN DE LA PROPIEDAD RURAL EN EL MONTIEL DESDE LA ÉPOCA DE URQUIZA HASTA EL PRESENTE
Posiblemente los primeros que recorrieron parte de esta región fueron los españoles, ya que consideramos que los pueblos originarios eran los dueños de la tierra.
La región del Montiel antes y después de la llegada de los españoles fue tierra de “nadie”, ya que sobre ella jamás se ejerció un verdadero control político y por lo tanto el lugar se convirtió en refugio transitorio o permanente para tantas familias que huían de las guerras intestinas, y hombres marginados de otras regiones por razones políticas o judiciales buscaron protección en su enmarañada vegetación.
Ha sido posible constatar en el Montiel y en especial en el actual departamento Federal, la presencia de brasileños y uruguayos, además de mestizos correntinos y misioneros1.
De acuerdo con la interpretación del Profesor Manuel Varini, los primeros habitantes del Montiel y zona circundante, habrían provenido de las villas fundadas por Don Tomás de Rocamora a fines del siglo XVIII y otros directamente desde Santa Fe2.
En el año 1811 los portugueses en su incontenible avance, atacaron la región mesopotámica centro oriental, dedicándose al saqueo, robo y arreo de ganado. Parte de la población establecida en la franja nordeste entrerriana, huyó hacia tierras más seguras; eso fue la Región del Montiel, es decir al occidente del Río Gualeguay3.
Entre los estancieros más antiguos del Montiel aparece la familia Franco (no en la zona de investigación). En el año 1825 se concedió a Don Juan Esteban Franco un campo, que según testimonios ocupaba desde el año 1800. Los límites de dicha tierra eran: al norte arroyo Diego López, al sur arroyo Ortiz, al este el río Gualeguay y al oeste arroyo Aguada o San Martín. En septiembre de 1855, Franco vendió a Don Pedro Luna una parte de su propiedad. En 1871 los herederos de Luna, vendieron una fracción a Don Julio V. Díaz4.
Entre las décadas del sesenta y setenta del siglo XIX, en la región del Montiel se van incorporando nuevos propietarios formadores de las primeras estancias. Durante esta época se registran los nombres de Doña María Montenegro, Eusebio Acevedo, Julián A. Sosa, José María Duarte, Ignacio Altamirano, Lucio Barrios, José María de los Santos, Crisóstomo Luna, Casimiro Luna. Las propiedades de los nombrados se encontraban ubicadas en el distrito Diego López, en tanto que en el distrito Federal aparecen campos a nombre de Manuel Benítez, Eufemio López, Lino Irrazábal, Cesáreo Domínguez, Reyes Ortiz, Francisco Fragata, oficiales del Regimiento “Estrella”, Juan B. Romero, Pedro Mc. Dougall, Manuel Cantero, Fortunato Requena, Florencia C. de Requena, Ramón Gallegos, Justo José de Urquiza y Josefa B. de Rivarola5.
CAMPOS DEL GENERAL JUSTO JOSÉ DE URQUIZA
El General Justo José de Urquiza se constituyó sin duda en el mayor terrateniente de la Provincia de Entre Ríos y sus dominios territoriales se extendieron a Federal y Montiel.
El 17 de junio de 1851, el propio Urquiza cerraba trato adquiriendo campos que, hasta entonces, habían pertenecido a Don Teófilo Duportal. La mensura estableció una superficie de 16.962 hectáreas, 32 áreas equivalentes a más de seis leguas cuadradas, con los siguientes límites: al norte el arroyo Guerrero; sur arroyo Caraballo; este Río Gualeguay y por el oeste la Lomada de Montiel. Se presume que Urquiza personalmente nunca visitó dicho campo. En 1875, su heredera Doña Clodomira Urquiza de Victorica, vendió dicho campo a Don Domingo Fernández en cuyo recuerdo bautizó la estancia con el nombre de “Clodomira”. Urquiza, además de éste, poseyó otros campos en la región6.
LAS PROPIEDADES RURALES DEL DISTRITO FEDERAL
A PARTIR DE 1883
En 1883 el distrito Federal constituía el extremo occidental del departamento Concordia, y hemos podido constatar, según el plano original elaborado en aquel año y firmado en el mes de agosto por el Agrimensor Juan Lorenzo Presas, que en el mismo figuran los siguientes propietarios: familia Correa con media legua cuadrada, Del Campo y Halbach, Julián Luna, Doña Simona R. de Piris, Doña Mercedes R. de Calvento, Doña Ventura de Cruset, Menores de Domingo Mariano Requena, Doña Salomé R. de Pereyra, Fortunato Requena y Guillermo Johnston7.
EVOLUCIÓN DE LA PROPIEDAD RURAL EN EL SIGLO XX
A partir del siglo XX, el distrito Federal, hoy departamento Federal, asistió a un proceso de transformación socio–económica como consecuencia de la instalación de importantes ramales ferroviarios, como lo fueron las líneas Federal–Diamante, luego conectado a Paraná–Federal–Curuzú Cuatiá, y Federal–Concordia.
Por otra parte la explotación intensiva de la madera con destino a servir como leña, provocó el desmonte de miles de hectáreas y esto permitió el crecimiento de la ganadería vacuna y en menor escala la lanar.
La crisis económica de 1930, consecuencia de la mundial de 1929, estableció el comienzo de un incipiente éxodo rural que se acrecentó significativamente a mediados del siglo. El éxodo rural despobló la “Colonia Federal” que lentamente fue perdiendo población e importancia en la región. Como contrapartida, se verifica el crecimiento de la planta urbana, para la época “Villa Federal” que vio incrementada rápidamente su población. Familias enteras dejan sus antiguas viviendas rurales y se trasladan a la planta urbana para incorporarse al ferrocarril.
Una carta de la provincia de Entre Ríos de las propiedades rurales en 1927, nos muestra claramente la subdivisión rural y la aparición de condominios, y en particular “pequeños propietarios o simples arrendatarios”. Las causas o razones fueron las siguientes: 1ro.) Por la partición de campos por derechos sucesorios y 2do.) La ejecución de hipotecas de grandes propietarios en favor del Banco Hipotecario Nacional, como consecuencia de la crisis económica mundial8.
NOTAS
1. Almará, José Antonio: “Historia de Diez Pueblos Entrerrianos”. Publicación del Banco de Entre Ríos. Paraná, Abril de 1989.
2. Varini, César Manuel; Eguiguren, María S. R.: “La creación del Departamento Federación”. Historia de los Departamento de Entre Ríos N° 2, Paraná. 1962
3. Poenitz, Alfredo J. Erich: “La ocupación espacial del Departamento Concordia” (1810–1880). En Cuadernos de Estudios Regionales N° 6. Página 29. Instituto Regional de Investigaciones