[Pregunta por el posible diagnóstico de la estructura denominada limítrofe].
JC: Lo limítrofe, a mi entender, no es un diagnóstico estructural. Lo limítrofe es un diagnóstico yoico; lo limítrofe es un diagnóstico en el funcionamiento y las alteraciones del yo. Digamos, si pudiera estar en algún lugar de este, podría estar en el lugar de la función. Esto es, un psicótico puede tener funcionamiento limítrofe, pero un limítrofe tiene funcionamiento psicótico sin ser psicótico. Aunque, cuando Winnicott habla de los limítrofes, dice que son psicóticos que funcionan neuróticamente. Habría que pensarlo. Lo limítrofe es un diagnóstico absolutamente necesario, y creo que Otto Kernberg verdaderamente hizo un estupendo trabajo clínico y teórico para que pudiéramos tener acceso al funcionamiento limítrofe, porque es de gran utilidad. Pero no se puede decir que eso es un diagnóstico estructural. Muchos de ustedes saben que distingo entre estructura y sistema. Para mí, la estructura está definida en función del lenguaje y el sistema está definido en función de lo imaginario.
1 Lacan, J. (1999). Seminario 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.
2 Heidegger, M. (1999). Introducción a la metafísica. Barcelona: Gedisa.
3 Coloma, J. (2009). La simultaneidad de lo simétrico y lo asimétrico como meta de lo psicoanalítico. Revista del Centro Psicoanalítico de Madrid 18.
4 Bion, W. (1974). Atención e interpretación. Buenos Aires: Paidós. La cita completa reza lo siguiente: “En una carta a Lou Andreas-Salome, Freud sugirió su método para lograr un estado mental que le diera ventajas para compensar la oscuridad cuando el objeto investigado era peculiarmente oscuro. Habla de enceguecerse de una manera artificial. Como método para lograr esta ceguera artificial he señalado ya la importancia de evitar la memoria y el deseo. Para continuar y extender el proceso incluyo la comprensión y la percepción sensorial entre las propiedades que deben evitarse. La suspensión de la memoria, el deseo, la comprensión y las impresiones sensoriales puede parecer imposible sin una negación completa de la realidad; pero el psicoanalista está buscando algo diferente de lo que normalmente se conoce como realidad; una actitud crítica aplicada a lo que ordinariamente se designa como realidad no indica que el propósito de tomar contacto con la realidad psíquica, es decir, las características evolucionadas de O, sea indeseable. Este procedimiento es válido en psicoanálisis y en otras ciencias; del mismo modo, F es un componente esencial del procedimiento científico, por riguroso que sea” (p. 45). [N. de los E.]
5 Lacan, J. (1987). De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad. México: Siglo XXI editores.
6 Sor, D. y Senet, M-R. (2004). Fanatismo. Buenos Aires: Ediciones Biebel.
7 Freud, S. (2005 [1916]). Conferencias de introduccion al psicoanalisis: Parte III: 1916-1917. Obras Completas Sigmund Freud Vol. XVI. Buenos Aires: Amorrortu.
CLASE 2
ANTE EL DESLINDE DE ESTRUCTURA E HISTORIA. ¿ANTINOMIA O CONTRADICCIÓN?
Estuvimos hablando del cuadro sobre las teorías, las estructuras, las funciones y la existencia. Este cuadro tiene la meta de usar los aportes de los autores para hacer diagnóstico. Interesa definir si estos autores aportan desde lo funcional y no desde lo estructural, como los kleinianos y sus seguidores, o desde lo estructural y no de lo funcional, como los discípulos de Lacan. Siguiendo una indicación que Max Hernández,8 psicoanalista peruano, nos hizo a Juan Francisco Jordán y a mí hace muchos años haciendo referencia a Heidegger, pretendo plantear que Winnicott aporta desde lo existencial. Sin duda, esta afirmación tendría que tomarse otorgándole a Heidegger el horizonte de trasfondo. Insisto siempre en que los psicoanalistas no tienen disciplina filosófica para generar concepciones a nivel ontológico o metafísico. Esto no pretende descalificar la disciplina psicoanalítica. Solo busca afirmar que esta se ajusta a una zona específica de la existencia. El psicoanálisis se traduce, necesariamente, en un oficio.
La estructura y la función, de eso quiero hablar. Existe tradicionalmente algo que refiere a una tendencia que denominaría “bipolar” en el modo de abordar las teorías. Fredric Jameson, en un libro titulado Las semillas del tiempo9 dice que vale la pena diferenciar entre antinomia y contradicción. Esta terminología, antinomia y contradicción, puede servirnos para aproximarnos a la perspectiva que les estoy presentando a través del cuadro. Jameson distingue la antinomia de la contradicción, diciendo que la antinomia implica conservar dos ideas o posiciones opuestas, distintas entre sí, como enfoques incompatibles. Afirma que la antinomia es una forma de lenguaje más limpia que la contradicción. En la antinomia podríamos decir que el asumir una posición excluye la posición opuesta. Hay un tratamiento de los opuestos en la antinomia en la cual estos opuestos se excluyen. Distinto es en la contradicción, donde los opuestos se influyen mutuamente entre sí. Las posiciones en psicoanálisis pueden parecer antinómicas, vale decir, el estructuralista tiende a excluir al que vamos a llamar funcionalista; no es que sea un funcionalismo, pero, por ejemplo, un teórico de la función como lo es un kleiniano no toma en cuenta a un lacaniano, y al revés, un lacaniano no toma en cuenta a un kleiniano.
Sin duda hay autores que sí desarrollan teóricamente la posibilidad de que los polos antinómicos se complementen: por ejemplo, Ogden y Green. Se trata de teóricos que están más cerca de lo que podríamos llamar “la aceptación de la contradicción”. Si ustedes lo piensan, esto atrae también como concepto la idea de paradoja, por una parte, y de dialéctica por otra.
Dentro de la historia del pensamiento, lo mismo sucede entre Lévi-Strauss y Sartre. Lévi-Strauss como defensor, y probablemente principal inspirador del estructuralismo al que alude Lacan, aparece como aquel que detecta en la condición humana estructuras, vale decir, modos sustanciales, en tanto modos inherentes a la condición que interesa, que no dependen de ningún carácter evolutivo. El estructuralismo de Lévi-Strauss conduce directamente a la lógica del significante de Lacan y en la lógica del significante, por ejemplo, la historia de la historia no importa en tanto individuo. Puede importar la historia de la historia en tanto concepto. De hecho, hay un capítulo por ahí que no es de Lacan, pero, si no recuerdo mal es de un lacaniano, que habla de la historia de la historia. Recuerdo haber leído a un autor de esta escuela, que he citado en uno de mis trabajos, que señalaba que una mujer abusada por su padre durante su infancia no quedaba diferenciada de un modo tan radical de una persona que histéricamente fantaseara el abuso. Que ambas de alguna manera van a llegar a la estructura histérica.
El carácter de los hechos que se dan en la vida cotidiana no tendría, de acuerdo con estos criterios, mayor importancia, si es que se los compara con la estructura en la cual se está sustentando el tema del motivo de consulta. La estructura en la cual la persona está sintiendo razones como para pedir atención, supera todo lo que tendría que ver con la historia de ella. Lévi-Strauss es quien inspira los criterios de estructura que se usaron en psicoanálisis. Sartre, en cambio, no. Sartre fue un filósofo existencial, que escribió La crítica de la razón dialéctica,10 en consideración de la contradicción; se trata de un filósofo que se expresó explícitamente de un modo radical contra el psicoanálisis. Pese a lo anterior, por ahí hay algunos textos en donde