mas no diagnóstica; es sobre ella que necesitamos volver reiteradamente para comprender las trayectorias que toma cada uno de los niños en su desarrollo y organizar nuestra enseñanza en sintonía con ellas.
Mary Fawcett, en su libro Aprendiendo por medio de la observación, resalta la importancia de la observación y señala, en este sentido, lo siguiente:
es más que el simple mirar. Tiene que ver con tomarse a los niños en serio, escuchar lo que quieren decir, respetar sus interpretaciones, y valorar su imaginación y sus ideas, sus inesperadas teorías, y sus exploraciones de los sentimientos y los puntos de vista. (Fawcett et al., 2016, p. 14)
En esta obra se plantea la importancia de la observación para la formación inicial de los educadores, ya que, por medio de la observación, del oír y el ver a los niños, se reflexiona y se aprende acerca del desarrollo infantil. La observación atenta y sistemática moldea la comprensión que tienen los educadores acerca de los niños y permite un aprendizaje significativo y experiencial.
Es así como, con este libro, queremos ofrecer una formación a los estudiantes de Licenciatura en Educación Infantil y a otras personas interesadas en el desarrollo infantil, en la que se incluya la capacitación en métodos, técnicas e instrumentos de observación y documentación, así como una introducción a la evaluación del desarrollo infantil desde la perspectiva del seguimiento pedagógico.
Todo esto con la intención de que los estudiantes construyan sus conceptos relativos a la/s infancia/s, el desarrollo infantil y la educación infantil, desde su experiencia directa con los niños: reconociendo sus voces, reacciones, estructuras de pensamiento, gustos e intereses.
Ahora bien, en las bases curriculares para la educación inicial se plantea que los educadores construyan las intencionalidades pedagógicas a partir de los referentes de desarrollo, considerando qué potencio, para qué lo potencio y cómo lo potencio (MEN, 2017). Con este documento de observación y seguimiento del desarrollo infantil, queremos aportar una herramienta que sirva para que los estudiantes y los educadores infantiles consoliden sus referentes de desarrollo desde la observación directa de los niños y las niñas.
La línea de investigación Pedagogía e Infancia, de la Facultad de Educación de la Universidad de La Sabana, ha desarrollado investigaciones acerca de las concepciones de infancia. Estas investigaciones han puesto de relieve, primero, que las concepciones sobre infancia de los profesores y profesoras guardan una clara relación con sus ideas acerca de lo que deben hacer en el aula; y segundo, que el replanteamiento de la formación inicial de los educadores infantiles requiere un conocimiento profundo de las concepciones de infancia de los educadores en formación, porque solo así se logra cambiar las creencias previas, de modo que llegan a impactar en la práctica cotidiana.
En palabras de Rosa Julia Guzmán, directora de la línea de investigación, “se requiere acudir permanentemente a las concepciones que se van configurando en torno a lo que es enseñar, a lo que es aprender y a las formas más adecuadas para lograr que los niños y las niñas aprendan” (Guzmán y Guevara, 2010).
Para esto, es importante tener en cuenta que “la observación atenta y sistemática durante el proceso de formación profesional tiene el potencial de movilizar las comprensiones de los educadores y su concepción acerca de los niños y su desarrollo” (García et al., 2021). Al respecto, Fandiño (2008) hace un llamado a los centros de formación superior de educadores para que dentro del currículo se propenda a la construcción de dichas comprensiones a partir de la experiencia y las vivencias.
Entonces, desde los espacios académicos Desarrollo Integral del Infante I, II y III de la Licenciatura en Educación Infantil, se han desarrollado talleres de observación del desarrollo infantil como “una estrategia pedagógica que permite a los docentes en formación construir y confrontar su conocimiento, al tiempo que desarrollan capacidades clave como la observación y el seguimiento al desarrollo infantil tan necesarias para la labor como maestros” (García-Sanz et al., 2021). El presente libro recoge y amplía estas experiencias de aprendizaje, basadas en la observación directa de los niños en su cotidianidad.
En los cuatro primeros capítulos se abordan temas nucleares y transversales a todo el libro. El primero presenta las nociones fundamentales acerca del desarrollo infantil: los enfoques teóricos acerca del desarrollo, los principios, núcleos y áreas del desarrollo, así como las tendencias actuales del desarrollo infantil y juvenil. El segundo capítulo se centra en los aspectos éticos de la observación infantil y proporciona los principios básicos de la interacción entre los educadores y los niños. Las normas y criterios presentados en este capítulo se tendrán en cuenta en todas las observaciones propuestas a lo largo del libro.
El tercer capítulo se centra en los procesos de documentación, da a conocer las múltiples posibilidades que tiene el docente de documentar su observación y el proceso de desarrollo de los niños a partir de elementos propios de la pedagogía Reggio Emilia y las rutinas de pensamiento, entre otros enfoques, que permitirán al docente convertirse en un observador y documentador reflexivo del proceso pedagógico.
En el cuarto capítulo se exponen las nociones fundamentales acerca de las relaciones entre biología y contexto en el desarrollo infantil, y se fundamenta la importancia de que los educadores proporcionen experiencias tempranas que contribuyan a consolidar la construcción de la arquitectura cerebral de los niños, sobre la cual se asienta todo el desarrollo integral posterior.
En los siguientes capítulos se aborda el desarrollo infantil y su observación con el foco en cada sección en uno de los “hilos” que constituyen el entramado de la “telaraña” del desarrollo infantil. En cada capítulo se proponen estrategias de observación —así como rutinas de pensamiento— que contribuyen a la construcción de las comprensiones acerca del desarrollo infantil.
En el quinto capítulo 5 se aborda el desarrollo motor, de modo que se presenta la perspectiva de la escuela americana, representada por Arnold Gesell, así como el enfoque de la escuela francesa de la psicomotricidad, propuesta por Henry Wallon (1976) y Emmi Pikler (1984). Se aborda el estudio del desarrollo motor como un proceso progresivo, gradual y autónomo que se da en los primeros años de vida, y en el que se requiere del desarrollo cognitivo, emocional y sensorial, es decir, desde una perspectiva global, para lograr la adquisición de habilidades que le permiten a la persona controlar su movimiento y relacionarse con su propio cuerpo, así como con el entorno.
Por su parte, el sexto capítulo aborda el desarrollo cognitivo de los niños durante la primera infancia, la niñez y la preadolescencia. Se considera la perspectiva constructivista de Jean Piaget y se ofrecen pautas para observar los cambios y continuidades en el modo como los niños se apropian de la realidad y la conocen.
En el séptimo se explican los procesos mentales que subyacen al desarrollo del pensamiento, entendiendo este como un proceso cognitivo complejo. Se inicia con la explicación de la complejidad que reviste comprender cómo se produce el pensamiento, para lo cual se recurre a investigadores que lo han estudiado desde diferentes perspectivas disciplinares (psicólogos, lingüistas, psicolingüistas y educadores, entre otros), con el fin de dar cuenta de una comprensión amplia de él. Se presentan las diversas formas que existen de conocer el pensamiento en su desarrollo, puesto que en edades tempranas no se cuenta con el lenguaje para expresarlo. Se incluyen, además, recursos para hacer visible lo que piensan los niños, derivados de una de las fuerzas culturales planteadas por el Centro de Altos Estudios en Educación de la Universidad de Harvard y que se enmarcan en uno de los subproyectos del Proyecto Cero, con las que en la Facultad de Educación de la Universidad de La Sabana se viene trabajando desde el 2008. Se espera que con esta