Óscar Mejía Quintana

Problemática jurídica posdoctoral: Debates iusfilosóficos, iusteóricos y iusdogmáticos


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propiedades emergentes que promuevan y fertilicen la auto-organización creativa y desarrolladora de los individuos, los colectivos, para garantizar su robustez y sostenibilidad identitaria en el entorno.49

      En consecuencia, en lugar de evitar los conflictos y el desorden, o a quienes lo desarrollan, estos deben entenderse como fenómenos complejos, ya que tienen un valor prometedor en habilidades creativas, lo que permite verificar un fenómeno desde diferentes perspectivas epistemológicas no excluyentes, sino, por el contrario, de carácter integrador y de retroalimentación basado en un proceso de diálogo.

      Pero ¿para qué la complejidad y la educación?, ¿por qué es importante trabajar en este sentido? Para responder a estos importantes interrogantes, diremos que se trata de herramientas que terminan por develar la formación ciudadana, pues el mundo se encuentra en una situación traumática de irrespeto e indiferencia, que reclama a gritos un aprendizaje-enseñanza que se ejercite en medio de las diferencias, es decir que permita aprender a vivir con y en las diferencias; un vivir que reconozca y comprenda la diversidad, la pluralidad, la multiculturalidad, la otredad, las múltiples realidades sociales y humanas; una educación que forje el respeto, la tolerancia y la apertura frente a las variadas formas de desarrollarse en el mundo. En tal sentido,

      En lo que tiene que ver con sus formas de materializarse, la preparación del docente requiere su adaptación a la complejidad, primero de la realidad, segundo, del conocimiento. Debe percibir la realidad desde cada fenómeno que interactúa en ella, recreando la particularidad de los bucles que se entrelazan, pero sin perder su individualidad, es decir, desagregando el todo en partes sin perder el todo. Debe el docente contar con una formación que fundamente la transdisciplinariedad, para abordar el nuevo mundo –que se caracteriza por el caos– por medio de herramientas y mecanismos complejos, interrelacionados, globales, dialógicos, que contengan el análisis y la síntesis, la inducción y la deducción.

      La complejidad se evidencia en la formación de los ciudadanos de todo el mundo, porque lo complejo emerge de lo social,

      La ciudadanía, frente a la multiplicidad de problemas sociales y ambientales y ante su propósito de intervenirlos, puede enriquecerse del pensamiento complejo delineado por la transdisciplina, obteniendo una nueva visión, fruto de nuevas formas de ver, observar, sentir y pensar la realidad, y nuevos parámetros para pensarla y reflexionarla y, así mismo, modificarla.

      Pensar la educación desde la complejidad genera bastantes interrogantes. Se puede empezar por cuestionar la forma en que se aprende. En general, y atendiendo a los criterios del conocimiento clásico, la preocupación radica en la clase de puestos de los estudiantes y sus características, así como en las condiciones de los salones; pero, desde la complejidad, la preocupación debe ser cómo permitir que los estudiantes en el aula desarrollen sus propias ideas y sean capaces de emplear su capacidad para generar una transformación social, atendiendo, por supuesto, a sus particularidades y a sus conceptos de sujetos complejos, para que se desarrollen a partir de la incertidumbre y del diálogo con su exterior.

      Otro aspecto por tratar es el tema del currículo. El currículo es el temario que se ha establecido para ser impartido en cada grado de enseñanza. Pensado desde la complejidad, debe diseñarse según estrategias complejas que permitan desarrollar procesos investigativos guiados por el pensamiento complejo, que promueve la poca rigidez.

      El currículo complejo integra la flexibilización curricular y la transformación de medios y de contextos de aprendizaje; implica la circularización y el embuclamiento, es decir, implica la integración, la eliminación de los discursos lineales y la interacción permanente, desarrolladas a partir de estrategias que fomentan la autorreflexión, la autocrítica y la multidimensionalidad de la realidad.

      Debe abordarse asimismo el tema de la evaluación. Según la tradición clásica, es una medición; sin embargo, para el pensamiento complejo se trata de una estrategia que promueve la autoconciencia en el conocimiento de las propias realidades; se trata, entonces, de una evaluación cualitativa, por lo que se convierte en un espacio para la reflexión, comprensión y valoración de lo asumido, caracterizada por la flexibilidad, la participación y el compromiso. Lo que debe evaluarse es el conocimiento impartido, aplicado a problemas prácticos de la realidad y asociado a un componente actitudinal y ético.

      Respecto del componente investigativo que sostiene la educación compleja, no puede esta ejecutarse a partir de causalidades que producen efectos: la investigación compleja reflexiona sobre los procesos para transformar la realidad. El investigador de la complejidad no se queda en ser un sujeto pasivo, sino que parte de la curiosidad y de la incertidumbre del conocimiento.

      Finalmente, como se evidencia en las respuestas a las preguntas 13 y 14 hechas al grupo focal, es pertinente, para la gran mayoría, la introducción de una cátedra en ciudadanía y su impartición en las diferentes esferas de la formación educativa.

      13. ¿Considera usted importante que las instituciones educativas dediquen parte de su currículo a la educación ciudadana?

      • Me parece que debería dedicar una clase al final de la carrera para que cuando el profesional salga al mundo no solos sea bueno en lo que hace sino también en buenas prácticas ciudadanas (estudiante 19).

      • Es importante o no en la medida que se haga en forma integral, el ciudadano lo adopte para sí y que las instituciones respeten ese derecho ciudadano (estudiante 20).

      • Sí, considero que de hecho lo hacen, pero de forma transversal, en diferentes asignaturas (estudiante 21).

      Conclusión

      Elementos