Морган Райс

Resucitada


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tecleó, y sus ojos se iluminaron.

      “¡Aquí está! Blake Robertson. ¡Sí, es él! "

      Los policías se inclinaron y Polly les acercó su celular para que pudieran leer. Los oficiales lo tomaron y se lo entregaron el uno al otro, miraron su rostro de cerca y anotaron su apellido.

      "Vamos a hablar con él", dijo el Oficial Hardy, mientras le regresaban el celular a Polly. "Tal vez él sepa algo."

      "¿Qué averiguaron con los otros amigos de Scarlet?", otro oficial preguntó. “¿Se han comunicado con ellos?"

      Caitlin miró a Caleb sin comprender, habían estado demasiado aturdidos.

      “No había pensado en ello", dijo Caitlin. "No se me ocurrió. Ella no iba a la casa de un amigo. Estaba enferma. No parecía ir a ningún lugar en concreto.”

      "Hágalo," dijo un oficial. "Póngase en contacto con todos. Es el mejor lugar para empezar.”

      "Después de todo lo que he escuchado,tengo que decir," el Oficial Hardy declaró como dando por concluido el asunto, “que esto tiene que ver con drogas. Creo que Bob tiene razón. Suena como un mal viaje. Mientras tanto, vamos a seguir patrullando las calles. Lo mejor que ustedes pueden hacer es quedarse en su casa. Esperarla aquí. Ella volverá.”

      Los oficiales se miraron, luego, de repente se pusieron de pie. Caitlin se dio cuenta de que ya querían irse.

      Caleb, Sam y Polly se pararon y lentamente Caitlin lo hizo, sintiéndose débil en las rodillas. Mientras le daba las manos a los oficiales y todos se preparaban para salir, de repente, algo le sobrevino. No podía permanecer en silencio por más tiempo. Ya no podía contener el deseo de decirles lo que sabía. Para darles a entender de que no estaban pensando correctamente.

      "¿Y si se trata de otra cosa?" Caitlin gritó cuando los policías estaban a punto de salir.

      Mientras se ponían sus abrigos, todos se detuvieron, y, lentamente, se volvieron hacia ella.

      "¿Qué quiere decir?", el Oficial Hardy le preguntó.

      Con el corazón latiendo en su pecho, Caitlin se aclaró la garganta. Sabía que no tenía que decirles; iban a pensar que se había vuelto loca. Pero no podía contenerlo por más tiempo.

      "¿Qué pasa si mi hija está poseída?", preguntó.

      Todos se quedaron quietos y la miraron como si ella estuviera completamente loca.

      “¿Poseída?" uno de ellos preguntó.

      "¿Y si no está actuando como si fuera ella?", Caitlin preguntó. "¿Y si estuviera cambiando? ¿Transformándose en otra cosa? "

      Un silencio espeso y pesado llenó la habitación, y Caitlin sentía como todos, incluyendo a Caleb y Sam y Polly, se volvían y la miraban. Tenía las mejillas rojas de vergüenza. Pero no podía parar. Ya no. Tenía que terminar la idea. Y sabía que iba a ser un punto de inflexión, a partir de ese momento todo el pueblo ya no la vería como una persona normal y su vida cambiaría para siempre.

      "¿Qué si mi hija se estuviera convirtiendo en un vampiro?"

      CAPÍTULO DOS

      Caleb acompañó a los policías afuera, cerró la puerta y regresó a la habitación con el ceño fruncido. Nunca antes Caitlin lo había visto mirarla con tal ira, y su corazón se colapsó. Sentía como si toda su vida se estuviera desmoronando ante sus ojos.

      “¡No puedes estar diciendo esas cosas frente a la gente!", él espetó. “¡Es como si te hubieras vuelto loca! Van a pensar que estamos todos locos. No nos van a tomar en serio.”

      “¡Yo no estoy loca!" Caitlin espetó. "Y tú deberías estar de mi lado, y no del de ellos, y deja de fingir que todo esto es normal. Estabas en esa habitación conmigo. Sabes muy bien lo que viste. Scarlet se lanzó por el cuarto. ¿Una convulsión podría provocar una reacción así? ¿Una enfermedad?"

      "Entonces, ¿qué quieres decir?" Caleb replicó, alzando la voz. “¿Quieres decir que ella es un monstruo? ¿Un vampiro? Eso es ridículo. Parece como si hubieras perdido el contacto con la realidad."

      La voz de Caitlin se elevó con furia . "Entonces, ¿cómo lo explicas tú?"

      “Se puede explicar de muchas maneras", él respondió.

      “Dime una.”

      "Tal vez tenga que ver con su enfermedad. O tal vez, como dijeron, ella está tomando algún tipo de droga. Tal vez ese chico Blake- "

      "Eso es ridículo", Caitlin espetó. "Blake es un buen chico. Él no es un traficante de drogas. Y, además, viste cómo ella nos dejó atrás. Ni siquiera pudimos alcanzarla. Eso no es algo normal. No finjas que no lo viste.”

      “No quiero saber más de esto", dijo Caleb.

      Él se volvió y cruzó la habitación, tomó la chaqueta del ejército del gancho, se la puso y rápidamente subió la cremallera.

      "¿A dónde vas?", Caitlin preguntó.

      "Voy a buscarla. No puedo quedarme aquí sentado. Me estoy volviendo loco. Tengo que salir a buscarla.”

      "Los policías dijeron que lo mejor es estar es aquí. ¿Y si llega cuando estás fuera? ", Caitlin preguntó.

      “Entonces, quédate tú aquí y me llamas," Caleb respondió. “Voy a salir.”

      Entonces, él cruzó la habitación, abrió la puerta y la cerró de un golpe. Caitlin escuchó el sonido de sus botas mientras descendía rápidamente por la escalera del porche y el crujido de la grava; luego lo oyó entrar en su coche e irse.

      Caitlin tenía ganas de llorar. No quería pelear con Caleb, especialmente ahora. Pero no podía dejar que él la convenciera de que estaba perdiendo contacto con la realidad. Ella recordaba lo que había visto. Y sabía que tenía razón. No iba a permitir que otros trataran de convencerla de que estaba perdiendo la cabeza.

      Caitlin se volvió hacia Sam y Polly, quien seguían allí, inmóviles, con los ojos muy abiertos por la sorpresa. Nunca antes habían visto a Caitlin y Caleb pelearse. La misma Caitlin nunca antes había visto algo así -hasta ese momento, su relación siempre había sido muy armoniosa. Sam y Polly se veían atónitos, con miedo a interferir. También la miraban como si ella se hubiera vuelto loca, como si no estuviera en su sano juicio. Caitlin se preguntó si ellos estaban del lado de Caleb.

      "Creo que tal vez debería buscarla también," dijo Sam tentativamente. "Dos coches buscando por las calles es mejor que uno. Y no sirvo de nada aquí. ¿Te parece bien? ", le preguntó a Caitlin.

      Caitlin asintió, no quería abrir la boca por miedo a ponerse a llorar. Sam tenía razón; él no era de mucha utilidad en la casa. Y Polly estaba con ella. Sam se acercó y le dio un rápido abrazo, luego se volvió y salió.

      “Tengo mi celular", dijo al salir. "Llámenme si saben algo."

      Sam cerró la puerta y Polly se acercó a Caitlin y le dio un largo abrazo. Caitlin le devolvió el abrazo. Se sentía acompañada al tener a su mejor amiga junto a ella. No sabía qué hubiera hecho sola.

      Las dos se sentaron una al lado de la otra en el sofá, mientras Caitlin se enjugaba una lágrima que se estaba formando en la esquina de sus ojos. Sus ojos estaban muy rojos y en carne viva después de tantas horas de estar llorando. Ahora, sólo se sentía vacía.

      "Lo siento tanto", dijo Polly. "Es como si todo esto fuera una pesadilla. Es simplemente horrible. No tengo palabras qué decirte. No entiendo que pasó. Nada tiene ningún sentido. Sé que Scarlet no se droga. Ella nunca lo haría. Y tienes razón: Blake parece un buen chico.”

      Sentada allí, Caitlin se quedó mirando por la ventana mientras caía la noche, y asintió automáticamente con la cabeza. Quería hablar, pero se sentía tan débil, que tenía miedo de ponerse a llorar de nuevo.

      "¿Qué crees de lo que dijo la policía?", Polly preguntó. “¿Sobre ponerte en contacto con sus amigos? ¿Crees que sea una buena idea? "

      De pronto, Caitlin lo recordó: