Bruno Padín Portela

La traición en la historia de España


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si gobernará manteniendo la Santa Fe y la guardará con obras justas. En tercer lugar el monarca ya es ungido, y, por último, los obispos entregan la espada, los brazaletes, el manto, el cetro, el báculo, y termina sentándose en el trono. Vemos que lo importante no es el juramento, es la unción, porque es el momento en que el rey recibe la gracia de Dios, aunque parece que en el caso de Alfonso VI el juramento precede a la unción. La idea sería que, si el rey miente, estaría jurando en falso, con lo que cometería un pecado contra Dios. En consecuencia, si miente y jura en falso podría ser excomulgado. Si es excomulgado quedaría fuera de la Iglesia, no sería cristiano y por tanto no podría ser rey de un reino cristiano.

      Pero, ¿qué interés tiene toda la historiografía española en presentar la jura de Santa Gadea como un episodio histórico? Como hemos visto, se conjugan una serie de elementos cuyo trasfondo religioso nos interesa subrayar. Parece claro que el objetivo que se persigue es doble. Por un lado, se pretende justificar, en base a la humillación de la que habría sido víctima, la actuación posterior del monarca respecto de su vasallo en los dos destierros. Por otro lado, y quizá sea lo más importante, se busca liberar al Campeador de cualquier tipo de culpa, dejando el terreno preparado para que los historiadores no tengan más que apelar al resentimiento de Alfonso VI y a la envidia provocada por las extraordinarias virtudes que encarnaba el Cid para justificar los motivos que explicarían su caída en desgracia. Esto es fundamental, puesto que un héroe castellano, y por extensión español, de la envergadura del Cid, depositario de las más honorables virtudes que habrían de jalonar el particular carácter colectivo patrio, no podía estar manchado por ninguna mala conducta.

      EL CID COMO TRAIDOR

      El papel del Cid como traidor debe asociarse necesariamente a los dos destierros impuestos por su soberano Alfonso VI. Para ello habría que repasar, al menos someramente, el contexto en el que se producen algunos de los aspectos legales más importantes relativos a la idea de traición y traidor en la Edad Media, las implicaciones que conllevaba dicha consideración, las disposiciones que algunos de los códigos legales contemplaban y el objetivo que se persigue en la historiografía española al presentar una determinada visión sobre las expulsiones sufridas por el Campeador.