etc.), nuestra vida (sentimientos de propósito, realización, etc.), nuestros ancestros (pasado), nuestro legado (futuro) y nuestra muerte física en un mismo pack; podría llamarse espiritualidad. Puede que no sea algo que te quite el sueño en estos momentos: genial; en cualquier caso podría ser una puerta que tarde o temprano quieras abrir.
PASO 1: Escribe las áreas de tu vida que consideras relevantes
Basándote en la lista del paso anterior, escribe tu propia lista de áreas vitales importantes. No tienen por qué coincidir exactamente con las que yo te he expuesto; tal vez alguna no sea de tu interés en estos momentos: perfecto. Tal vez eches de menos algún contexto que no ves reflejado en ninguna de las áreas expuestas; sin problema. Escríbelo para que lo puedas tener en cuenta en los siguientes pasos del ejercicio.
A tener en cuenta
Siéntete libre de subdividir las áreas que te propongo si lo consideras necesario. Por ejemplo, tal vez consideres que dentro de tus relaciones con otras personas quieres tratar la relación con un familiar concreto por un lado (padre, madre, hermanos) y el resto de familiares por otro. También muchas personas dividen «salud» en «salud física» por un lado y «salud mental/emocional» por otro. No hay reglas. La única regla es que te tienes que sentir identificado con las áreas que decidas escribir y que todas en su conjunto representen de algún modo todo lo que ahora mismo es relevante en tu vida.
Antes de seguir querría aclarar un aspecto: no hay manera posible de que hagas este ejercicio MAL. No existe esa posibilidad. Ni en este ni en ninguno de los ejercicios que te propondré a lo largo de este libro: simplemente apela a tu intuición y a tu sabiduría interna; no puedes estar equivocado si eres tú quien toma la decisión.
Tómatelo con el compromiso que requiere, aunque tampoco te lo tomes demasiado en serio; vamos a sacar a la luz aspectos vitales y personales que tal vez ni siquiera sabías que estaban ahí, así que lo mejor es que estés tranquilo y con espíritu de juego. Tú eres mucho, mucho más que una herramienta o un libro; nada de esto te define como persona. Mi empeño es destapar tu curiosidad y que salgas ahí fuera con ganas de comerte el mundo.
No te preocupes, estoy contigo, acompañándote. Sigue conmigo.
PASO 2: Puntúa cada área
Por cada área que hayas identificado, puntúa en una escala del 1 al 10 el grado de satisfacción que tengas en cada una de ellas de manera que el 1 significaría profunda insatisfacción y el 10 plena satisfacción.
¡¡Ojo!! No se trata de que hagas juicios sobre si tienes mucho o poco de cada cosa; se trata de que te preguntes: «¿Cómo me siento respecto a esta área de mi vida?» Piensa que una persona puede cobrar 800 al mes y puntuar el área «dinero» con un 9; a su vez podemos encontrarnos con personas que se sienten insatisfechas facturando 5.000 al mes y podrían puntuar esta área con un 5.
Total: puntúa tu grado de satisfacción puro; nada de juicios sobre si lo que tienes es mucho o poco en comparación a otras realidades que conoces. No lo pienses demasiado; simplemente siéntelo.
PASO 3: Echa un vistazo al resultado
¿Ya has puntuado cada área? Genial. Ahora, separa un poco más la vista del papel y permítete echarle un vistazo global a lo que has escrito: ¿qué opinas del resultado? ¿Hay algo que te haya sorprendido? No sé, ¿tal vez hay algo que crees que podrías hacer diferente en tu vida tras ver la puntuación?
En este punto suelo encontrarme con personas que se puntuaron mucho mejor de lo que esperaban, y viceversa; otras personas se percatan de que están «peor» de lo que creían. También puede ser que nada te haya sorprendido y que la puntuación sea un reflejo fiel del punto vital en el que te encontrabas antes de hacer el ejercicio. Sea cual sea tu caso: estás bien. ¿Sabes por qué? Porque estás empezando a conocerte y eso, lo mires por donde lo mires, es siempre bueno.
PASO 4: Busca relaciones entre las áreas
Una vez hayas terminado con la puntuación deberás hacerte la siguiente pregunta: ¿qué áreas tienen relación entre sí? ¿Qué áreas dependen de otras áreas? Por ejemplo, es habitual encontrarme con personas que relacionan su carrera profesional con el dinero (más satisfecho con su trabajo, más dinero que obtienen en un medio plazo); del mismo modo también relacionan el dinero con el ocio (si es que una parte importante de su ocio requiere un desembolso económico), por lo que si tienen más dinero aumentarán también sus niveles de disfrute en su tiempo libre.
Otro caso habitual es el de aquellos que están pasando por un momento delicado desde un punto de vista anímico; para estas personas normalmente mejorar su área «salud» (salud emocional o estado de ánimo en este caso) estaría íntimamente relacionado con el resto de áreas ya que con más alegría e ilusión mejorarían sus relaciones humanas, rendirían más en sus trabajos, tendrían más ganas de disfrutar del tiempo libre, etc.
Recuerdo aquella persona que durante uno de mis talleres y justo en este punto levantó la mano y me dijo: «Iván, creo que estoy haciendo el ejercicio mal, no encuentro ninguna relación entre mis áreas vitales». No es obligatorio encontrar relaciones entre las distintas áreas de tu vida; recuerda que no hay manera posible de que hagas este ejercicio mal.
PASO 5: Descubre el área punto de apoyo dentro de la rueda de tu vida
Un punto de apoyo es un medio, un utensilio que, usándolo conjuntamente con una palanca, nos permite conseguir mucho con poco (recuerda la frase de Arquímedes sobre la ley de la palanca: «Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo»).
A continuación te propongo que descubras tu punto de apoyo vital, es decir, el área de tu vida que, haciendo lo que tienes que hacer para mejorarla (planteándote y consiguiendo objetivos que te aporten más bienestar), hace que aumente también tu nivel de satisfacción en otros aspectos de tu vida. Es una forma de ahorro de energía de modo que consigamos más con menos, más satisfacción general con una acción focalizada en solo alguno de los aspectos de tu vida. Parece magia, ¿verdad?
Recuerda, tómate esto como un juego y trata de encontrar esa área con el corazón. Cuanto menos pienses la respuesta (y más sientas), mejor.
Truco
Si no consigues saber cuál es tu punto de apoyo, prueba esta estrategia:
1 Elige una de tus áreas e imagínate cómo sería tu vida si elevases la satisfacción de la misma hasta un 10; ahora, piensa: ¿qué impacto tiene en el resto de áreas?
2 Anota qué nueva puntuación tendría el resto de áreas (con una de ellas elevada hasta 10)
3 Repite los dos puntos anteriores con el resto de áreas
4 Tu área «punto de apoyo» es aquella que, elevando su puntuación a un 10, mejora en un mayor grado el resto de áreas de tu vida
Importante: tu punto de apoyo no necesariamente tiene que coincidir con el aspecto de tu vida en el que te sientas menos satisfecho. Por ejemplo, imagina que has puntuado con un 7 tu vida social (familia y amigos), es decir, te sientes razonablemente satisfecho; al mismo tiempo imagina que todavía sientes que puedes elevar esa puntuación y que dicha mejora impactará de manera positiva en muchos otros aspectos de tu vida. Es decir, podría ser sin ninguna duda una buena candidata a ser punto de apoyo aunque se haya puntuado con una nota relativamente alta (un 7).
Recuerda: tu intuición acerca de lo que es importante para ti vale más que cualquier herramienta de autoconocimiento. Esta herramienta está ideada para destapar esa intuición; permite que emerja. Ya tienes las respuestas, solo deja que salgan a la luz.
PASO 6: Escribe un objetivo que consiga aumentar los niveles de satisfacción de tu área punto de apoyo
Llegó la hora de la verdad. Escribe un objetivo que eleve lo máximo posible el área definida como tu punto de apoyo y, por extensión, eleve también el resto de áreas relacionadas. Escribe lo que sientas con tus palabras, no te preocupes de momento por cómo formulas el objetivo. Vamos: ¿cuál es tu meta más prioritaria? Es de suma importancia que escribas un objetivo antes de seguir leyendo.
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