Alfredo Sanfeliz Mezquita

Por fin me comprendo


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buscar la comprensión de las cosas de forma sencilla y limpia, ha nacido dentro de mí la fuerza y el tesón necesarios para escribir esta pequeña obra que busca hacer comprensible para cualquiera lo que es un ser humano y cuáles son los pilares de su funcionamiento. Es decir, qué es lo que persigue el hombre y cómo lo persigue. No voy a «inventar la pólvora», ni lo pretendo, pero sí es mi pretensión explicar a mi manera lo que es la «pólvora» para que cualquiera pueda comprenderlo.

      Cuando escribo un libro me siento como un pintor representando a su modo la realidad, con su estilo, formas y colores. Si este libro fuera un cuadro, sería una pintura que representaría la vida humana y su funcionamiento tal y como lo observa y siente su autor con sus dosis de realismo entremezclado con un cierto toque naif y con recursos coloristas para hacer más fácil y amable su comprensión. De alguna forma tendría mucho de autorretrato, como representación de lo que, «en trazo gordo», podría también ser el retrato de cualquier ser humano, salvando las infinitas peculiaridades que nos hacen distintos y especiales a cada uno de nosotros.

      Me ha costado superar la barrera que suponía para mí tratar cuestiones muy complejas sin tener un conocimiento científico verdaderamente profundo de algunos de los temas tratados. Pero lo he superado porque el valor que pretende aportar este libro es conseguir explicar de forma sencilla, (o todo lo sencilla que he conseguido), y desde mi posición de observador, cuestiones del ser humano que son muy complejas. La forma de explicarlas y la interrelación de unas y otras ideas permitirá al lector alcanzar una mejor comprensión de lo que él mismo es y cómo funciona. Es casi un «manual de funcionamiento del ser humano» con algunas claves para hacerlo funcionar bien.

      No creo que este libro pueda ser encuadrable dentro de los típicos denominados de «auto-ayuda». Pero en gran medida sí siento que puede ser una importante ayuda para quien quiera realmente saber algo más del funcionamiento de los seres humanos, comenzando por uno mismo. Y pocas cosas hay como enriquecer nuestro auto-conocimiento para mejorar nuestra propia gestión, comprender aquellas áreas grises o miedos que nos gustaría superar y caminar hacia la sabiduría. Este libro no ofrece fórmulas mágicas para ser felices, pero sí ofrece ideas y perspectivas acerca de nuestra forma de ser y funcionar que sin duda pueden resultar de interés para crecer en nuestra auto-comprensión, la comprensión de los demás y finalmente el entendimiento del mundo. Pues sin duda el mundo, en lo que se refiere a sus dinámicas sociales, solo puede explicarse desde el entendimiento del comportamiento tipo de los seres humanos que lo poblamos. Y desde esa comprensión podremos mejorar también nuestro propio auto gobierno.

      El libro está escrito desde mi más profunda reflexión como observador de la vida y desde la «experiencia sentida» de mi propia vida como muestra de lo que es la existencia de un ser humano. Es la perspectiva de un sujeto que encarna una de esas vidas. Enmarco el libro por ello en ese género que ya he bautizado como «feelthinking» por reunir, de forma fusionada, tanto reflexiones racionales que proceden de mis procesos conscientes, como conclusiones, visiones, sentimientos o creencias que más que ser pensadas son «sentidas» por mí y que se originan en el corazón o en las entrañas. Y unos y otros, pensamientos y sentimientos, interrelacionados entre sí, por ser esa interrelación ineludible en nuestro funcionamiento mental y cerebral.

      Reconozco lo difícil que es explicar bien lo que quiere decir «ser sentidas» por mí, pues solo quien es sujeto de experiencias y sentimientos puede saber lo que ello significa. Pero cualquier explicación se sitúa en ese universo interno de las representaciones mentales, las vivencias, la intuición, y en general de los procesos inconscientes de nuestro cuerpo, nuestro cerebro y nuestra mente. Ninguna expresión del ser humano es completa si no se efectúa desde un plano que integre tanto el ámbito más intelectual, racional y consciente como el ámbito inconsciente de la intuición, las impresiones, las emociones, los sentimientos… La ciencia ya se pronuncia de manera creciente sobre ello afirmando las distorsiones que se producen en el funcionamiento de nuestro cerebro racional, muy vinculado con la llamada corteza prefrontal, cuando no está debidamente conectado o interrelacionado con el sistema emocional. Así se deduce, de forma contundente, de la lectura del magnífico libro de Antonio Damasio El error de Descartes. Esa conectividad es fundamental para un buen funcionamiento integral de nuestro cerebro al servicio de nuestra vida y nuestro bienestar.

      Por tanto, a mi necesidad de escribir para dar respuesta a mis preguntas se une en este caso mi inquietud por compartir con el mundo lo que entiendo yo que es el ser humano, lo que verdaderamente le mueve y cuáles son los mecanismos y herramientas de los que gozamos para cumplir nuestro propio propósito o mandato natural de supervivencia. Aunque soy creyente me centraré en contemplar principalmente lo que entiendo que son aspectos de nuestra maquinaria en lo que se refiere a nuestra condición de animales racionales, si bien inevitablemente haré en algún momento referencias a nuestro ámbito trascendente y espiritual, pues este es en mi opinión el ámbito que representa el último estadio de nuestra evolución como seres superiores de la naturaleza (en la Tierra al menos).

      Cualquier análisis que uno pretenda hacer para posicionarse en lo que es bueno, justo o apropiado para el ser humano exige hacerlo con la enorme humildad de saber que ignoramos mucho más de lo que sabemos. La definición o precisión de esos conceptos se encuentra en ese enorme territorio de «lo relativo» y de nuestra ignorancia, que yo llamo el «universo de misterio». Un universo del que nada sabemos, más allá de nuestras especulaciones y creencias religiosas o espirituales. La parte final del libro sobre sabiduría, crecimiento y espiritualidad abundará posteriormente en esta idea.

      El libro no pretende por tanto ser un tratado técnico o científico sino una expresión vivida de lo que es el ser humano, desde las elucubraciones y la perspectiva de quien es un ejemplar de esa especie. Se trata sin duda de un conocimiento basado en la experiencia y el aprendizaje que proporcionan el transcurso de ya bastantes años por la vida, enriquecido por las múltiples lecturas que como aficionado he hecho de temas antropológicos y sociales. Es un trabajo hecho desde la consciencia de que su contenido no es más que una creación o visión personal empaquetada en forma de libro utilizando los lenguajes y ámbitos de conocimiento generalmente admitidos y compartidos por la sociedad.

      Pero, aun cuando no sea la pretensión del libro la profundidad científica, sí he pretendido verificar que nada de lo que se dice pueda ser calificado como contrario a cualquier conocimiento científico arraigado en la comunidad científica. Y así puedo confirmarlo tras haber sometido todo su contenido a la revisión y el filtro validador de mi amigo Marcos Ríos-Lago, profesor de Psicología de la UNED e investigador en Neurociencia. Se trata por tanto de un libro que no tiene como misión la divulgación científica como tal, aunque sí pretende contribuir, sin herir o contrariar a la ciencia, a un mejor conocimiento y comprensión de los fenómenos que determinan el funcionamiento de los humanos, especialmente en nuestro tiempo.

      Me gustaría por ello conseguir una escritura llana, de fácil comprensión y con la que los lectores puedan sentirse identificados en muchos casos con los fenómenos humanos que trataré de describir. Quizá a veces el libro pueda parecer tontorrón por decir cosas básicas y evidentes. Pero también los cuentos lo son y no por ello dejan de ser maravillosos. Aunque me gustaría también ser amable con el lector, soy consciente de que algunas afirmaciones sobre las fuerzas que nos mueven a todos nos definen como interesados y egoístas, lo que no es agradable de asumir. Sentimos que van en contra de creencias muy arraigadas que tenemos en nuestras sociedades y que son contrarias a una ética o moral auto-legitimadora de nuestra forma de ser y actuar en un marco social en el que nos sentimos orgullosos de nuestras conductas. Es un egoísmo de supervivencia que tenemos entroncado en nosotros a través de múltiples, sutiles e inconscientes manifestaciones de las que no hay que avergonzarse cuando se encauzan de forma social y equilibrada. ¡Al fin y al cabo está en nuestra genética!

      Más allá de este libro, si tuviera que decir cuál es mi propósito trascendente en esta vida, sin duda en este momento lo enunciaría como el «contribuir a poner un granito de arena para despertar la curiosidad y el interés del ser humano por su propio autoconocimiento, individual y como especie, contribuyendo así a que todos nos comprendamos un poco mejor y comprendamos un poco mejor a quienes nos rodean. Y desde esa mayor comprensión llegar a entendernos y convivir todos mejor».

      Me encantará por ello