Mark Twain

El Príncipe y el mendigo


Скачать книгу

venía otro con la Espada de la Ciudad; luego varios alguaciles de la guarnición de la ciudad, con uniforme de gala, y con divisas en las mangas. Venía luego el rey de armas de la Jarretera, con su tabardo; lo seguían varios caballeros del Baño, cada uno con una cinta blanca en la manga; luego sus escuderos; después los jueces, con sus togas escarlatas y sus cofias; luego el lord gran canciller de Inglaterra, con su toga escarlata, abierta por delante y, orlada de piel blanca con manchas negras; luego una comisión de regidores con sus capas escarlata, y luego los principales de las diferentes compañías cívicas en traje de ceremonia. Después venían doce caballeros franceses, con espléndidos atavíos, consistentes en jubones de damasco blanco listado de oro, capas cortas de terciopelo carmesí, forradas de tafetán violeta y calzas color carne, y comenzaron a descender por la escalinata. Eran el séquito del embajador francés, e iban seguidos por doce caballeros del séquito del embajador español, vestidos de terciopelo negro sin ningún adorno. En pos de éstos venían varios importantes nobles ingleses con sus servidores.

      Se sintió dentro floreo de trompetas, y el tío del príncipe, el futuro gran duque de Somerset, salió de la verja, ataviado con un jubón de brocado negro y una capa de raso carmesí con flores de oro, y ribeteada con redecillas de plata. Se volvió, se quitó la gorra adornada con plumas, inclinó su cuerpo en profunda reverencia y empezó a retroceder de espaldas, saludando a cada escalón. Siguió prolongado son de trompetas y la proclamación: "¡Paso al alto y poderoso señor Eduardo Príncipe de Gales!" En lo alto de los muros de palacio prorrumpió en estrépito atronador una larga hilera de rojas lenguas de fuego; la gente apiñada en el río estalló en potente rugido de bienvenida, y Tom Canty, causa y héroe de todo aquello, apareció a la vista, e inclinó levemente su principesca cabeza.

      Iba magníficamente vestido con un justillo de raso blanco, con pechera de tisú púrpura, salpicado de diamantes y ribeteado de armiño. Sobre esto llevaba una capa de brocado blanco con la corona de tres plumas, forrada de raso azul, adornada con perlas y piedras preciosas y sujetas con un broche de brillantes. De su cuello pendía la orden de la Jarretera y varias condecoraciones reales de países extranjeros, y cada vez que le daba la luz, las joyas resplandecían con deslumbrantes destellos. ¡Oh, Tom Canty, nacido en un cobertizo, educado en los arroyos de Londres, familiarizado con los andrajos y la suciedad y la miseria, qué espectáculo es éste!

      Конец ознакомительного фрагмента.

      Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

      Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

      Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

/9j/4QAYRXhpZgAASUkqAAgAAAAAAAAAAAAAAP/sABFEdWNreQABAAQAAAA8AAD/4QPzaHR0cDov L25zLmFkb2JlLmNvbS94YXAvMS4wLwA8P3hwYWNrZXQgYmVnaW49Iu+7vyIgaWQ9Ilc1TTBNcENl aGlIenJlU3pOVGN6a2M5ZCI/PiA8eDp4bXBtZXRhIHhtbG5zOng9ImFkb2JlOm5zOm1ldGEvIiB4 OnhtcHRrPSJBZG9iZSBYTVAgQ29yZSA1LjAtYzA2MCA2MS4xMzQ3NzcsIDIwMTAvMDIvMTItMTc6 MzI6MDAgICAgICAgICI+IDxyZGY6UkRGIHhtbG5zOnJkZj0iaHR0cDovL3d3dy53My5vcmcvMTk5 OS8wMi8yMi1yZGYtc3ludGF4LW5zIyI+IDxyZGY6RGVzY3JpcHRpb24gcmRmOmFib3V0PSIiIHht bG5zOnhtcE1NPSJodHRwOi8vbnMuYWRvYmUuY29tL3hhcC8xLjAvbW0vIiB4bWxuczpzdFJlZj0i aHR0cDovL25zLmFkb2JlLmNvbS94YXAvMS4wL3NUeXBlL1Jlc291cmNlUmVmIyIgeG1sbnM6eG1w PSJodHRwOi8vbnMuYWRvYmUuY29tL3hhcC8xLjAvIiB4bWxuczpkYz0iaHR0cDovL3B1cmwub3Jn L2RjL2VsZW1lbnRzLzEuMS8iIHhtcE1NOk9yaWdpbmFsRG9jdW1lbnRJRD0idXVpZDo2NUU2Mzkw Njg2Q0YxMURCQTZFMkQ4ODdDRUFDQjQwNyIgeG1wTU06RG9jdW1lbnRJRD0ieG1wLmRpZDo0QzFD RkVGQkU3MEExMUVBODExMDk0OTQxNDNDOTlBMCIgeG1wTU06SW5zdGFuY2VJRD0ieG1wLmlpZDo0 QzFDRkVGQUU3MEExMUVBODExMDk0OTQxNDNDOTlBMCIgeG1wOkNyZWF0b3JUb29sPSJBZG9iZSBJ bGx1c3RyYXRvciAyNC4yIChNYWNpbnRvc2gpIj4gPHhtcE1NOkRlcml2ZWRGcm9tIHN0UmVmOmlu c3RhbmNlSUQ9InhtcC5paWQ6RUQzMDI3NTJEOEQ1MTFFQThBMDdBQUIzQzEyQzM1NjgiIHN0UmVm OmRvY3VtZW50SUQ9InhtcC5kaWQ6RUQzMDI3NTNEOEQ1MTFFQThBMDdBQUIzQzEyQzM1NjgiLz4g PGRjOnRpdGxlPiA8cmRmOkFsdD4gPHJkZjpsaSB4bWw6bGFuZz0ieC1kZWZhdWx0Ij5XZWI8L3Jk ZjpsaT4gPC9yZGY6QWx0PiA8L2RjOnRpdGxlPiA8L3JkZjpEZXNjcmlwdGlvbj4gPC9yZGY6UkRG PiA8L3g6eG1wbWV0YT4gPD94cGFja2V0IGVuZD0iciI/Pv/tAEhQaG90b3Nob3AgMy4wADhCSU0E BAAAAAAADxwBWgADGyVHHAIAAAIAAgA4QklNBCUAAAAAABD84R+JyLfJeC80YjQHWHfr/+4ADkFk b2JlAGTAAAAAAf/bAIQABgQEBAUEBgUFBgkGBQYJCwgGBggLDAoKCwoKDBAMDAwMDAwQDA4PEA8O DBMTFBQTExwbGxscHx8fHx8fHx8fHwEHBwcNDA0YEBAYGhURFRofHx8fHx8fHx8fHx8fHx8fHx8f Hx8fHx8fHx8fHx8fHx8fHx8fHx8fHx8fHx8fHx8f/8AAEQgLuAdMAwERAAIRAQMRAf/EAMsAAQEB AQADAQEBAAAAAAAAAAACAQMEBQYHCAkBAQEBAQEBAQAAAAAAAAAAAAABAgMEBQYQAAEDAwIEAwUD BAkNDAcFCQEAEQIhMQNBElFhBAVxIgaBkTITB6FCCLHBUhTR4WJyI1OTs9Pw8YJ0hJS01BV1NjcY krIzQ3PDJDQWRlYXotKDJTVFVcJjo0RUZKQnxGWF5KVmEQEBAQEAAQIDBgYCAgIDAQEAARECAyEx QRIEUaHhEwUVYXEyUmIzgRQiQpGxwdEj8HL/2gAMAwEAAhEDEQA/AP6I6r/rOb9/L8q/M/Uf7Ov5 17uPaOS5NCAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAg ICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAg ICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAg ICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAgICAg ICAgICAgICAgICDr1X/Wc37+X5V1+o/2dfzrPHtHJcmhAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEB AQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEBAQEB