hago interpretaciones y entiendo muchas cosas que a la luz del transcurrir de los años, se ven de otra forma.
Yo quiero contarle a la gente que conoció a Jaime, a ustedes mismos, quiénes éramos nosotros, quiero que sepan que somos hijos de una familia sencilla, humilde pero muy trabajadora, muy honesta, con valores muy profundos que quería una casa, un hogar, una ciudad, un país, un mundo para todos, compartido, al servicio de todos, donde todos cupiéramos, tuviéramos los mismos derechos, los mismos compromisos, el mismo amor por lo que hacemos.
Mi papá, Félix; Marisol; mi Mamá, Daisy; y mis hermanos, Alfredo, Jaime y Jorge.
Hablé con algunas editoriales para escribir este libro y ellas necesitan gente famosa, cosas extravagantes para contar, necesitan que yo revele cosas que no tengo por qué revelar. Mi pretensión solamente es un compromiso conmigo misma, con mi historia, con la historia de Jaime, con la de mi familia, con nuestros valores de crianza.
Le conté a mi Médica la Doctora Catalina Mosquera que estaba escribiendo este libro y le decía que era muy duro porque es recordar cosas, situaciones, momentos tal vez olvidados o que no había elaborado; ella me decía “pero le va a servir mucho Marisol porque es como sacar del alma muchas cosas que están metidas allá”. Por eso quiero contarles todo a ustedes a través de este pasar las fotos de mi álbum.
Yo tengo muy presente que cuando llegaba alguien a mi casa (uno no lleva a cualquier persona a su casa, cuando alguien llega es porque se le abren las puertas, el corazón, la historia y esa persona se hace digna de la confianza de uno y uno también es digno de la confianza de esa persona), lo primero que uno hacía, antes de prepararle las onces que eran con chocolate caliente, era decirle “venga nos sentamos” o “siga y se sienta” y uno sacaba el álbum de fotos y le comenzaba a contar “este es fulano, este es zutano, y este es… no sé quien es”, entonces mi Mamá le contaba a uno quién era y comenzaba una conversación alrededor de las imágenes y los momentos. Para mí misma repasar el álbum de fotos es volver a ver muchas cosas de las que uno no sabía pero en las cuales participó, que después del paso del tiempo se ven con otros ojos y también se disfrutan.
Jorge de 1 año y medio
Yo siento que el álbum deja ver mucho, las fotos dicen muchas cosas de lo que uno es, con quién anda, qué gestos tiene, qué actitud toma, quién es. Por ejemplo, yo encontré algo muy lindo: mi Mamá tuvo que adorar a mi hermano mayor Jorge, eso lo fui descubriendo porque le tomó fotos al mes y al otro mes y al año, ¡cada mes!, mostrando cómo para ella fue tan significativo él, tan importante. Por eso cuando Jorge se va a Estados Unidos para mi Mamá es muy duro, pero con las fotos es como tener a los seres queridos ahí. Yo, por ejemplo, veo todas las mañanas la foto de mi Mamá y la saludo porque para mí es recordarla en su gesto de cariño, de picardía, de ternura, de todo lo que encierra una Mamá.
Hace algún tiempo tuve la oportunidad de leer un hermoso libro de Celia Cruz que me dejó mi tía Cookie (Rafaela Forero) y que me inspiró. Son pistas de Dios acerca de lo que tenía que hacer este año, cuando Jaime cumple diez de ser asesinado. Vi fotos muy lindas de Celia niña, cuenta cómo eran de pobres, cómo desde su cantar, desde ganar concursos allá en La Habana en emisoras sencillas, comenzó a darle posibilidades a su familia siendo premiada con mercados, con algún dinero y después de verla triunfar con tanta elegancia y sencillez, me conmoví.
Jaime y Marisol
Quiero, a través de las fotos, contarles a ustedes cómo fue ese Jaime que me dio la mano toda la vida y con quien estuvimos juntos desde niños. Mi Mamá nos enseño a tomarnos de la mano, a ir juntos, a responder el uno por el otro, a obedecerle al grande y a cuidar al pequeño. Yo quiero que este acercarse, embarcarse y meterse dentro del mundo de los Garzón Forero sea una experiencia maravillosa para quien lea este libro, pero también significativa para quienes no conocieron a Jaime o para los niños y jóvenes que hoy están creciendo.
Muy bien. Bienvenidos. Creo que así estamos más cómodos. ¿Quieren tomar algo?, ¿una aguadepanela con queso?, ¿un chocolatico?, ¿un jugo? Voy a seguir hablando un poco más fuerte mientras voy a la cocina a prepararles algo…
Este libro también tiene una pretensión didáctica. Enseñar y aprender a través de la palabra, de los recuerdos y de la interacción, lo importantes, lo únicos que somos todos y la capacidad que tenemos de construir valores y una sociedad que se mire a sí misma con ojos de niño, con toda la capacidad de cambio, justicia y solidaridad posibles.
Está salpicado de recuerdos no solo míos sino de mis familiares, de personas que compartieron con Jaime, de su mejor amigo del colegio, de sus profesoras. Algunos escritos suyos de puño y letra se incluyen en las hojas de este libro y al final la transcripción de una conferencia suya en la Corporación Universitaria de Occidente que circula en un video y que me pareció interesante y lúdico dejar que ustedes conozcan.
Escribir ha sido recordar, ver a Jaime en las fotos de familia, su risa y su forma de ser, su picardía, sus bromas, su cariño, su sencillez, su inteligencia y genialidad. Quiero que este libro, este recorrido por mi familia, por mi historia, sea un homenaje a la vida.
Sigan por favor a la mesa y se sientan que acá están el chocolate y la aguadepanela. También hay queso y si quieren pan o galletas. Hay algunas almojábanas y arepitas para el que quiera. Voy a poner estos individuales para proteger la mesa y acá hay cubiertos. ¡Ah!, y muchas gracias por venir a mi casa. Por estar acá. ¡Por aquí siempre a la orden!
Sentados de izq. a der.: Patricia, Alfredo, mi Abuelita María, mi Tío Ramón, Martica, Margarita y Jorge. De pie desde la izq.: mis Tías: Cookie, Soledad y Emita con Marisol en los brazos.
Facsímil del cuaderno de trabajo de Jaime Garzón cuando cursaba segundo elemental (1966).
Nuestras raíces
A mi Tía Emita,
que nos dio un techo para ser felices,
que nos tendió su mano cuando
más lo necesitábamos, que nos dejó
conocer el valor de la solidaridad,
que se privó de muchos “gustos
propios” por darnos una vida digna.
Mis Abuelos Maternos: Carlos Julio Forero y María Portella
Para hablar de nuestras raíces necesariamente debo referirme a mis abuelos, comenzando la centuria de 1900. Para ello, antes que ustedes llegaran, miré el álbum de fotos con mi tía Emita y con mi tío Alberto, ambos hermanos de mi Mamá.
Mi abuelo materno, Carlos Julio Forero Murcia era originario de Ubaté, un pueblito al norte del departamento de Cundinamarca en los límites con Boyacá y mi abuela materna María Portella Cabrera, nació en Fresno al norte del Tolima en los límites con el departamento de Caldas.
Mi abuelo era carpintero, hijo de familia adinerada y mi abuela era hija única. Por razones que desconozco la familia de mi abuela se trasladó de Fresno a Mariquita, en ese tiempo la gente hacía ese viaje a pie y antes de llegar al destino se quedaban en casa de las amistades que tenían. Cuando se trasladaron, mi abuela era tan solo una niña.
Como mi abuelo era carpintero, posiblemente atendiendo oportunidades de trabajo, viajó a Mariquita a laborar