Marcelo Paladino

De la empresa familiar a la familia empresaria


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para mí un gran honor poder “prologar” o comentar un libro de esta naturaleza y le agradezco a Marcelo Paladino la distinción que me otorgó.

      El tema central es tan importante como poco explorado y por ello celebro el que este libro no solo pueda ser leído, estudiado y comentado, sino y sobre todo, que pueda ayudar a todas aquellas personas que quieren y necesitan un soporte teórico a una empresa que por su propia dinámica y vitalidad, requiere de mucho más que de temas de administración, finanzas, marketing y proyección quinquenal. Una empresa que quiere ser “familiar” requiere de un valor agregado mucho más sutil y arriesgado por manejar vínculos que trascienden justamente el ámbito empresarial.

      Por ello la importancia de este libro. Una empresa no surge como un acto de magia. Es el producto de un camino transitado a través de aciertos y desaciertos, de éxitos, pero sobre todo de fracasos. Si unimos estos mismos éxitos y fracasos a lo familiar, tendremos una variable aún más compleja: sumamos a los lazos empresariales los lazos familiares. Y si esos lazos apuestan a la trascendencia, entonces ya dejamos de hablar de “empresa familiar” para hablar, como dice M. Paladino, de “familia empresarial”.

      El trabajo cotidiano se suma al ámbito familiar, y ello reporta un doble desafío: por un lado hacer de la empresa un lugar donde la rentabilidad no solo sea óptima, sino segura y pueda crecer cada vez más. Por otro lado, equilibrar las relaciones familiares de modo tal que cada uno de sus integrantes pueda formarse, perfeccionarse, desarrollar las diferentes potencialidades para crecer como personas y como empresarios también.

      En lo personal, yo no podría haber arrancado con mi empresa si no hubiera sido por la ayuda de mis padres, quienes me inculcaron la responsabilidad por el trabajo. A partir de allí, todo lo que pude hacer fue gracias a mi familia, que siempre me acompañó, apuntaló y sostuvo en momentos buenos y malos. Soy consciente de que los valores y los principios con los que empecé la empresa van a continuar en gran medida a través de mis hijos y familiares que ya están a cargo de algunos sectores de Combustibles del Norte (CN). Al ser el fundador de la empresa, quiero que la misma continúe con los valores éticos y con el espíritu con la que me la imaginé desde un principio para que perdure en el tiempo, porque esos son los valores que junto a mi mujer quisimos inculcar a mis hijos y los que importan a nivel familiar. Y si funcionan con mis hijos, por qué no pueden funcionar con el conjunto social donde si inserta mi empresa.

      El éxito no viene solo; hay que golpear puertas, renunciar muchas veces a favor de otras cosas que veremos sus frutos más adelante (si es que los podemos ver tal como los imaginamos). Pero lo que no se puede posponer ni renunciar es a la familia y el carácter familiar que uno quiere darle como impronta a la empresa. Y para ello uno se tiene que preparar, formar, estudiar, analizar casos, estar al día en cuestiones de mercado pero también estar al día en las relaciones familiares, que no pueden ser pospuestas porque es justamente en la familia donde la empresa cobra trascendencia.

      Tanto en los órganos de gobierno de la empresa como en las decisiones más pequeñas, todo es analizado desde esta doble mirada. De ahí la importancia “angular” del presente libro: brinda una perspectiva nueva, innovadora y audaz a las empresas que están constituidas por familias.

      La mejor combinación que puede darse en una empresa, pero también la más riesgosa, es la de armonizar los vínculos familiares con los laborales. Y ello implica, como antes dijimos, en quien lleva adelante la empresa, una mirada crítica, despierta, lúcida, pero también paternal. En definitiva, la función de Presidente de la empresa es similar, a la que tenemos los que somos padres de familia. Porque la autoridad no viene tanto por el cargo que uno cumple a nivel laboral, sino y sobre todo, por la preparación y la coherencia de vida que uno es capaz de despertar en el otro. Yo tengo una autoridad, pero quien o quienes legitiman esa autoridad son los otros. Esta autoridad entendida como servicio es lo que configura el ser cabeza de familia y de una empresa, y si consideramos que la persona es una sola, no debería haber diferencias entre el ámbito privado y el público.

      Dejo al lector que “saboree” la presente obra tan bien escrita por Marcelo Paladino, porque de ello se trata: de “rumiar” cada caso, de aprender de experiencias ajenas y de poder proyectar en base a lo que despertó toda la teoría aquí escrita.

       Eduardo Gómez NaarPresidente Combustibles del Norte

       Introducción

       Prof. Marcelo Paladino

       I. El aporte esperado

      Como es común a cualquier libro, dedicamos un espacio para plantear qué pretendemos al desarrollar una obra que se enfoque en el fenómeno particular de las “Familias Empresarias” (FE). A pesar de que existe una profusa literatura sobre las Empresas Familiares (EF), parece no haberse avanzado tanto en lo que específicamente distingue a las Familias Empresarias: así como se pone un gran esfuerzo y creatividad para el desarrollo de una Empresa Familiar, ¿qué esfuerzo debería ponerse para lograr la sustentabilidad y trascendencia de la familia?

      Para el abordaje de la problemática de la Empresa Familiar, el foco es la empresa y cómo se compatibiliza la gestión con las características particulares de los dueños o de la estructura de la propiedad. Creemos que la problemática de las Familias Empresarias implica mirar mucho más allá de ello. En primer lugar, porque las Familias Empresarias tienen un impacto relevante sobre toda la sociedad, por sus raíces, que le dan a sus decisiones una visión de largo plazo y de esfuerzo diferentes, y un compromiso superior con los valores y la cultura. Las Familias Empresarias tienen, entonces, un rol relevante en el desarrollo de países y de sociedades muy diferencial; ejemplos sobran, aunque todavía no sean tan difundidos, pero la Familia Empresaria es la base del modelo competitivo de países como Alemania,1 de ciudades como Rafaela, en la Argentina2; pasando también por el impulso que las Familias Empresarias han dado a la educación en Corea o Turquía3 para ayudar a transformar esos países formando a los profesionales y líderes que se necesiten.

      La raíz o fundamento del desarrollo está, en muchos casos, en la cantidad y calidad de las Familias Empresarias. De ahí que consideramos necesario profundizar en el conocimiento sobre el impacto diferencial que tienen “las Familia Dueñas” en el desarrollo de las regiones y países, y de la sociedad. Impacto que debe ser un acicate motivador para entender que vale la pena impulsar con visión de grandeza la Familia Empresaria. Desde esta perspectiva, podemos decir que vemos que es más relevante pensar en términos de Familia Empresaria que de Empresa Familiar.

      Por otra parte, plantear la continuidad y desarrollo de las Familias Empresarias implica pensar y trabajar sobre un aspecto central: la trascendencia de la familia. Hasta desde el punto de vista humano, el trascender, en este caso con una Familia Empresaria, nos ha mostrado que carga de una vitalidad a toda la familia, que difícilmente se logra solo pensando sólo en términos de negocio, empresa o recursos. Trascender lleva asociado la idea de felicidad y de creación de valor para sus miembros; y de responsabilidad ante la oportunidad de hacer cosas que no son posibles de plantear en otras familias. En particular, la oportunidad de transmitir valores, confianza en el futuro y compromiso.

      Ante este desafío, pretendemos ayudar a las familias y a quienes trabajan con ellos clarificar cuál o cuáles pueden ser los momentos y caminos para pasar de Empresa Familiar a Familia Empresaria:

      • En primer lugar, -¿cuándo?: no hay un modelo o esquema que marque un momento determinado; la experiencia indica que ocurre cuando al número 1 o a alguien de la familia se le presenta como inquietud: ¿no deberemos dedicarle más tiempo a ver cómo nos organizamos como familia?; y a partir de ese momento pasa a ser más importante “organizar” la familia que la empresa; y así como se ha dedicado tiempo y recursos importantes para fortalecer los negocios, se deberá hacer lo mismo (aunque de otra manera) si se quiere asegurar la trascendencia de la familia como Familia Empresaria.

      • ¿Hay un proceso para pasar de Empresa Familiar a Familia Empresaria? En segundo lugar, se debe descubrir el proceso, el cual tampoco es único, sino que las decisiones implican transitar por caminos diversos