Liliana Garzón Forero

Cultivando conocimiento


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de La Salle

      Javier E. Gómez

      Laila Bernal

      Coordinadores del Semillero de Investigación en Ciencia Animal (SICA)o

      La detección temprana de las enfermedades infecciosas transmitidas por vectores como la garrapata o el mosquito es de gran importancia, ya que influye directamente en el pronóstico del paciente (Miró, 2014). Agentes como Ehrlichia canis, Borrelia burgdorferi, Anaplasma phagocytophilum y Dirofilaria immitis generan enfermedades que si no reciben el tratamiento adecuado en el momento preciso, presentan un riesgo vital para el canino, debido a las graves alteraciones sistémicas que generan en este (Morales, 2008).

      Aunque cada agente desarrolla distintos mecanismos de acción en el huésped, los síntomas que producen en las fases iniciales de la enfermedad son similares, lo que conduce a la revisión detallada de los anamnésicos del paciente y la realización de pruebas específicas que permiten determinar cuál es la patología dentro de los diagnósticos diferenciales (Rubio, Salas y Gómez, 2011).

      La capacidad para detectar los agentes infecciosos mencionados, en una fase prepatente, es un factor de prevención en el desarrollo de la enfermedad; aunque no se evita el ingreso de la bacteria o el parásito en el paciente, sí se logra prevenir el desarrollo de este en el organismo; se minimizan los signos clínicos que este pueda desarrollar y se controla el avance de la patología (Rubio et al., 2011). Al determinar la presencia del agente antes de la aparición de la sintomatología, se facilita la implementación de un tratamiento farmacológico que trabaje en sinergia con la capacidad inmunológica del paciente, y se logra así la eliminación del agente de manera más eficiente.

      Planteamiento del problema

      Los caninos que presentan anaplasmosis, enfermedad de lyme, ehrlichiosis o dirofilariosis son huéspedes de agentes infecciosos cuyas características biológicas y de patogenicidad generan múltiples alteraciones desde el funcionamiento de órganos específicos hasta el desequilibrio en la homeostasis general; por lo tanto, establecer el tratamiento apropiado desde una fase inicial de la enfermedad brindará un pronóstico favorable para el paciente que posee uno o más de estos agentes (Morales, 2008).

      La mayoría de estas enfermedades tienen un tratamiento efectivo y un buen pronóstico si se diagnostican precozmente (Roura, 2006). Pero si es imperceptible la presencia del agente infeccioso durante las primeras fases de la enfermedad, se dificulta el diagnóstico y los signos que aparecerán posteriormente indicarán el establecimiento de un tratamiento que deberá eliminar la etiología y controlar o mejorar las alteraciones fisiológicas.

      La falta de implementación de un sistema diagnóstico que determine la presencia de D. immitis, E. canis, B. burgdorferi y A. phagocytophilum cuando aún no existen signos, se asocia con la ausencia de prevención desde las clínicas veterinarias para evitar el desarrollo de estas enfermedades en caninos, teniendo en cuenta el incremento en el número de casos en los que se diagnostican múltiples coinfecciones en el mismo perro (Roura, 2006).

      Justificación

      El aumento en la movilización de mascotas, junto con la habilidad adaptativa de las garrapatas (principal vector), ha generado la rápida extensión de estas (Ramírez et al., 2008). Aumentan, de igual manera, las enfermedades transmitidas por vectores en caninos localizados en clima frío.

      Mediante el desarrollo de esta investigación, se busca dar a conocer la importancia de emplear un método de diagnóstico rápido para enfermedades como ehrlichiosis, anaplasmosis, borreliosis y dirofilariosis canina, a partir del test Elisa, método capaz de detectar los anticuerpos de estudio desde la etapa prepatente de la enfermedad. De esta forma, se podrá generar una medida de prevención que se emplee en las clínicas veterinarias, evitando el desarrollo de enfermedades infecciosas con gran impacto en los animales y la salud pública, debido a que algunas de estas enfermedades también son zoonóticas.

      Objetivos

      General

      Determinar la presencia y prevención de D. immitis, B. burgdorferi, E. canis y A. phagocytophilum, mediante la implementación de un test Elisa, cuando aún no se han manifestado signos clínicos.

      Específicos

      • Determinar la presencia del antígeno de D. immitis y anticuerpos de B. burgdorferi, E. canis y A. phagocytophilum mediante un test Elisa comercial en una muestra de caninos.

      • Prevenir el desarrollo de enfermedades transmitidas por vectores, al detectar la presencia del agente etiológico en la fase inicial.

      • Dar a conocer la importancia de las pruebas Elisa en la prevención del desarrollo de enfermedades infecciosas.

      Referente teórico

      Las enfermedades transmitidas por vectores son generadas por una gran variedad de agentes infecciosos, que incluyen virus, bacterias y parásitos, y llegan al canino mediante la picadura de vectores artrópodos como garrapatas, díptera (mosquitos, flebotominos y moscas), piojos y pulgas (European Scientific Counsel Companion Animal Parasites [ESCCAP], 2012).

      Los patógenos transmitidos por vectores tienen gran importancia en la salud animal y pública debido a que la transmisión es frecuentemente impredecible; pueden ser muy patógenos en caninos; el diagnóstico y el control son difíciles; los signos clínicos que desarrollan son diversos y pueden producirse en largos periodos de incubación (raramente patognomónicos); los animales pueden tener infecciones persistentes llegando a ser reservorios, y adicionalmente varias de estas enfermedades son zoonosis como dirofilariosis, borreliosis y rickettsiosis (ESCCAP, 2012).

      El control de las enfermedades infecciosas transmitidas por vectores solo se logra si se conocen los patógenos y los vectores, y se puede determinar el ciclo biológico de cada agente (Roura, 2006). También se debe tener en cuenta que la presencia o ausencia de algunos factores facilita el desarrollo de estas infecciones en los caninos, dentro de los cuales la edad, el estado general de salud, la raza, el medio ambiente (microclima y topografía local), la nutrición y el lugar de residencia, junto a los desplazamientos del animal, intervienen en la susceptibilidad de adquirir el agente etiológico (ESCCAP, 2012).

      Ehrlichia canis

      La ehrlichiosis canina es una enfermedad infecciosa de distribución mundial y potencialmente mortal en perros (Contreras et al., 2009). El agente etiológico es la E. canis (bacteria gramnegativa, aeróbica, pleomórfica e intracelular obligada, perteneciente al orden Rickettsiales) que presenta especial tropismo por la células sanguíneas, y se transmite mediante la picadura de la garrapata (Rhipicephalus sanguineus), con un periodo de incubación de 8 a 20 días (Noriega, 2012). La enfermedad se puede presentar en tres fases distintas, y produce inicialmente signos inespecíficos (ESCCAP, 2012).

      Anaplasma spp.

      La anaplasmosis canina es causada por A. phagocytophilum y A. platys (bacteria gramnegativa, intracelular obligado), y es transmitida por la garrapata Ixodes spp., con un periodo de incubación de 8 a 15 días (Rubio et al., 2011). Las células infectadas se encuentran en el torrente sanguíneo y llegan hasta órganos hematopoyéticos como el bazo, el hígado y la médula ósea, y causan la respectiva signología generalmente no específica (Rubio et al., 2011).

      Borrelia burgdorferi

      La borreliosis es una infección causada por espiroquetas del género Borrelia, también denominada la enfermedad de Lyme, cuya transmisión se da por garrapatas (Ixodes ricinus, I. heagonus e I. persulcatus) (Marques et al., 2001). Se describe que en caninos infectados, alrededor del 95 % son subclínicos; sin embargo, el signo clínico