Silvia Jesús Garrido

Mantenimiento y limpieza en alojamientos rurales. HOTU0109


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se proporcionará a todos los demás departamentos del hotel la ropa necesaria para realizar su actividad. Así mismo, se encargará de la ropa de los clientes en los casos que se ofrezca este servicio y, básicamente, de la conservación, lavado y planchado de la ropa del hotel.

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       Aplicación práctica

       David regenta un pequeño hotel en los Picos de Europa, en la localidad de Arenas de Cabrales. Tiene poco personal, así que ha dividido el hotel por zonas para indicar a los trabajadores por dónde empezar, teniendo en cuenta que empezarán a trabajar a las 7:00 h. Aplicando la lógica, ¿por dónde cree usted que deberían empezar a limpiar y en qué orden?

       SOLUCIÓN

      El hotel debe dividirse para su limpieza en tres zonas: zonas nobles, que se limpiarán primero, zonas de habitaciones, que se harán en segundo lugar, y zonas de uso interno, que se limpiarán en último lugar.

      El orden se realizará de esta manera, ya que a las siete de la mañana los clientes aún estarán en sus habitaciones, en la mayoría de los casos, y este tiempo se aprovechará para que, cuando se levanten, estén limpias las zonas comunes. Después, se pasará a limpiar las habitaciones, primero las ocupadas de clientes que hayan salido y, posteriormente, las de salida. Y por último, se limpiarán las zonas de uso interno.

      3.3. Habitaciones de centros especiales: albergues, refugios y colonias de vacaciones

      Las diferentes zonas que se pueden encontrar en los centros especiales se dividen en:

      1 Zona de habitaciones.

      2 Zona de uso común.

      3 Zona de uso interno.

      Así, la descripción será muy similar a la vista en los hoteles.

       Zona de habitaciones

      Es decir, dormitorios, generalmente múltiples y cuyos baños no se encuentran en la habitación, sino que se ubican en las zonas de uso común.

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       Habitación de albergue rural

      En el caso de los campings rurales, esta zona no existe. En su lugar, habrá un área delimitada para el montaje de las tiendas o aparcar caravanas.

       Zona de uso común

      Se entiende por zonas de uso común las salas de televisión, salones, hall y recepción.

      Los albergues, en los casos en que no ofrezcan el servicio de restauración, dispondrán de una cocina dotada de un número de fuegos y fregaderos, con agua corriente potable, fría y caliente, conforme a la capacidad del alojamiento, y equipada con microondas, batería de cocina y vajilla.

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       El comedor, zona de uso común de un albergue.

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       Ejemplo

      En la web del refugio de montaña “El Pingarrón” se puede encontrar una descripción exhaustiva de las zonas de uso común. Así, se ve que tiene un pequeño rocódromo, comedor, cocina, etc.

      Todas son zonas de uso común, que difieren de las de un hotel porque una de las normas de uso suele ser que las limpie y recoja quien las use.

       Zonas de uso interno

      Serán las dependencias propias del personal para la elaboración de los servicios dedicados al cliente.

      En los centros especiales, suelen ser los cuartos que se utilizan para almacenar productos, y en los que ofrecen el servicio de restauración, suelen ser las cocinas, también de uso interno, lugares de aperos de jardinería, etc.

      3.4. Habitaciones de casas rurales

      Al igual que en los anteriores epígrafes, las casas rurales disponen de una zona de habitaciones, zonas de uso común y zonas de uso interno. Estas últimas, en el caso de régimen compartido, suele ser la propia vivienda del propietario.

      En las viviendas rurales no se tiene por qué integrar el baño en cada una de las habitaciones, como en el caso de los hoteles rurales, pero sí se debe incluir un baño por cada cuatro personas. Hay que tener en cuenta que esta zona es la que mayores beneficios reporta a la empresa de alojamiento, por lo que se deberá tener muy cuidada y acomodada, poniendo un especial interés en los colchones, somieres, ropa de cama, y en la decoración, para que atraiga al huésped.

      Las zonas de uso común en las casas rurales serán el salón o salón comedor, la zona de pasillos, piscina, si la hubiere, y las zonas de aparcamiento, jardín, barbacoa, etc.

      En los casos de las viviendas rurales, la zona de uso interno suele estar integrada en la zona de uso común. Así, por ejemplo, en la cocina se puede encontrar alguna despensa o armario para los enseres de limpieza, con detergentes, etc., que estarán también a disposición del huésped por si los necesitara.

      Las infraestructuras e instalaciones que conforman el alojamiento rural afectan directamente al nivel de satisfacción del cliente, por tanto es crucial que sean gestionadas de manera óptima, tratando de ofrecer al huésped los servicios contratados con una especial atención en el cuidado de sus instalaciones y que estas sean suficientes tanto por sus dimensiones como en sus servicios sanitarios.

      De las instalaciones y equipamientos que puede tener el alojamiento rural, hay que distinguir tres tipos:

      1 Instalaciones básicas: serán las mínimas y necesarias para poner en marcha la labor de alojamiento, es decir, las instalaciones cuyo objetivo es aportar al cliente el servicio básico de pernoctación. Dependiendo de qué tipo de alojamiento sea, deberá incluir servicio de manutención, desayuno u otros que se exijan por normativa. Por tanto, estas instalaciones vienen marcadas por la normativa autonómica de la comunidad donde se ubique el alojamiento.

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       Dormitorio de alojamiento rural

      1 Instalaciones complementarias: serán aquellas que se pueden exigir o no desde la normativa, ya que marcarán la categoría del establecimiento, y pretenderán aumentar la satisfacción del cliente y, por tanto, la calidad del alojamiento. Generalmente, son las instalaciones que se dedican a cubrir el servicio de restauración, lavandería, piscina, etc.

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       Piscina climatizada

      1 Instalaciones auxiliares: serán las instalaciones que complementan la calidad del alojamiento, buscando en su caso la excelencia del mismo. Suelen ofrecer al cliente una serie de requisitos complementarios que no son propios de la estancia en el alojamiento o pernoctación, como son servicios de guía, experiencias de turismo de aventura, o servicios de guardería o específicos para discapacitados.

      Por tanto, se puede decir que el aumento de servicios ofertados al cliente y las instalaciones necesarias para prestarlos son directamente proporcionales a la calidad y categoría que se ofrece