Simeon Niel-Asher

El libro conciso de los puntos gatillo


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Dedos planos: utilizar la punta de los dedos para desplazarlas por encima de la piel sobre las fibras musculares.

      • Palpación en pinza: pinzado del cuerpo del músculo entre el pulgar y los restantes dedos, haciendo rodar las fibras musculares hacia delante y hacia atrás.

      • Palpación con mano plana: útil en la región abdominal (vísceras).

      • Codo: permite una palanca más potente y más corta, lo que puede ser una ventaja clara.

       ¿Cómo debemos presionar/autotratar un punto gatillo?

      Aquellos que ya han trabajado antes con los puntos gatillo, conocerán estas técnicas a la perfección. Los demás deben saber que hay dos técnicas muy sencillas, seguras y eficaces: 1) técnica de compresión isquémica (TCI), y 2) masaje de roce profundo (MRP).

       ¿Cuánta presión debemos aplicar?

      Esto es algo que averiguaremos con la experiencia, pero como regla principal, cuanto más doloroso sea el tejido, más lenta y más profunda deberá ser la presión. En cualquier caso, las palabras clave son trabajar lentamente y a fondo. El masaje de roce profundo debe ser como apretar con suavidad un tubo de dentífrico para extraer la pasta.

      Otro factor que determina la cantidad de fuerza que debemos aplicar es el tipo de musculatura (fibras fásicas tipo I/tónicas tipo II) y nuestra morfología. Estos aspectos influirán en la profundidad del tratamiento. Si nuestra constitución es «fuerte», debemos trabajar con bastante vigor, sobre todo en los músculos posturales. Si es más delgada, no necesitaremos aplicar tanta fuerza para provocar cambios en los tejidos (véase el capítulo 2).

       ¿Cuál es la dirección de la presión o la fuerza?

      Es deseable aplicar una presión directa, constante y profunda en el nódulo o el punto gatillo tipo guisante. He intentado representar esto con la idea de una zona caliente; el núcleo del punto gatillo se encuentra en algún lugar dentro de esta zona. Siempre que sea posible, debemos encontrar la dirección de la presión que reproduzca el dolor exacto del que se queja el paciente. A menudo me sorprendo de que un leve cambio en la dirección de la presión cause un dolor totalmente diferente en otro lugar. Tenemos que indicar al paciente que nos avise cuando hayamos «llegado».

       Figura 1.4: Zonas calientes.

       ¿Cómo podemos saber que hemos aplicado presión suficiente?

      Hay que mantener el punto gatillo durante 6 segundos:

      • Si el dolor disminuye con rapidez, continuar hasta que el punto gatillo se ablande o se evapore debajo de la presión.

      • Si el dolor se mantiene o empeora, retirar la presión durante 15 segundos y volver a intentar.

      • Repetir tres veces si es necesario.

      • Si tras la tercera repetición no se desactiva el punto gatillo, tomamos nota de ello, dado que puede ser un punto secundario o satélite.

       ¿Qué debemos hacer después de haber liberado el punto?

      Todo trabajo profundo debe seguirse de un masaje de roce superficial generalizado y suave. La zona en la que realizamos el trabajo profundo todavía puede seguir siendo dolorosa, pero no debemos evitarla. Esto ayuda a eliminar las toxinas inductoras del dolor de la zona y a estimular la reparación de la fascia.

       ¿Los puntos gatillo y los patrones de dolor referido son iguales en todas las personas?

      Por lo general, sí. Sin embargo, alguna vez se desplazan en función del tamaño, la forma, el peso, etc. Estos factores modificarán la relación de grasa/músculo y moverán la posición de los puntos gatillo. Asimismo, tendrán un efecto en los planos de la fascia y, en consecuencia, en la localización de los puntos gatillo. De forma similar, los tejidos cicatriciales o queloides pueden provocar una desviación del patrón de tensiones miofasciales y, por ende, de la localización del punto gatillo.

       ¿Qué ocurre con el tipo de fibra muscular o su orientación?

      Dependiendo de cuál es su localización en el cuerpo y cuál es su función, las fibras musculares se disponen en diferentes estructuras (véase la figura 2.4, capítulo 2). Esto permite que el músculo genere más fuerza o una fuerza más específica. Por ello, la localización de un punto gatillo central variará en función de la disposición de las fibras musculares en un determinado músculo. Por ejemplo, en el caso de una disposición multipennada de las fibras musculares, puede haber varios puntos gatillo en el centro de cada uno de los componentes funcionales.

       ¿Qué cremas o lociones podemos utilizar?

      En general, es mejor evitar el uso de aceites que pueden hacernos resbalar una vez que hemos encontrado el punto de presión. Yo utilizo la crema clásica del recipiente azul de Nivea. Alternativamente, es suficiente utilizar crema de árnica o cremas acuosas naturales mezcladas con esencia de vitamina E (con cuchara de madera). También se pueden utilizar geles de Petroleum, polvos de talco o esencias para masaje si el paciente tiene alergia a la lanolina.

       ¿Cuál es la frecuencia del tratamiento?

      En mi experiencia, la terapia manual de autoayuda debe efectuarse en tres sesiones suaves no más de una vez al día y preferiblemente con un intervalo de tres a cuatro días. Las pelotas, los rodillos o los ganchos deben utilizarse hasta 10 minutos por sesión y hasta seis veces al día.

       Herramientas

      Pese a que los dedos, los codos y los pulgares siguen siendo los instrumentos terapéuticos más utilizados, se han desarrollado una serie de herramientas de autoayuda para la manipulación de los puntos gatillo, como:

      • Pelotas.

      • Bastones o cañas.

      • Knobbles.

      • Sistema TOLA.

      • Rodillos (espuma).

      Cada una de estas herramientas tiene efectos terapéuticos diferentes. En general, están diseñados para aplicar presión sobre un punto gatillo específico o para el estiramiento de los músculos después del tratamiento. Se comercializan muchas herramientas y cada una de ellas tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

      En lugar de las manos o los codos, podemos utilizar herramientas como las pelotas y el knobble para aumentar la presión y reducir el estrés de los dedos. Otras herramientas, como el Theracane y el sistema TOLA, nos permiten llegar a puntos de difícil acceso.

      Las herramientas se pueden utilizar de pie, sentados, acostados o acostados lateralmente. Dado que es fácil sobreestimular un punto gatillo activo, debemos presionar con lentitud y suavidad hasta encontrar la presión correcta. Debemos mantener el punto hasta que se ablande o hasta que el dolor remita. Las herramientas de presión pueden utilizarse hasta seis veces al día, en función de en dónde se localiza el problema crónico.

      Figura 1.5: Herramientas de autoayuda para la manipulación de los puntos gatillos, a) backnobber, b) pelota, c) rodillo de espuma, d) araña, e) knobble, f) rodillo, g) theracane, h) tola.

      Para más información, visita la página web: www.nielasher.com.

       ¿Con qué frecuencia debemos tratar un punto