han llegado a amar los juegos de balón en general y el fútbol en particular, se les puede más fácilmente llevar al entrenamiento de fútbol. Estos niños sin duda tienen ventajas sobre aquellos que descubren el balón a esta edad.
A los niños les gusta jugar y moverse libremente. Pero para su desarrollo dirigido y equilibrado es necesaria también la aplicación de actividades ordenadas, ya que la coordinación motriz, la armonía de la musculatura, las cualidades físicas empiezan a desarrollarse rápidamente. Esta edad es la más apropiada para el aprendizaje consciente de los elementos básicos del fútbol. Los niños reconocen la importancia del aprendizaje y del ejercicio, ven la relación entre entrenamiento y rendimiento. En esta fase es característica la transmisión de las bases de la técnica, táctica y de las capacidades físicas, la educación de cara al entrenamiento regular, la adaptación a la sociedad y el aprendizaje de habilidades motrices variadas.
Por esto se califica a esta edad como la mejor edad de aprendizaje motora. Las extremidades -sobre todo las piernas- crecen, su masa y fuerza muscular aumentan paulatinamente. Aunque los movimientos de fuerza explosiva cansan rápidamente el cuerpo, se recupera también enseguida tras la carga. Se puede ser muy exigente con los niños de 10 a 12 años con respecto a la velocidad, habilidad y resistencia.
Es característico de esta edad el afán de reconocimiento, el mostrarse como el mejor: destreza, fuerza y habilidad futbolística se dejan comparar fácilmente entre sí. Estas cualidades pueden ser aprovechadas en el proceso de entrenamiento así como a la hora de dar deberes. A la edad de 10 a 12 años se trata sobre todo de la adquisición y formación exhaustiva de los elementos técnicos, del refinamiento y mejora de los gestos motores, y de llevar a los niños paso a paso al juego con un contrario. Formas jugadas y objetivos operativos se emplean cada vez más en la enseñanza del comportamiento táctico básico, del juego combinado, así como de los principios tácticos de grupo y de equipo.
El desarrollo de las capacidades físicas se combina paulatinamente con los elementos técnico-tácticos. Visto desde el ángulo pedagógico, es importante que se den cuenta de lo necesario que es un comportamiento disciplinado, del cumplimiento de las reglas, del comportamiento correcto con sus compañeros de juego y con el contrario. Unos comportamientos básicos consolidados de tal modo influyen positivamente en el rendimiento. Los niños luchan con ánimo, con riesgo y en interés del equipo. Esencial es también el desarrollo de las cualidades volitivas: la ambición, la perseverancia y la adaptación a unas costumbres de un modo de vida deportivo.
Aunque el grado de dominio de las habilidades técnicas y tácticas en muchos casos no supera todavía la coordinación gruesa o global, hay que darles a los niños la oportunidad de aplicarlas en la competición. Solamente así lo aprendido se llena de sentido y de significación. En esta fase es absolutamente necesario llevar a cabo competiciones, porque éste es un medio insustituible para la aplicación de la técnica y de la táctica. ¡ Para la práctica del fútbol solamente se pueden preparar por medio de las competiciones!
EDAD DE 12 A 14 AÑOS:Fase de la consolidación y final de la formación básica
Las características de esta fase son la formación técnico-táctica específica así como la preparación física especial-básica.
Con la prepubertad comienza una nueva etapa de desarrollo que todavía manifiesta considerables diferencias corporales entre los 12 y 14 años. Las proporciones corporales cambian como consecuencia del fuerte crecimiento, que puede causar trastornos en la coordinación motriz a corto o largo plazo. La edad de 12 a 14 años es la edad escolar, la etapa de la preparación específica. Esencialmente se emplean ejercicios, formas jugadas y partidos de entrenamiento con carácter competitivo que promueven el ejercicio aplicado y aumentan las experiencias. Se hace una enseñanza múltiple y variada con carácter futbolístico. Los niños aprenden a aplicar lo aprendido también en el partido. El desarrollo de la capacidad de juego del futbolista, la rápida percepción de situaciones y capacidad de actuación, la oportuna y rápida aplicación de lo aprendido son los objetivos fijados. En la edad de la pubertad son característicos la debilidad sentimental, la irritabilidad y el comportamiento absurdo. Por eso hay que tener en cuenta tratar a los jóvenes conforme a su edad. Para un trabajo eficaz con jóvenes de esta edad es de suma importancia la motivación dirigida. Mantener la alegría en un entrenamiento dirigido, la conservación del interés para nuestro deporte es imprescindible para la mejora continua del rendimiento. A esta edad actúan también de una manera motivante los resultados parciales alcanzados. También es importante que el grado de dificultad de las exigencias crezca de una manera sistemática, que no se les exija a los jugadores demasiado poco. Hay que estimular a los jugadores constantemente para que colaboren, para que actúen autónomamente y para que ellos mismos busquen las soluciones más eficaces. Con todo ello, un estilo autoritario tiene menos éxito que uno basado en la objetividad y en el compañerismo convincente.
La tarea de esta fase de preparación consiste en consolidar más y en perfeccionar los elementos técnicos. Esto requiere su enseñanza bajo condiciones específicas de competición, o sea el empleo de ejercicios y formas jugadas muy exigentes con respecto a los mecanismos de decisión de los jugadores y a la velocidad de ejecución, con oposición activa de un contrario. Se recomienda la práctica regular de ejercicios técnicos obligatorios en la parte preparatoria de la sesión de entrenamiento.
La ambición, la perseverancia, el afán de rendir, la creatividad, la lucha y la dureza en el duelo forman en el ámbito volitivo-moral la tarea principal de la labor educativa. En ello, los jugadores necesitan que se les ayude con mucha paciencia e intuición.
LA SELECCIÓN
El objetivo de la selección es detectar aquellos niños que tienen el talento que corresponde a las exigencias de este deporte. La selección sirve para escoger a niños que en el marco de la formación en las escuelas deportivas y en los clubs puedan ser preparados para el deporte de competición. Las escuelas deportivas y los clubs de fútbol tienen encomendada la tarea de formar la cantera, de crear las bases para una buena capacidad de juego y de preparar al futbolista para las competiciones de liga y los partidos de selección.
La selección es un proceso permanente. En Hungría se divide en las siguientes fases:
–primera clasificación
–selección provisional (primera selección)
–segunda selección.
En el momento de la selección provisional, los niños se encuentran en una edad, en la que con mucha probabilidad todavía no se puede decidir si alguien es apto o no para el fútbol, ya que los niños disponen de distintas condiciones previas y no se pueden excluir los cambios de diferente índole en las distintas etapas de edad. Un pronóstico del futuro rendimiento es bastante incierto a causa de los parámetros de rendimiento motores, neuronales, fisiológicos y psicológicos que apenas se pueden determinar con exactitud a esta edad.
Normalmente, la elección de un deporte está influenciada muchas veces por los amigos, una decisión de los padres, o simplemente casualidad. Naturalmente sería favorable que la decisión por un deporte no se dejase a la casualidad. No es decisivo cómo y por qué el niño ha llegado al fútbol, sino que el mayor número posible de niños lleguen a conocer y amar el fútbol, ya que de un mayor número se elige mejor a los más dotados y capacitados. Para eso, naturalmente, son necesarias unas organizaciones deportivas. Pero también existe el peligro de una especialización demasiado temprana. Ésta es la razón por la que los niños no deberían ser obligados unilateralmente después de la primera clasificación a jugar al fútbol. Un niño de seis a nueve años todavía no es consciente de sus capacidades y cualidades, y un talento tampoco puede ser detectado aún con toda seguridad por los padres y educadores. Es mucho mejor que el niño sea primero educado –sobre todo en el colegio–con varios deportes. De esta manera puede satisfacer también su afán de movimiento, recibe una formación más polivalente, y su experiencia motora y destreza (capacidad de aprendizaje motor), así como las cualidades psíquicas claramente reconocibles, aumentan la seguridad en la elección de un deporte. Si tiene talento y se siente atraído hacia el fútbol, la posibilidad de mantener