Francisco Javier Carmona Fuentes

Apoyo al soporte vital avanzado. SANT0208


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       8. Resumen

       Capítulo 3 Atención sanitaria a emergencias colectivas

       1. Introducción

       2. Medicina de catástrofes

       3. Asistencia sanitaria ante emergencias colectivas

       4. Resumen

       Capítulo 4 Clasificación de las víctimas en emergencias colectivas. Triaje

       1. Introducción

       2. Triaje. Concepto. Evolución histórica

       3. Principios y objetivos del triaje

       4. Características del triaje

       5. Elementos para establecer un puesto de triaje

       6. Valoración por criterios de gravedad: inspección, evaluación y decisión terapéutica

       7. Modelos prácticos de triaje: funcionales; lesionales; mixtos

       8. Categorías de clasificación

       9. Procedimiento de etiquetado (taggning). Tarjetas de triaje

       10. Resumen

       Capítulo 5 Evacuación de las víctimas a diferentes áreas asistenciales

       2. Norias de evacuación

       3. Control de ambulancias

       4. Puesto de carga de ambulancias

       5. Respuesta hospitalaria a las catástrofes

       6. Dispersión hospitalaria de pacientes. Registro de dispersión hospitalaria

       7. Resumen

       Bibliografía

      Capítulo 1

       Apoyo a las técnicas de soporte vital avanzado

      1. Introducción

      El Soporte Vital Avanzado (SVA) se puede definir como el conjunto de acciones encaminadas a prevenir, tratar y mejorar la supervivencia de los pacientes que sufren una parada cardiorrespiratoria (PCR). Bajo este nombre se van a englobar una serie de técnicas encaminadas no solo a restablecer las funciones respiratorias y circulatorias en aquellos pacientes que no presenten signos de lesión cerebral irreversible (como ocurre en el Soporte Vital Básico), sino que además va a perseguir el restablecimiento de su actividad espontánea.

      Para lograr este objetivo es fundamental una rápida identificación de la situación de PCR y una inmediata actuación, así como disponer de instrumental apropiado y de personal entrenado en la aplicación de las distintas técnicas incluidas dentro del SVA. El número de personas óptimo para la realización de una correcta técnica se fija en 3 o 4, siendo la más experta de ellas la que deberá asumir la dirección del equipo.

      A lo largo del presente capítulo procederemos a ver diferentes técnicas incluidas dentro del SVA y encaminadas a la optimización, mediante el empleo de un equipo adecuado, de la ventilación y circulación artificiales iniciadas durante el soporte vital básico.

      A lo largo de este epígrafe vamos a ver las diferentes vías de administración de los fármacos utilizados durante el Soporte Vital Avanzado, las características y peculiaridades de cada una de estas vías y las técnicas para canalizarlas.

      La canalización de una vía venosa es una técnica invasiva que nos va a permitir disponer de una vía permanente de acceso al árbol vascular del paciente a través de la cual podremos administrar medicamentos, fluidoterapia y hemoderivados, así como extraer muestras sanguíneas.

      2.1 Vías periféricas

      La vía venosa de elección para la administración de fármacos o fluidos ante un paciente en situación de PCR sin vía canalizada (es decir, sin vía de acceso al árbol vascular del paciente) va a ser una vía venosa periférica.

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      Definición

      Parada cardiorespiratoria (PCR)

      Interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible de la respiración y de la circulación espontáneas.

      Definimos las vías venosas de acceso periférico como aquellas vías venosas obtenidas tras la punción de una vena periférica. Por acceso periférico entendemos toda punción venosa realizada en un lugar anatómicamente situado fuera del tórax y del abdomen. Se consideran por tanto como accesos periféricos las siguientes zonas corporales: manos, antebrazos, brazos, pies, piernas y cabeza.

      A la hora de canalizar una vía venosa periférica se opta preferentemente por una vena de localización supradiafragmática (ya que, si canalizamos por debajo del diafragma, el fármaco llega con retraso porque el retorno venoso es muy pobre) como es el caso de las venas antecubitales (las más utilizadas) y la vena yugular externa.

      Las venas antecubitales (cefálica y basílica) son las vías de elección ante una situación de SVA para canalizar una vía venosa periférica, ya que permiten un acceso venoso rápido y seguro y no requieren la interrupción de las maniobras de RCP mientras se canalizan.

      La vena basílica cursa anatómicamente a lo largo de la cara interna de la fosa antecubital, siendo su curso más recto y con menos variabilidad que el de la vena cefálica.

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      La técnica de canalización de la vía venosa consistirá en la colocación de un torniquete para provocar un estasis venoso y, a continuación, localizar el punto de punción.

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      Nota

      Con