Francisco Javier Carmona Fuentes

Apoyo al soporte vital avanzado. SANT0208


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Además, sujetan la lengua y evitan que esta pueda obstruir la vía aérea, manteniéndola lejos de la pared posterior de la faringe. Distinguimos entre cánulas orofaríngeas (que se introducen en la vía aérea superior a través de la boca) y cánulas nasofaríngeas (que se introducen a través de la nariz). No aíslan la vía aérea y por tanto no previenen la broncoaspiración. Están indicadas ante todo para paciente inconsciente, si no está intubado, y se conoce la técnica.

      Cánula orofaríngea (Guedel)

      Es un tubo rígido en forma de “S” que se adapta al paladar. Existen cinco tamaños, numerados del 1 al 5, con longitudes que oscilan entre 6 y 10 cm, junto con tres números especiales más pequeños y que se numeran como 0, 00 y 000.

      Es muy importante la elección de la cánula con el tamaño más apropiado para cada paciente. Elegiremos aquella cánula cuya longitud sea similar a la distancia existente entre la comisura bucal y el inicio del pabellón auricular.

      Técnica

      1 Seleccionar la cánula orofaríngea con el tamaño más apropiado para el paciente.

      2 Manteniendo la cabeza en hiperextensión, proceder a abrir la boca del paciente y comprobar que no existan cuerpos extraños o secreciones y en caso de que los haya proceder a retirarlos.

      3 Introducir la cánula con la concavidad hacia el paladar hasta aproximadamente la mitad de la misma y a continuación girar 180º mientras continuamos avanzando suavemente hasta topar con la pared posterior o con los dientes.

      Complicaciones

      1 Si la cánula es demasiado larga puede producir obstrucción de la vía aérea, lesiones de la mucosa o edema de glotis.

      2 Si la cánula es corta puede provocar obstrucción de la vía aérea.

      3 Si el paciente no está suficientemente inconsciente y no tolera la cánula orofaríngea se debe proceder a su retirada por el riesgo de aparición de náuseas y vómitos con el consiguiente riesgo de broncoaspiración.

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      Cánula nasofaríngea

      La cánula nasofaríngea es un tubo de goma o de plástico hueco que se introduce por vía nasal. Está especialmente indicada en pacientes semiinconscientes y con reflejos de protección conservados que no toleran la cánula orofaríngea. También es de utilidad en situaciones en las que el paciente presente dificultad para abrir la boca, como por ejemplo el trismus o los traumatismos peribucales. Es menos eficaz que la cánula orofaríngea, ya que su luz es menor y además presenta mayor riesgo de obstrucción por sangre o secreciones.

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      Cánulas nasofaríngeas

      Técnica

      1 Seleccionar la cánula nasofaríngea más adecuada. Su longitud ha de ser similar a la distancia entre la punta de la nariz y el pabellón auricular externo.

      2 Lubricar la cánula con un lubricante anestésico hidrosoluble.

      3 Introducir suavemente la cánula por uno de los orificios nasales hasta llegar a la parte posterior de la faringe mientras se mantiene la cabeza en extensión. En caso de resistencia, rotarla ligeramente.

      Complicaciones

      1 Rotura de cornetes y hemorragia nasal con obstrucción de la vía aérea.

      2 Vómitos, laringoespasmos y edema de glotis.

      3 Lesiones de la mucosa nasal.

      4 Progresión de la cánula hacia el esófago dificultando la apertura de la vía aérea.

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      3.3 Intubación endotraqueal

      La intubación endotraqueal (IET) constituye el método de elección para la apertura y el aislamiento definitivo de la vía área. Además, este método asegura el aislamiento y protección contra el paso de cuerpos extraños a la vía aérea y facilita la ventilación y la aspiración de secreciones.

      La IET se debe realizar tan pronto como sea posible, una vez realizada la monitorización ECG y del paciente y aplicando previamente, si están indicadas, las primeras desfibrilaciones.

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      Importante

      Es una técnica que debe ser realizada por personal capacitado y dotado del equipo necesario.

      Material necesario

       Laringoscopio con palas de varios tamaños.

       Tubos endotraqueales. En general, para los adultos se selecciona un tubo de nº 8 en caso de mujeres y del nº 8.5 en caso de varones. También deberemos disponer de tubos endotraqueales de los números inmediatamente superior e inferior al seleccionado inicialmente.

       Dispositivos de aspiración, con sus correspondientes sondas.

       Jeringuilla de 5-10 cm3 para proceder al hinchado del manguito distal una vez colocado correctamente el tubo endotraqueal.

       Fijadores semirrígidos.

       Cánula orofaríngea del tamaño apropiado.

       Pinzas de Kocher y pinzas de Magill.

       Lubricante hidrosoluble.

       Bolsa autohinchable con válvula y conexión estándar a tubo endotraqueal.

       Fuente de oxígeno y sistema de conexión a la bolsa de oxígeno suplementario.

       Material para la fijación del tubo endotraqueal (esparadrapo, vendas, etc.).

       Fonendoscopio para comprobar que la ventilación sea correcta.

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      Set de intubación endotraqueal

      Técnica

      1 Asegurar la ventilación del paciente, preferentemente mediante cánula orofaríngea y bolsa-mascarilla conectada a un reservorio y una fuente de oxígeno, mientras preparamos y verificamos todo el material requerido.

      2 Seleccionar el tamaño adecuado de tubo endotraqueal y comprobar el neumotaponamiento.

      3 Lubricar el tubo endotraqueal para facilitar su avance.

      4 Colocar al paciente con la cabeza en hiperextensión y mantener alineado el eje boca, faringe y tráquea.

      5 Antes de iniciar la intubación endotraqueal procederemos a hiperventilar al paciente y después suspenderemos la ventilación. No debemos tardar más de 30 segundos en realizar la técnica. Mientras realicemos la maniobra de intubación no debemos respirar. Si notamos que nos falta el aire y que necesitamos respirar, suspenderemos la maniobra y ventilaremos de nuevo al paciente antes de volver a intentarlo.

      6 Sujetar el mango del laringoscopio firmemente con la mano izquierda. A continuación, abrir la boca del paciente e introducir la pala del laringoscopio por la comisura bucal derecha, desplazando la lengua hacia la izquierda.

      7 Mientras deslizamos la pala del laringoscopio debemos ir visualizando progresivamente la base de la lengua, la úvula, la faringe, la epiglotis y los aritenoides.

      8 Situar la punta de la pala curva del laringoscopio en el receso glosoepiglótico o vallécula y traccionar del mango hacia delante y arriba hasta visualizar la epiglotis. Para ello nos puede ser de ayuda la presión hacia abajo del cartílago cricoides por parte de un ayudante (maniobra de Sellick).DefiniciónManiobra de SellickConsiste