Eric Barone

Sanar sin fronteras


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en el programa de «Purificación Vehicular»:

      EI (+1) es el antídoto /algorítmico que utiliza la Terapia Akáshica para anular la contaminación de EI (-1) en cualquier ser humano.

      R: ¿Saben algo?

      J: Dinos, Raúl.

      R: Esto ni me sorprende, ni me decepciona. Por la misma razón que un día el hombre descubrió que los microbios existían, (y hace poco tiempo de eso gracias a Louis Pasteur), no me sorprende que tengamos que renovar conceptos sobre algo tan trillado y que nadie ha visto como son “los ángeles y los demonios”. Y si, además, la Terapia Akáshica permite colaborar con ellos, luchar contra los malos y ayudar a los buenos, no siento mi moral cristiana ofendida por tecnicismos y posiciones lingüísticas. Soy más renovador que conservador, si sirve al bien de todos.

      Lo que sí quisiera saber es lo que dice Barone sobre los textos sagrados. Me han dicho que opinó sobre este tema en el libro “Velas de Poder”. Vamos a leerlo.

      Cada versículo, sura o párrafo de los textos considerados sagrados, funciona como un pequeño programa informático instalado en un ordenador cósmico en el cual vive nuestro universo.

      Empleando de cierta manera un versículo de la Biblia, repitiendo varias decenas de veces una frase del Bhâgavâd Gìta, emitiendo el sonido en hebreo de determinados versículos de la Torah o recitando en árabe ciertas aleyas del Corán, es posible llamar a seres invisibles cuya potencia energética es la que se necesita para efectuar el tratamiento de una situación.

      Para cada persona que haya perdido toda paz interior existe, en cada libro sagrado, una frase, (o microprograma) que, bien empleada, permite crear un puente invisible entre el mundo material donde vive o sufre esa persona y cierta energía existente en el universo, apta para compensar su falta de paz interior.

      Voy a enunciar algo que los científicos denominarían una ley, pero que prefiero llamar «ecos de una Videncia Akáshica». «Si todo es energía, desde el cuerpo hasta el pensamiento, pasando por las más grandes emociones o sentimientos hasta el menor de los fenómenos de nuestra existencia, siempre está presente en el universo una onda que, por su esencia, puede entrar en resonancia con esta energía y regresarla a su perfección.»

      Por ejemplo, cuando una persona emite una onda de maldad se puede anular esa agresión convocando a una Criatura de Dios. Los textos siguientes, pertenecientes a libros sagrados de varias religiones, aunque distintos en su formulación, tienen el mismo poder exorcístico, porque llaman a la misma Criatura, que es una y única, y más antigua que las mismas religiones.

      Existe en El Corán el sura nº 60 -La examinada-, aleya nº 7:

      -Quizás establezca Dios la amistad entre vosotros y los que de ellos tenéis por enemigos. Dios es capaz, Dios es indulgente, misericordioso.-

      En la Biblia, el versículo nº 2 del capítulo nº 4 del Apocalipsis:

      - Sin embargo, tengo en contra tuya el que hayas perdido tu amor del principio.-

      En el Bhâgavâd Gita, estancia segunda, línea nº 34:

      -Las gentes pregonarán tu perpetua deshonra y, para quien bien se estima, mucho peor es la deshonra que la muerte.-

      En la Torah, en el libro Números, Capítulo 8, versículo 4:

      -Este candelabro era de oro macizo, desde el pie hasta las flores eran de oro macizo. Hicieron el candelabro según el modelo que Yavé había mostrado a Moisés.-

      Aparentemente, la formulación de estos textos es ajena al concepto de bondad o maldad, y, además, es obvio que no tienen ninguna relación aparente entre ellos, pero es ahí justamente donde reside el error de las religiones. El concepto y la palabra son como dos partes de una geoda. El cristal iridiscente está escondido adentro de la piedra bruta y fea y, si no se la rompe, quedará escondido lo más hermoso que ella tiene.

      R: Confirmo mi posición y, además, me complace la visión ecumenista que Barone aporta a las varias religiones. Pero ¿no hay algo más técnico en la TECNOMAGIA de la TAK que todo el mundo pueda probar?

      C: Precisamente, sí lo hay. Los médicos alzarán los hombros al leer esto pero, si lo hacen, les diré tres cosas:

      Primero: que no quieren leer una experimentación verdaderamente científica por prejuicio.

      Segundo: que niegan un determinismo que Barone ha establecido usando, precisamente, los métodos de la epistemología científica.

      Tercero: que cuando existen más de mil casos verificados, aunque no haya una explicación científica establecida, estamos todos frente a una realidad experimentalmente establecida.

      Y, en este caso, no hay miles sino millones de experimentaciones y, además, tan sencillas que todo lector puede repetirlas en su casa.

      R: Despertaste mi curiosidad, cuéntanos Carlos.

      C: Hablo de las velas de bioenergía.

      Las velas de la Kundalini, de los chakras, de los 18 cuerpos y de los meridianos son excepcionalmente eficaces. Podemos practicarlas a distancia sobre personas que ignoran por completo que las estamos tratando y verificar el efecto personalmente o mediante el testimonio de un familiar.

      Mientras un colega acupuntor DEBE identificar el punto de dinamización o de dispersión y clavar la aguja en el lugar exacto, nosotros, a distancia, podemos equilibrar un meridiano, un punto, un órgano o un funcionamiento energético del paciente.

      J: Carlos, ¿no es precisamente lo que buscas en la Terapia Akáshica?

      C: Sí, y tú José, ¿has observados cambios en tus pacientes practicándolas?

      J: Miles, pero los observo desde sus actitudes, su comportamiento emocional y su vitalidad.

      R: ¿Pueden explicarme por qué los Terapeutas Akáshicos continúan usando recursos que parecen tan arcaicos y que, precisamente, dan pie a los cuestionamientos de los científicos y de los pensadores modernos?

      C: El tema es que estas técnicas utilizan velas que cuestan centavos. Sabemos que podríamos obtener los mismos resultados utilizando medios electrónicos pero los costos serían prohibitivos y dejarían de ser accesibles a todo el mundo.

      Barone quiere que el acceso a estas energías esté al alcance de todos y no de una elite y asume el costo de las críticas de los científicos ortodoxos.

      R: Explíquenme ahora la relación con los origamis, ¿es magia moderna? ¿O es algo totalmente distinto?

      J: Raúl, recomiendo que tú y los lectores lean atentamente este resumen que Eric escribió en el libro navegable “CULTURA AKÁSHICA”. Allí hay 72 familias de técnicas de las cuales la mayor parte utiliza, precisamente, origamis. Pero, ¿qué son y de dónde provienen los origamis?

      Los origamis consisten en doblar y ensamblar papeles para imitar formas de la naturaleza, tienen siglos de historia y un sentido secreto casi mágico que redescubrió la Terapia Akáshica.

      La técnica de los origamis se originó en China alrededor del siglo I o II d. C., llegó a Japón en el siglo VI y se integró a la tradición japonesa.

      En el período Heian, desde el 794 a 1185, los sintoístas, seguidores de una religión que rinde culto a las fuerzas de la naturaleza y a los antepasados, usaban mariposas de papel en sus ritos matrimoniales como símbolos de unión íntima y amor constante.

      El origami formó parte importante de las ceremonias de la nobleza. En ese entonces, era un arte que estaba reservado sólo a las clases altas porque el papel era escaso y muy caro. Entre 1338 y 1573, en el período Muromachi, el estilo de los origamis servía para distinguir un estrato social de otro, por ejemplo, entre un samurai aristócrata y un campesino. Las figuras clásicas del origami vienen del Período Edo (1600 – 1898). Para entonces, ya no tenían sentido religioso sino de entretenimiento.

      A través del Camino de la Seda, los árabes descubrieron este arte y lo llevaron a España. De ahí se difundió por toda Europa.