son buenos porque, en el momento de saltar, hemos de tomar impulso y hacemos un gesto de amortiguación que frena el cuerpo174 en el momento de tocar el suelo. No hay razón para saltar varias veces seguidas en un combate. Por lo tanto, hay que evitar los pies saltadores.
Con los pies que brincan, la mente también brincará y no podrá realizar un combate eficaz.
Los pies que pisotean son especialmente malos, puesto que son espera.175
Tenemos también los pies de cuervo, así como otras maneras de desplazarse con rapidez.
Pero el combate de sable puede desarrollarse en condiciones variables, por ejemplo en una zona pantanosa, en un arrozal profundo o en una zona montañosa, al borde de un río, en un campo pedregoso o en un sendero estrecho. Hay lugares en los que no podrá saltar o brincar ni tampoco desplazarse con rapidez.
En mi estrategia, la manera de desplazarse no es distinta de la marcha normal por un camino.176 Usted se desplaza con rapidez o con tranquilidad según las cadencias del adversario. En cualquier caso, desplácese sin alterar el movimiento de los pies, sin saltarse un paso, sin que el paso sea excesivo, con una posición adecuada del cuerpo.
El desplazamiento también es importante en la estrategia de grupo, ya que, si efectúa el asalto sin conocer la intención del adversario, con una rapidez imprudente, su cadencia se desfasará y será difícil ganar en esas condiciones. Con unos pasos demasiado lentos177 no es posible encontrar el momento en que el adversario se altera y va a derrumbarse; de modo que se le escapará uno de los elementos de la victoria y no podrá vencer de inmediato. Capte el momento en que sus adversarios se alteran y se derrumban, y no les permita recuperar el aliento; vencer así es esencial. Hay que examinar bien esto y entrenarse.
Las escuelas que insisten en la velocidad178
La rapidez no forma parte de la verdadera vía de la estrategia. Cuando decimos rápido, es que ha habido un retraso en relación con la cadencia179 de las cosas, eso es lo que quiere decir rápido o lento.
Cualquiera que sea el ámbito, los gestos de un buen adepto no parecen rápidos. Por ejemplo, hay correos que recorren corriendo cuarenta o cincuenta leguas en un solo día, pero no corren con rapidez de la mañana a la noche. Sin embargo, un principiante no puede correr una distancia tan larga, aunque por su aspecto parezca que es capaz de correr durante todo el día.
En teatro nô,180 cuando un principiante canta siguiendo a un buen adepto, tiene la impresión de estar retrasado y canta con la sensación de apremio. Asimismo, cuando se toca el tambor de Pino Viejo (Oimatsu),181 que es una melodía lenta, un principiante tiene la impresión de retrasarse y de tener que recuperar. Takasago182 es un canto más bien rápido; sin embargo, no es conveniente repiquetear con rapidez. La rapidez es el comienzo de una caída, porque produce un desfase en la cadencia. Por supuesto, demasiada lentitud también es mala. Los gestos de un buen adepto parecen lentos, pero no hay espacio muerto entre ellos. Cualquiera que sea el ámbito, los gestos de un experto no parecen nunca apresurados. Mediante estos ejemplos, tiene que comprender un principio de la vía.
En la vía de la estrategia es malo buscar la rapidez. Voy a explicarme. En lugares como una zona pantanosa o un arrozal profundo, no podrá mover rápidamente el cuerpo ni las piernas. A fortiori, en sable, no hay que pretender partir de un tajo con rapidez. Si quiere partir de un tajo con un movimiento rápido, el sable, que no es un abanico ni un cuchillo, no podrá cortar debido a la rapidez. Hay que comprender bien esto.
En la estrategia de grupo también es malo precipitarse en busca de la rapidez. Si tiene la actitud mental de mantener sobre un reposacabezas, nunca estará retrasado. Si sus adversarios actúan con demasiada rapidez, aplique la actitud opuesta, tranquilícese y evite imitarlos. Hay que entrenarse bien y elaborar esta actitud mental.
Las escuelas que distinguen el fondo de la superficie
En materia de estrategia, ¿qué se entiende por la superficie y qué se entiende por el fondo?183 En las diferentes artes, hay una manera de distinguir el fondo de la entrada,184 que se refiere a la enseñanza última o a la transmisión secreta.185 Pero en el principio que interviene en el momento del combate contra un adversario no se puede decir que usted se bate con las técnicas de la superficie y que parte de un tajo con las del fondo.
En la enseñanza de la estrategia de mi escuela, usted enseña a quienes se inician en el estudio de la vía técnicas fáciles de asimilar, y les da una explicación que pueden comprender de inmediato. A medida que aumenta el grado de su avance,186 les va dando explicaciones que les llevan a principios cada vez más profundos. Pero, en general, les enseña las cosas que corresponden a las situaciones en las que se encuentran realmente; no hay que distinguir entre el fondo y la entrada en la enseñanza. Esto es comparable al adagio según el cual, si continúa adentrándose en la montaña, saldrá por otra entrada.187
En todas las vías puede ocurrir que la técnica del fondo sea eficaz o que lo sea la de la entrada.188
Con este principio de combate, ¿por qué debería ocultar una cosa para mostrar otra? Por eso, en la transmisión de mi escuela no hago prestar un juramento por escrito lleno de sanciones.189
Una vez observada la inteligencia del alumno, enséñele la vía correcta y ayúdele a liberarse de las cinco y de las seis malas vías de la estrategia.(103) Hágale entrar de forma natural en la verdadera vía, conforme a los principios de los guerreros, a fin de que su mente no albergue duda alguna. Tal es la manera (michi) de enseñar la estrategia de mi escuela. Hay que entrenarse bien en ello.
En este manuscrito del viento he escrito de forma sucinta sobre la estrategia de las otras escuelas, en nueve artículos. Debería haber escrito con más precisión sobre cada una de ellas, desde la entrada hasta el fondo, pero he evitado adrede precisar el nombre de las escuelas y de las técnicas, puesto que en cada escuela, el pensamiento y las explicaciones sobre una u otra vía pueden variar según la persona y la manera en que entiende las cosas, y cada uno tiene su manera de razonar; por lo tanto, hay pequeñas diferencias de pensamiento dentro de una misma escuela. Por eso no he mencionado el nombre ni las técnicas de las escuelas, pensando en su evolución futura.
He expuesto el aspecto general de las otras escuelas en estos nueve artículos. Si observamos las cosas desde la vía del mundo y también de la justa razón humana, todas estas escuelas siguen vías parciales, ya que una se centra únicamente en la longitud, la otra da prioridad al sable corto, las otras son parciales debido a una única preocupación, ya sea la fuerza y la debilidad o la tosquedad y la fineza. No hace falta que precise si se trata de la entrada o del fondo de una u otra escuela, puesto que todo el mundo lo sabe.
En mi escuela no hay ni fondo ni entrada para el arte del sable, y no hay guardias fijas. Lo esencial de la estrategia es únicamente que la mente aprenda la virtud.
El 12 del quinto mes del segundo año Shôho (1645),
Shinmen Musashi,
Para el Señor Terao Magonojo.
El 5 del segundo mes del séptimo año Kanbun (1667),
Terao Musei Katsunobu (rúbrica),
Para el Señor Yamamoto Gensuke.
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