(ahora llamada Educación Psicomotriz). Cuando era estudiante, ya tenía un gran interés por los mecanismos psicológicos de defensa y el modo en que se establecían, por cómo se formaba el Yo y por las conexiones entre las características psicológicas y físicas de los seres humanos. Mis principales fuentes de inspiración en aquel momento fueron Lev Vygotsky; Eric Ericsson; varios etiólogos y expertos en conducta animal, sobre todo Konrad Lorenz, y diversos antropólogos. Durante mis estudios también me inspiré en Trygve Braatøy, un neurofisiólogo, psiquiatra y psicoanalista noruego, cuya obra principal De Nervøse Sinn (Las mentes nerviosas, 1947) ya describía una larga lista de similitudes entre las enfermedades y los procesos psicológicos y neuromusculares-neurofisiológicos.
Las semillas de este libro fueron sembradas cuando comencé a ejercer de profesora en el curso de Tratamiento Individualizado en el Afspændingspædagogisk Institut (Instituto para la Enseñanza de la Relajación). A comienzos de la década de 1970 inicié una búsqueda más sistemática de material que describiera los aspectos psicológicos relacionados con músculos específicos.
Lillemor Johnsen, una fisioterapeuta noruega que fue alumna mía, ya había desarrollado un sistema para evaluar el estado de los músculos en los que sometía a prueba una combinación de tejido muscular y tejido conjuntivo. Con su sistema descubrió que los músculos se comportaban de forma hipertónica e hipotónica (Lillemor Johnsen 1970, 1975). Lillemor Johnsen sometía a prueba los músculos en relación con su respuesta a la respiración. Yo desarrollé un sistema muy distinto para evaluar la respuesta de los músculos a un tipo específico de estímulo: tracción manual en el sentido de las fibras musculares. Mis parámetros de examen comprenden los grados de tensión y elasticidad de la respuesta muscular. Además de los músculos, el Sistema de la Dinámica Corporal también examina algunas fascias y tendones musculares.
Como profesora de Tratamiento Individualizado, enseñé a mis alumnos a practicar el examen de los músculos que yo misma creé para usarlo como una herramienta en sus tratamientos de relajación. Su trabajo me brindó la oportunidad de recabar más información sobre la relación entre el desarrollo motor y el desarrollo psicológico, así como sobre los músculos específicos implicados en ambos.
También creé una gráfica para llevar un registro de los resultados de los exámenes, al cual puse más tarde el nombre de mapa corporal en el Sistema de la Dinámica Corporal. El mapa corporal ofrece una herramienta útil, porque muestra con claridad los puntos fuertes y débiles de los clientes. Además, el mapa corporal es una herramienta adecuada para establecer un pronóstico.
Con ayuda de mis alumnos, reunimos y analizamos tres tipos de datos:
1. Observaciones sobre los temas psicológicos que surgieron o se activaron en un cliente cada vez que un músculo específico se estimulaba físicamente durante el tratamiento. Más adelante comenzamos a llamar a esos temas Funciones del Yo.
2. Observaciones sobre la edad que se evocó en el cliente cada vez que se estimuló físicamente un músculo específico durante el tratamiento. Este fue el principio del Modelo de la Estructura de la Personalidad.
3. Observaciones concernientes a los músculos específicos que comenzaron a reaccionar cada vez que el cliente habló sobre temas psicológicos específicos. La frase comenzaron a reaccionar significa que el cliente sintió o percibió esos músculos y fue capaz de moverlos.
Otra posibilidad del método desarrollado en aquel momento fue que el fisioterapeuta podía observar o palpar un músculo o ver o sentir cambios en los músculos, lo cual servía de retroalimentación para el cliente. Eso ayudaba al cliente a mejorar su conciencia corporal y a llegar a percibir esos cambios.
Desde mediados de la década de 1970 en adelante recabé sistemáticamente estos datos de todos los estudiantes. Cuando ejercían el papel de fisioterapeutas, todos me entregaban informes por escrito de sus sesiones de tratamiento, centrándose en los tres tipos de observaciones señaladas antes. Al mismo tiempo recibía informes de los clientes con su punto de vista sobre las mismas observaciones. Durante un período de cinco años recibí unos 15.000 informes.
Durante todo ese tiempo he establecido conexiones entre los datos de los tres tipos de observaciones y el desarrollo motor y psicológico, y me ha emocionado la uniformidad y precisión de la información surgida de la investigación. Cada año revisé los folletos entregados a mis alumnos para revelar la experiencia adicional adquirida colectivamente durante el año.
Todo este procedimiento se considera investigación, pero en un formato en el que los datos obtenidos empíricamente se mezclan con un método que es sobre todo «investigación en acción». Este método de investigación tiene la ambición de investigar y explorar la praxis en relación con sus practicantes con el fin de crear capacidades y posibilidades de acción del desarrollo, así como posibilidades de acción profesionales. El investigador debe generar al mismo tiempo nuevos conocimientos basados en los resultados que se producen durante el proceso de investigación. En ese proceso de cinco años de duración en el Afspændingspædagogisk Institut, todos los profesores intervinieron en los debates y diálogos sobre los hallazgos y las formas en que éstos deberían usarse para refinar la hipótesis.
La recogida de datos también incorporó observaciones metódicas de niños de distinta edad. Una parte importante de la información que surgió de estas observaciones concierne a la edad en la que algunos músculos específicos o porciones de músculos se activan por primera vez voluntariamente en nuevos movimientos que cumplen importantes funciones motrices como rodar sobre uno mismo, incorporarse en sedestación, arrastrarse y gatear, ponerse de pie y caminar, etc. Esta investigación continuó más tarde en el Instituto de la Dinámica Corporal con un proyecto en el que analistas de la dinámica corporal examinaron a varios niños sanos con el fin de verificar la teoría de que todos los músculos o partes de un músculo se asocian a una edad específica, como confirman las pruebas realizadas con los músculos. Los resultados de este proyecto demostraron la existencia de claras conexiones con los datos obtenidos previamente en el Afspændingspædagogisk Institut.
Me gustaría dar las gracias a todos los profesores, sobre todo a Ruth Ryborg, que era la directora; a los profesores de psicología Niels Hoffmeyer y Jan Ivanouw; a Ellen Ollars, que daba clases de tratamiento individualizado, y a Åse Hauch, que enseñaba desarrollo de la infancia. También quisiera dar las gracias a todos los estudiantes por sus informes, y más todavía por las cuestiones que surgieron y me permitieron ser más precisa en todos los detalles.
El Instituto de la Dinámica Corporal fue creado en diciembre de 1982 por Lisbeth Marcher, Eric Jarlnaes y Steen Joergensen con el propósito de enseñar e investigar el contenido del Sistema de la Dinámica Corporal. En 1983, un grupo de 10 especialistas trabajaron juntos de forma más sistemática con el fin de crear el primer programa danés de psicoterapia. En 1985 iniciamos nuestro primer programa de cuatro años de estudios de psicoterapia. Al mismo tiempo iniciamos nuestro primer curso en California y lentamente nuestros programas comenzaron a impartirse también en otros países. En 2000, el Sistema de la Dinámica Corporal y todas sus actividades estaban bajo la dirección de Bodynamic International ApS. El cambio de nombre reflejó la lenta pero ininterrumpida difusión del sistema. Hoy en día nuestros cursos se imparten en diez países y se dan cursillos en diecisiete países.
Un cambio decisivo
Era difícil mostrar las distintas fases del desarrollo sin contar con «cajones» a los que asignar el material. Hoy en día he leído a Freud, Reich y Lowen, pero su forma de concebir la estructura de la personalidad no se corresponde con el material que he reunido en las investigaciones descritas anteriormente. Mis resultados se acercan a las fases de desarrollo –los niveles de edad propuestos por Eric Ericsson, porque describe dos posiciones en cada nivel de edad–, aunque en sus teorías no hizo intento alguno por incorporar el cuerpo.
Entonces, un buen día, hacia 1982 ó 1983, mi colega Steen Joergensen, psicólogo y profesor de relajación, llegó con dos artículos. Uno era parte de la obra de 1.100 páginas Clinical Theology del teólogo y psiquiatra inglés Frank Lake. El libro describía sus teorías y observaciones obtenidas durante el trabajo desarrollado con clientes psiquiátricos.