ser más productiva por unidad de área que el monocultivo industrial, ofreciendo el potencial para alimentar al mundo con alimentos sanos y saludables, producidos de forma local, mientras que a su vez garantiza una vida con dignidad para nosotros/as y para las generaciones futuras de los pueblos rurales. La soberanía alimentaria basada en la agricultura campesina agroecológica ofrece soluciones a las crisis de alimentos, climáticas y otras crisis del capitalismo que está enfrentando la humanidad. (LVC, 2013a, pp. 69-70)
Esta nueva declaración habla directamente sobre la agroecología como tal, elemento impulsado por las organizaciones latinoamericanas. En el lenguaje que se utiliza en esta declaración se manifiestan las cosmovisiones indígenas, la cada vez más álgida disputa territorial que plantean las organizaciones proletarias, la agricultura campesina de las organizaciones rurales, y la necesidad de diferenciar los territorios campesinos de los territorios pertenecientes al agronegocio y a las industrias extractivistas (Fernandes, 2008a, 2008b, 2009; Fernandes, Welch y Gonçalves, 2010; Rosset y Martínez-Torres, 2012). Para utilizar los términos de Santos (2009, 2010), esta evolución puede considerarse como una emergencia surgida del diálogo entre las ausencias.
Resultados y retos
Podemos afirmar que, como resultado de este intenso proceso, actualmente casi todas las organizaciones y movimientos integrantes de LVC promueven alguna combinación de agroecología y prácticas tradicionales, en vez de métodos asociados a la agricultura industrial de la Revolución Verde, o se encuentran en deliberaciones para impulsarla (Rosset, 2013, p. 7). Sin embargo, no es cosa sencilla andar el camino que lleva a la agroecología como forma de producción agrícola. Los factores que dificultan este camino incluyen la pérdida de conocimientos, la falta de movilización producida por la extensión rural convencional ejercida verticalmente y los sesgos en las políticas que dan ventajas al modelo de agricultura industrial (Rosset et al., 2011). En este sentido, una variante del diálogo de saberes —la metodología de campesino a campesino— se ha convertido en una herramienta de suma importancia para la promoción de las innovaciones campesinas, del intercambio y del aprendizaje horizontal (Holt-Giménez, 2008; Rosset et al., 2011). Si bien es cierto que las poblaciones rurales han innovado y compartido sus conocimientos desde tiempos inmemoriales, a partir de la década de los setenta se desarrolló en Guatemala una versión local de dicha metodología, la cual luego fue difundida en Mesoamérica (Holt-Giménez, 2008).
La de campesino a campesino constituye una metodología de procesos sociales centrada en promotores campesinos que han ideado soluciones nuevas para los problemas que enfrentan muchos agricultores, o que han recuperado o redescubierto antiguas soluciones tradicionales y que, además, utilizan sus propias parcelas como aulas, con el fin de compartir sus conocimientos con los demás campesinos. Durante la visita de otros campesinos a la parcela del promotor, no solo se produce un diálogo de saberes. Además, los campesinos pueden ver, tocar, sentir y hasta degustar una práctica alternativa que ha echado raíz, lo que les permite adaptarla después a sus propios espacios productivos. Posteriormente, en sus parcelas, experimentan con dicha práctica o la adaptan a sus necesidades con su propia creatividad, recreando lo que vieron y a veces inventando otras soluciones prácticas totalmente nuevas.
Debido a que la agroecología se basa en la aplicación de principios acordes con las realidades locales y no en la aplicación de recetas universales, los conocimientos locales y la ingeniosidad de los campesinos pasan a primer plano. Los campesinos no pueden seguir a ciegas las instrucciones respecto al uso de pesticidas o de fertilizantes impartidas por los extensionistas agrícolas o por los vendedores de productos. En este sentido, el diálogo de saberes ha demostrado ser la manera de construir el marco de movilización para el cambio y la transformación de prácticas agrícolas. El diálogo de saberes es crítico, ya que los campesinos tienen que dar marcha atrás y ubicarse antes de la pérdida de conocimientos ocurrida cuando la Revolución Verde marginó gran parte de los saberes tradicionales, sustituyéndolos con la monocultura mental (Shiva, 1993), basada en fórmulas y recetas impuestas por las instituciones y por las empresas (Freire, 1970, 1973; Rosset et al., 2011; Martínez-Torres, 2012). Así mismo, este proceso de diálogo de saberes, de organización campesina a organización campesina, construido a partir de visitas de intercambio, de documentos de divulgación y del trueque de experiencias, ha posibilitado que organizaciones sin experiencia en agroecología aprendan de otras con más experiencia. Además, los encuentros han conformado un espacio en el cual se ha construido colectivamente una visión compartida sobre el significado de la agroecología para LVC, es decir, sobre la filosofía, el contexto político y la justificación necesarios para lograr la vinculación de las organizaciones en este trabajo, que las lleva a la construcción de la soberanía alimentaria.
Conclusiones
Dentro de LVC, el diálogo de saberes ha constituido una fructífera conversación entre las ausencias registradas a partir de la imposición de la monocultura del conocimiento dominante. A través de este proceso, LVC ha podido evitar su fragmentación y, además, ha creado marcos movilizadores emergentes, como el de la soberanía alimentaria, ha construido su propia y cambiante visión de la agroecología, y ha impulsado procesos territoriales basados también en el diálogo de saberes, con el fin de diseminar las prácticas agroecológicas. La visión y las metodologías compartidas que emergen a partir del proceso continuo de diálogo de saberes están haciendo de la agroecología un instrumento de activación social que transforma las realidades rurales a través de la acción colectiva, componente este último de la construcción de la soberanía alimentaria. El proceso de diálogo de saberes, desde la parcela familiar hasta el nivel global, sirve para construir consensos sobre la soberanía alimentaria y la agroecología, con base en las diferencias, con el fin de generar argumentos y marcos de interpretación para afrontar la batalla de ideas en la sociedad, y para movilizar a las bases en la transformación de sus realidades al nivel de la parcela y en los espacios de lucha y movilización. En la agroecología, el diálogo de saberes es fundamental, tanto para la construcción colectiva de visiones conjuntas como para el intercambio y la adaptación de prácticas productivas.
Referencias
Altieri, M. A. y Toledo, V. M. (2011). The agroecological revolution in Latin America: rescuing nature, ensuring food sovereignty, and empowering peasants. Journal of Peasant Studies, 38(3), 587-612.
Benford, R. D. y Snow, D. A. (2000). Framing processes and social movements: an overview and assessment. Annual Review of Sociology, 26, 611-639.
Borlaug, N. (2007). Feeding a hungry world. Science, 318, 359.
Calle Collado, A. (Ed.) (2011). Democracia radical: entre vínculos y utopías. Barcelona, España: Icaria.
Calle Collado, A., Soler Montiel, M. y Rivera Ferre, M. (2011). La democracia alimentaria: soberanía alimentaria y agroecología emergente. En A. Calle Collado (Ed.), Democracia radical: entre vínculos y utopías (pp. 213-238). Barcelona, España: Icaria.
Cárdenas Grajales, G. I. (2010). El conocimiento tradicional y el concepto de territorio. Revista Nera, 2, 1-12.
Declaración de Nyéléni. (2007). Recuperado de http://www.nyeleni.org/spip.php?article291
Desmarais, A. A. (2007). LVC. Globalization and the power of peasants. Halifax, Canadá: Fernwood Publishing; Londres, Inglaterra: Ann Arbor; Michigan, EE. UU.: Pluto Press.
Fernandes, B. M. (2008a). Entrando nos territórios do territorio. En E. T. Paulino y J. E. Fabrini (Eds.), Campesinato e territórios em disputas (pp. 273-301). São Paulo, Brasil: Expressão Popular.
Fernandes, B. M. (2008b). Questão agraria: conflictualidade e desenvolvimento territorial. En A. M. Buainain (Ed.), Luta pela terra, reforma agraria e gestão de conflitos no Brasil (pp. 173-224). Campinas, Brasil: Editora Unicamp.
Fernandes, B. M. (2009). Sobre a tipología de territorios. En M. A. Saquet y E. S. Sposito (Eds.), Territórios e territorialidades: teoria, processos e conflitos (pp. 197-215). São Paulo, Brasil: Expressão Popular.
Fernandes,