para aumentar su motivación hacia la consecución de metas
Conclusiones
Las conexiones entre la Psicología y el Coaching son evidentes. Estas conexiones tienen que ver con:
1 La propia naturaleza del proceso.
2 Su finalidad.
3 Las condiciones que se deben propiciar para que el Coaching pueda ejecutarse con éxito.
4 Los efectos que esa actuación tiene en quien la solicita: el cliente.
5 Los efectos que ese proceso tiene en quien acompaña: el coach y su forma de ampliar su nivel de competencia profesional.
6 Los fenómenos que se producen en el proceso y que explican su efectividad.
7 Los elementos involucrados en el mismo.
Todo ello nos lleva a enunciar, desde la mirada de la Psicología e inspirados en la propuesta por la ICF, una nueva y más completa definición de lo que es el Coaching desde la Psicología:
«El Coaching es una metodología de desarrollo de personas que opera a través de la conducta, en la que un profesional, llamado coach, colabora con su cliente (persona o sistema) en un proceso creativo y estimulante que le sirve a este último de inspiración para maximizar su potencial personal-profesional y alcanzar sus metas. Este proceso creativo se concreta en un conjunto de fases sucesivas que conllevan, por ambas partes (coach y cliente), el tránsito por:
Procesos cognitivos inferiores (percepción y memoria) y superiores (pensamiento y lenguaje).
Procesos de motivación, emoción y trascendencia.
Procesos conductuales que demuestran o ponen en evidencia el aprendizaje mediante la puesta en práctica de conductas diferentes a las realizadas con anterioridad por parte el cliente y que provocan cambios en él mismo y en su entorno, y que le permiten alcanzar sus metas.
Estos procesos conllevan la actuación indisociable de los órganos rectores del comportamiento humano (sistema nervioso central y periférico), el tránsito por diferentes estados de consciencia por parte del coach y cliente (inconsciente, pre-consciente, consciente y estados ampliados de consciencia), la puesta en práctica de todos los estilos de representación-aprehendizaje de ambas personas (auditivo, visual, kinestésico y mixto) y la puesta en funcionamiento de todas sus inteligencias».
Existencialismo, psicología y coaching
Inmaculada Jaén
Introducción
Muchos autores hablan de la filosofía como la «madre» de todas las ciencias modernas, no solo de las que nos competen en este libro.
Hace muchos años, la sola mención a la filosofía como núcleo generador de la Psicología parecía provocar ampollas en algunos ilustres profesores. Durante esos años había en la comunidad académica de psicólogos una especie de obsesión casi infantil por ser reconocidos como disciplina científica a toda costa y el simple «roce filosófico» suponía un descrédito inadmisible.
Es posible, como en nuestra vida privada, que tengamos que «negar a nuestra madre» cuando queremos volar por nuestra cuenta y ser aceptados, para volver más adelante a reconocer, no sin cierto sonrojo, todo lo que esa madre nos aportó.
El objeto de este capítulo no es hacer un repaso exhaustivo de todo lo que la filosofía ha aportado a la Psicología y al Coaching, sino escoger aquellas corrientes filosóficas conceptualmente más relevantes para el caso que nos ocupa.
Por eso cuando hablamos de una disciplina tan reciente y novedosa como el Coaching, parece que remontarnos en el tiempo hasta el pensamiento de filósofos como Nietzsche, Kierkegaard, Husserl, Heidegger, Sartre, Merleau-Ponty o Martin Buber solo nos dará un breve punto de conexión con los paradigmas, tendencias y prácticas que se utilizan e investigan a día de hoy dentro de esta disciplina que, sin duda, bebe y ha bebido desde su creación y en su desarrollo de otras.
Sin embargo, son tantos los puntos de conexión, son tantas las ideas comunes y que resultan cruciales para el ejercicio del Coaching hoy en día, que es difícil condensar en unas cuantas todos los nexos que unen al existencialismo como disciplina filosófica con la psicoterapia existencialista y el método fenomenológico o fenomenología.
Haremos un recorrido por los principales fundamentos de la filosofía existencialista, destacando de algunos de sus autores aquellas aportaciones que luego han sido claves para conceptualizar la teoría y la práctica del Coaching, y más adelante tratar la psicoterapia existencial y el método fenomenológico, que necesitan un capítulo aparte por su calado, importancia e influencia.
Fundamentos de la filosofía existencialista
El término existencialismo fue acuñado por un periodista francés que entrevistó a Jean-Paul Sartre (1905-1980) en 1941. A este le gustó el rótulo y le hizo ganar en popularidad, aunque ya algunos filósofos anteriores durante la Primera Guerra Mundial hablaban de la filosofía del Existenz.
Sin embargo es difícil aunar en una misma corriente de pensamiento a esos filósofos, ya que ellos hacían gala de su propia individualidad huyendo de las etiquetas, como fue el caso de Martin Buber, que siempre enfatizó la unicidad de su particular punto de vista. Aún así, podemos hablar de tres rasgos comunes a todos ellos:
La originalidad de la existencia individual. El «yo» se caracteriza por «decidirse» y «elegirse a sí mismo».
La existencia como libertad. Cuando un filósofo existencialista habla de que la «existencia precede a la esencia» quiere decir que la libertad es lo que hace «ser» al ser humano.
La fenomenología como método, interpretando al ser humano como fenómeno que «aparece o se manifiesta» ante la existencia.
En definitiva, en esta corriente filosófica se pone el énfasis en la existencia individual concreta, la subjetividad, la libertad individual y los conflictos de elección.
Abundando en la particularidad de cada uno de los diferentes autores nos gustaría poner de relieve algunas de sus