Andreas Klee

Movilidad y flexibilidad


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Sobre los autores

      Capítulo 1

       Movilidad y flexibilidad

       1.1Términos, formas y denominaciones

       1.2Importancia de la movilidad y de la flexibilidad para la motricidad en la vida cotidiana y en las actividades deportivas

       1.3Movilidad y flexibilidad durante el desarrollo y a una edad avanzada

       Movilidad: capacidad de aprovechar la amplitud de oscilación máxima de nuestras articulaciones

      La movilidad es (según Weineck, 1994), conjuntamente con la fuerza, la resistencia y la velocidad, uno de los componentes de la condición física más importantes para el rendimiento o (según Martin, 1979) una de las características motrices básicas. Cuando utilizamos el término movilidad, nos referimos a la capacidad de aprovechar la amplitud de oscilación máxima de nuestras articulaciones durante la ejecución de los movimientos en la práctica motora diaria y deportiva.

      Podemos encontrar dos interpretaciones del término movilidad, una definición “restringida” y una definición “amplia”:

       Flexibilidad: movilidad en el sentido más restringido

      a)La movilidad en el sentido más estricto del término es entendida como la capacidad de ejecutar los movimientos del cuerpo y de los miembros con la amplitud permitida por las estructuras anatómicas pasivas del aparato locomotor más la capacidad de estiramiento de la musculatura, que se incluye dentro de las estructuras activas del aparato locomotor (Bös y Mechling, 1980, 1983; Meinel y Schnabel, 1998). De esta forma queda claro que la movilidad viene condicionada por un componente constitucional y por un componente condicional. También se usan como sinónimos de la movilidad en este sentido estricto los términos flexibilidad (p. ej., Fetz, 1972; Hollmann, 1980; Kunath y Thiessm 1962; Röthig, 1983) o movilidad articular (Grosser, 1977), y flexibilidad (p. ej., Harre, 1975) o elasticidad (Zaciorskij, 1972).

      b)La movilidad en un sentido más amplio considera además un componente de coordinación determinante, y engloba, además de la movilidad articular, otros factores como la capacidad de reacción motora y la capacidad de adaptación psicomotriz. Esta utilización del término movilidad –en el sentido de agilidad o de habilidad– lo encontramos especialmente en Fetz (1972) y en Meinel y Schnabel (1998), y significa la capacidad de agotar la amplitud articular determinada anatómicamente y marcada por la condición física durante los movimientos, y hacerlo de forma hábil, dirigida y con una finalidad.

       Movilidad: generalespecial activaestática pasivadinámica

      No debemos olvidar que el agotamiento de las amplitudes articulares en las actividades de la vida cotidiana y en la vida deportiva también requiere la implicación de actividades de coordinación. El término movilidad debe ser mantenido y no debe ser sustituido por el término movilidad articular, puesto que, tal como apuntan Bös y Mechling (1983), la utilización del término movilidad articular puede llevarnos a pensar que solamente los elementos pasivos del aparato locomotor (huesos, estructuras articulares, cápsula articular y ligamentos) son los que determinan esta capacidad y no los elementos activos del aparato locomotor (músculos y tendones). En la práctica del entrenamiento y en tratamiento muscular se diferencia además entre:

      a)movilidad general y especial,

      b)activa y pasiva, y

      c)dinámica y estática.

      La movilidad general se refiere a los sistemas articulares más importantes, como las articulaciones del hombro, de la cadera y de la columna vertebral, siempre que éstas se encuentren a un nivel suficientemente desarrollado (Weineck, 1994). Dado que la movilidad general varía en función del nivel de exigencia del deportista, aficionado o profesional, esta movilidad solamente puede utilizarse como una vara de medida relativa (Martin, 1979).

      Bajo el término movilidad especial designamos la movilidad fuera de lo normal de determinadas articulaciones, en función de las exigencias específicas de una práctica deportiva determinada (Weineck, 1994). Podemos tomar el ejemplo de la carrera de vallas, para la que el deportista requiere una importante amplitud de flexión de la pierna delantera y una marcada amplitud de abducción de la pierna de impulso. El gimnasta de alto rendimiento también necesita una movilidad especial en los hombros para poder dar vueltas en la barra.

      Con el término movilidad activa designamos la parte del recorrido de la amplitud articular que el deportista agota mediante la contracción de los músculos que atraviesan esa articulación, de forma que se produce también un estiramiento forzado de los antagonistas. Podemos estirar, por ejemplo, los músculos flexores de los dedos de la mano mediante la contracción de los músculos extensores de la mano y de los dedos, de modo que doblamos la mano en dirección dorsal.

      La movilidad activa es, como es natural, menor que la movilidad pasiva, en la que la amplitud articular de una articulación se ve ampliada por la aplicación de fuerzas externas (compañero, fuerza de la gravedad, inercia, fuerza centrífuga) (fig. 1). Si efectuamos un sobreestiramiento de los músculos flexores de los dedos ayudándonos con la otra mano, aunque la persona que está efectuando el estiramiento está activa, podeblar de movilidad pasiva de la articulación de la muñeca estirada, puesto que la fuerza elongadora no solamente proviene de los antagonistas de los músculos que estiramos.

      El término movilidad estática designa la capacidad de poder mantener una articulación en una posición extrema durante varios segundos o minutos.

      En contraposición a ésta tenemos la movilidad dinámica, que hace referencia a la amplitud de o de una articulación alcanzada mediante movimientos de impulso (fig. 1).

      Normalmente, las diferentes formas de movimiento aparecen combinadas (fig. 1).

       Formas de movilidad mixtas

      Podemos encontrar ejemplos de diferentes formas de movilidad mixtas activas-estáticas (fig. 1a) en varias posiciones de equilibrio en la gimnasia por aparatos y en la gimnasia rítmica, así como en la posición de sujeción de la jabalina durante la fase de impulso. La movilidad estática-activa está marcada por la dificultad a la que se ve sometido el músculo de llevar a cabo su actividad en un estado de estiramiento extremo, por lo que solamente puede desarrollar una fuerza limitada para mantener esa posición o progresar más. Ésta es la razón por la que la movilidad pasiva-estática suele ser de más grados (fig. 1c), como en el ejemplo del estiramiento de los músculos flexores de los dedos anteriormente mencionado.

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