verbalmente todo lo que sienten. Tienen desconfianza y miedo; ante nuevas situaciones sus reacciones pueden desbordarle y empezar a llorar o gritar. Entre las claves para conseguir sesiones fotográficas agradables para el niño, la familia y el fotógrafo posiblemente las dos más importantes sean: empatía y astucia. La empatía, el situarse en la cabeza y sentimientos del niño, le ayudarán a anticipar sus miedos, analizar sus actitudes y comprender sus acciones. De ese modo conseguirá reunir mucha información que le posibilitará diseñar un entorno inicial satisfactorio para el niño, así como poder reaccionar a los problemas que surjan durante la sesión.
Cierre los ojos e intente imaginarse dentro de la mente de un niño de dos o tres años. Acaba de comenzar a ir a la guardería, lo que le ha costado varias rabietas pero, más o menos, se ha empezado a acostumbrar a los vivos colores, al ambiente de juego y los amigos que empieza a hacer. Ahora su madre le ha dicho que van a ir a casa del fotógrafo para que le haga unas fotos. Entra en un lugar extraño y oscuro, donde la única zona donde hay luz está sin ningún mueble y con un suelo muy raro de color blanco, sin esquinas. Está empezando a aprender a bajar las escaleras por sí solo, a controlar el miedo al vacío, pero de pronto le depositan en una superficie sin texturas y que parece que puede hundirse en cualquier momento. ¿Cómo cree usted que reaccionaría? Es bastante probable que entrara en una situación de pánico y deseara que sus padres lo sacaran fuera de allí cuanto antes.
Cuando la madre o el padre llevan a su hijo al estudio de un fotógrafo, que desde luego es lo menos parecido a su hogar o a la guardería, deben esperar que al niño tarde un cierto tiempo en acostumbrarse al lugar y al fotógrafo. Aunque le daremos una serie de consejos para conseguir un entorno agradable para esa primera experiencia, considere fundamentalmente que es el momento de la empatía con el niño, de ponerse en su lugar y ofrecerle todo el cariño que demanda. Una vez superada la fase de aclimatamiento, puede encontrarse con un niño sociable, simpático y encantado de seguir sus indicaciones.
Para Pepa Valero “también es muy importante que únicamente una persona le hable al niño, que solo una esté a su nivel. Si el niño está a tres metros, debe haber otra persona que conozca (su madre o padre habitualmente) que se encuentre de treinta a cincuenta centímetros de él, mientras que mi ayudante también se suele quedar cerca jugando con él. Tanto en el estudio como en exteriores, si al niño se le deja solo y a tres metros, frente a él, se encuentra el fotógrafo, sus padres y todas las demás personas, su reacción inmediata es pensar ‘Yo también me voy. ¿A mí por qué me habéis dejado solo aquí? ¿Qué juego hay aquí, si estoy yo sólo y vosotros lejos?’ y deseará buscar la compañía y acercarse a donde están todos”.
Manuel González indica cómo “dependiendo del temperamento o personalidad las indicaciones al crío las hará la mamá o el papá o yo mismo; pero nunca le vamos a dar esas indicaciones u órdenes tres personas, porque así el niño se aturulla y no sabrá a quien hacer caso. En críos más introvertidos, por regla general, esas órdenes serán realizadas por el papá o la mamá, lógicamente bajo mi guión, a diferencia de críos extrovertidos con los que esas peticiones las daré yo. Siempre comento que esa psicología debe tenerla un fotógrafo infantil y captar rápidamente la personalidad del crio actuando en consecuencia para el buen desarrollo de la sesión”.
Para que se acostumbre al espacio del estudio, un niño de corta edad requiere de un periodo de aclimatamiento donde la madre o el padre se encuentren muy cerca de él. Manuel González le pidió a la madre que sostuviera la bufanda mediante un hilo transparente, mientras se mantenía próxima al pequeño. Fíjese en el gesto tan expresivo y tranquilo del niño, ¡no siempre tiene que captar una sonrisa para conseguir una buena fotografía!
Canon 5D Mark III, Canon 85 mm f/1,2, ISO 125, f/4,5, 1/200 s.
Si el niño empieza a tener una actitud poco cooperativa, es el momento de comenzar a usar toda su astucia y cartera de trucos para distraerlo, de modo que la mente del pequeño se dirija hacia algo fuera de la experiencia de la sesión. Unas figuras de colores, un muñeco de peluche o, simplemente, usted imitando el ladrido de un perro pueden bastar para conseguir fijar su atención y activar su imaginación, de forma que olvide el lugar donde se encuentra.
Ofrézcale algunas recompensas; Pepa Valero asegura que según su experiencia “no hay nada que una chocolatina no pueda conseguir…” También nuestros tres fotógrafos suelen usar otro truco basado en la sicología inversa: “cuando desee que el niño haga algo, indíquele justo lo contrario… Si quiere que se suba a la silla, dígale que no se suba y espere a su reacción. Lo más probable es que en unos segundos intente subirse a ella”.
A medida que vaya teniendo mayor soltura fotografiando niños, logrará que ellos le aprecien y consideren sus encuentros como una experiencia divertida y entretenida con la que disfrutarán. Al establecer un vínculo con el pequeño logrará que al niño le apetezca volver a tener una sesión de fotografías, ya sea en estudio o en exteriores.
Desde un punto de vista comercial le interesa empezar a construir esa relación con los padres cuanto antes, por lo que muchos fotógrafos realizan ofertas especiales para sesiones de embarazadas o de ellas con sus parejas. Si logra captar las bellas curvas de su cuerpo o la chispa de amor entre ellos durante el embarazo, muy probablemente conseguirá, en breve, una reserva de sesión para cuando llegue el bebé. En el capítulo dedicado a la promoción de su estudio le aconsejaré algunas campañas que puede planificar para las distintas edades, de manera que logre la fidelización de sus clientes.
“Evidentemente –indica Alba Soler– el momento estrella es cuando nacen y todo su primer año. Después me piden mucho inmortalizar el primer cumpleaños, bien en exterior o en estudio, dado que es un periodo muy especial para los padres, porque ven cómo el niño empieza a andar y a hablar. Posteriormente también se solicita todo lo que es 2 o 3 años porque los padres empiezan a darse cuenta de que el niño va creciendo y dejando de ser bebé. A continuación hay un rango de edad bastante vacío hasta la Primera Comunión. Ese es uno de los períodos que a mí, personalmente, más me gustan; sin embargo los padres no lo acaban de valorar, tampoco saben qué momento es mejor, porque realmente da lo mismo con 4, que con 5, 6 o 7 años. En el fondo se les considera a todos niños de edad media y el pensamiento de la mayoría de la gente es: ‘Si no es este año cuando le lleve a una sesión fotográfica, será el que viene’ pero van dejando pasar los años y llega la Comunión sin que la hayan realizado”.
Para algunas tomas, es necesaria la calma total del niño para conseguir los resultados que hemos imaginado, son tomas que requieren algo más de tiempo y un poco de paciencia por parte del modelo. Lo primero es que esté lo más cómodo posible, que no le duela nada, que no le pique nada… y si hay algo que pueda ser incómodo y no podemos evitar, intentar darnos prisa. En esta fotografía, tiene una pieza de tela cubriendo toda la espalda para que su piel no esté en contacto directo con la tierra. Y para conseguir su participación Alba recurre a la colaboración del niño en la “obra de arte” que están creando juntos. Explicándole cada detalle de la imagen, cómo va a acabar siendo, cómo se va a realizar y qué tiene que hacer el niño. De esta forma se implican en la toma y hasta corren a ver en el visor cómo ha quedado! La iluminación proviene de un flash Profoto modelo B1 Con un accesorio tipo reflector de belleza (Beauty Dish) situado a la derecha, con las sombras suavizadas por la luz natural que había en la escena.
Canon 5D Mark II, Canon 50 mm f/1,2, ISO 200, f/5,6, 1/200 s.
A lo largo de los primeros años de vida de los niños hay muchos momentos mágicos que puede plantear a los padres y captar con su cámara fotográfica. Algunos tienen gran relevancia para los padres y casi siempre serán ellos los que le busquen a usted, como el bebé recién nacido o la Primera Comunión en las familias católicas. Sin embargo, si desea hacer crecer su negocio