propósito de este libro es enseñar al lector cómo llevar a cabo cambios en una fotografía. No obstante, en muchas ocasiones lo más complicado es determinar qué correcciones y mejoras debemos realizar en la imagen, qué arreglos hacer para que cobre sentido y se convierta finalmente en una fotografía con entidad propia. No sirve de mucho saber cómo se hacen las cosas, si no sabemos previamente qué hacer.
Con este objetivo, vamos a examinar diez imágenes con diversas propuestas de retoque para analizar los cambios efectuados y las razones que me llevaron a realizar dichos ajustes. La posibilidad de ver el antes y el después nos proporcionará ideas y un buen punto de partida para afrontar futuros retoques e identificar las necesidades de cada fotografía. En ocasiones, incluso la toma fotográfica se realiza de una determinada manera pensando en el retoque posterior.
La siguiente fotografía, tomada en el centro comercial Sunshine City de la ciudad de Tokio, es un caso típico. La imagen original está muy plana. Si queremos resaltar el efecto tridimensional de las baldosas de mármol, solo tendremos que contrastar la fotografía. El resultado es una foto más espectacular y con mayor volumen.
Con un ligero contraste la imagen mejora considerablemente.
En el siguiente caso, la fotografía cambiará su significado drásticamente con un retoque muy sencillo. En la imagen original se distinguen cuatro turistas dirigiéndose hacia el Tesoro de Petra. En la foto retocada se han controlado las luces y se han acentuado las texturas, sobre todo en el suelo, pero el cambio más importante ha sido la eliminación de tres de las cuatro personas. Al dejar solo a una, que además lleva sombrero, la imagen evoca una escena del mismísimo Indiana Jones llegando al Tesoro después de recorrer el desfiladero del Siq. La fotografía ha cobrado un sentido completamente distinto al inicial.
Eliminando al resto de personajes, conseguimos que Indiana Jones reaparezca frente al Tesoro de Petra.
Visitando el pueblo nubio de Asuán en Egipto, apareció, de repente, esta niña en una ventana. Me acerqué para fotografiarla e intentar captar su expresión melancólica. Al revisar posteriormente la imagen fui consciente de la dificultad de la toma. La niña aparece a contraluz, su rosto se pierde en la sombra, y además, la parte baja de la ventana está demasiado iluminada, desviando el foco de atención. El espectador pierde interés porque no conseguimos que dirija su mirada hacia ella, que permanece oculta entre la luz que le rodea. Sin embargo, en la foto retocada, su cara destaca sobre la ventana y el fondo, que ahora están oscurecidos; la niña recupera el protagonismo y el espectador acaba fijando la mirada en su rostro.
Cuando retocamos una fotografía es fundamental recordar que la mirada del espectador se dirige instintivamente hacia las zonas más claras y contrastadas de la imagen.
El glaciar Perito Moreno, en la Patagonia argentina, resulta espectacular; la gran masa de hielo se extiende en su parte frontal a lo largo de cinco kilómetros, alcanzando una altura de sesenta metros. Sus tonalidades azules y blancas son muy llamativas, pero quedan demasiado planas en la foto original, restando valor a la imagen. Por otro lado, los dos grupos de turistas también quitan interés y misterio a la escena. En la foto retocada se han eliminado estos elementos de distracción, dejando solo al grupo de turistas de la derecha que se transforman automáticamente en unos montañeros perdidos en la inmensidad del glaciar. Además, se ha dado textura a las zonas más claras añadiendo fuerza al conjunto final.
La grandeza de la gran masa de hielo se hace evidente al comparar su tamaño con los minúsculos montañeros.
El centro administrativo de la ciudad de Tokio, situado en el barrio de Shinjuku, está atestado de gente; solo su estación de metro es utilizada por más de tres millones de personas a diario, lo que hace muy complicado fotografiar a un solo individuo. La intención de este retoque es otorgar a la fotografía un significado concreto, mostrando un ambiente gris y deshumanizado. Mantenemos el anonimato del protagonista, sin situarlo en ningún lugar conocido, para lo que se han eliminado el resto de personas y los carteles en japonés del fondo. La imagen queda limpia y sin distracciones, dotando a la escena de un carácter singular.
Con este retoque obtenemos una fotografía minimalista y original.
El inconveniente de la siguiente fotografía, realizada en el Parque nacional Serengueti, es análogo al mostrado en la fotografía de París de la página 16. El ojo humano es capaz de adaptarse a la luminosidad del lugar concreto que observa, percibiendo detalle tanto en las zonas más oscuras como en las más luminosas; sin embargo, la cámara no puede captar la tremenda diferencia de luz entre cielo y tierra. En este caso, realizamos una buena medición en cámara para no sobreexponer en exceso el cielo ni oscurecer demasiado la tierra, de modo que sea posible equilibrar ambas zonas a posteriori.
La fotografía resultante es más equilibrada y cercana a lo que ve el ojo humano.
En esta imagen, similar a la vista previamente del Perito Moreno, daremos otra vuelta de tuerca. Primero eliminamos a los personajes que pueden causar distracción y añadimos textura en las zonas necesarias. Pero aquí el protagonista se dirige hacia la derecha teniendo poco espacio que recorrer en la fotografía y dejando el glaciar a su espalda. Volteando al personaje horizontalmente conseguimos dar más aire a la fotografía y observamos el glaciar en todo su esplendor.
Volteando horizontalmente al protagonista, fijamos la mirada del espectador en el glaciar.
El cruce de Shibuya en Tokio no necesita presentación, se dice que es el más abarrotado del mundo. Tan pronto como los semáforos indican el stop para los coches, una marea humana inunda los pasos de cebra dibujados en cruz, provocando una escena singular. Los edificios que rodean el cruce están plagados de pantallas publicitarias que retransmiten anuncios sin cesar. Cuando una pantalla emite imágenes muy brillantes el resultado suele ser una mancha blanca en la fotografía. Por el contrario, aquellas que no emiten imágenes en el momento de la toma aparecen negras. La fotografía original adolece de ambas deficiencias, que podemos resolver gracias a haber realizado varias fotos del mismo escenario. Esto nos da la posibilidad de combinarlas y elegir qué anuncios queremos recuperar. También hemos desplazado ligeramente el taxi situado en la esquina inferior izquierda del encuadre, para integrarlo un poco más en la escena.
Los pequeños detalles hacen que una imagen resulte más atractiva.
El tranvía 28 es el más famoso de Lisboa. En su recorrido por las estrechas calles del barrio de Alfama, pasa por algunos de los puntos más emblemáticos de la ciudad. Lo interesante en este caso es igualar la diferencia de luminosidad que registra la imagen original. Con el retoque controlamos las luces y levantamos las sombras, equilibrando la fotografía. Finalmente iluminamos y contrastamos levemente el vehículo, otorgándole el protagonismo que merece.
Disminuyendo el pronunciado contraste que presenta la imagen original, obtenemos una imagen compensada y llamativa.
El cambio en la siguiente fotografía es notable. En la imagen original podemos observar a varios turistas admirando el colosal Memorial de Iwo Jima situado en las afueras del cementerio nacional de Arlington, en Virginia. Sin embargo,