Diana Taylor

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alimentado en un entorno expansivo de reconocimiento (que incluye los árboles, los ríos y las montañas que otros podrían considerar objetos inanimados), no puede tolerar la dominación, explotación y domesticación. Se convierte en “el corazón rebelde” del movimiento zapatista. Ese movimiento, como argumentaré en el Capítulo III, “Camino largo: el largo recorrido de los zapatistas hacia la autonomía”, se basa en antiguas enseñanzas maya y en investigaciones y prácticas contemporáneas. Académicos como John Holloway, Noam Chomsky y Donna Haraway informan el pensamiento zapatista contemporáneo. “[Los zapatistas] se adaptan, dicen, ‘para no dejar de ser’ seres históricos”130. Xuno López, con los zapatistas, no se suscribe a las políticas de identidad o las teorías de autenticidad. Uno no tiene que ser indígena para ser zapatista, de la misma forma como no hay que ser mujer para ser feminista. Tampoco secuestra el conocimiento indígena; les da prioridad a las ideas en el diálogo y el intercambio. Las tradiciones inspiran, pero necesitan ser revisitadas y actualizadas por todos. Xuno López, por ejemplo, es un feminista que aboga por más derechos para la mujer, incluso en las comunidades zapatistas establecidas bajo la “Ley Revolucionaria de la Mujer de 1994”131. Las comunidades se adaptan para sobrevivir.

      Todas las especies están continuamente probando formas de sobrevivir y prosperar, como lo pone Kováč. Los zapatistas se adaptan, “para no dejar de ser” seres históricos, dicen ellos. Los académicos occidentales como yo, tratamos de escapar de nuestro encierro epistémico imaginando otras formas de estar en el mundo. Las metas podrán variar. “Yo” me esfuerzo por saber de manera diferente no solo cómo sobrevivir, sino cómo dejar de ser cómplice de las prácticas coloniales de conocimiento.

      VI

      Teoría caminante

      [Fig. 1.000. Caminando. Alexei Taylor].

      Caminar y hablar, o el método peripatético, enfatizan la idea de producir conocimiento como un hacer —ver, escuchar, leer, pensar, hablar— son todas acciones que hacemos juntos. Interactuamos con la gente y el mundo a nuestro alrededor. Hasta leyendo “solos” estamos en la compañía del autor. Libros, inspiraciones, cantos y mucho más nos acompañan donde sea que vayamos. Pero en este estudio, en las prácticas que describo aquí, nos paseamos por varios lugares en corto tiempo —Ciudad de México, Chiapas, Guatemala, Sao Paulo, Santiago de Chile y de vuelta a través de Centro América a Chiapas, Nueva York, Montreal—. Las preguntas conectan y atraviesan todos estos espacios incluyendo las mismas políticas de movimiento. Adicionalmente varias de estas piezas fueron desarrolladas en diálogo con mis estudiantes, y a menudo yo los seguía. A veces me llevaban a través de campos y asuntos