Simon J. Kistemaker

Las Parábolas de Jesús


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analogía, las ilustraciones exhiben ejemplos que pueden ser imitados o evitados. Ellas se enfocan directamente en el carácter y la conducta de un individuo; la historia hace esto sólo indirectamente.

      Clasificar las parábolas no siempre es un asunto simple. Algunas parábolas muestran características de dos grupos (la auténtica parábola y la historia) y puede ser agrupada con otro. También, los evangelios contienen numerosos refranes parabólicos. Con frecuencia, es difícil determinar con precisión cuáles refranes de Jesús constituyen una auténtica parábola y cuál es un refrán parabólico. La enseñanza de Jesús sobre la levadura (Lucas 13:20-21) es clasificada como una auténtica parábola, pero su mensaje más largo sobre la sal (Lucas 14:34-35) es llamado un refrán parabólico. Más aún, algunos refranes de Jesús son presentados como parábolas. Por ejemplo: “También les contó esta parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?” (Lucas 6:39).

      ¿Cómo se diferencia una parábola de una alegoría? El Progreso del Peregrino de John Bunyan es una presentación alegórica del viaje de un cristiano a través de la vida. Los nombres y circunstancias en el libro son sustitutos de la realidad. Cada hecho, característica y nombre es simbólico, y debe ser traducido punto por punto a la vida real para ser apropiadamente comprendido. Por otro lado, una parábola es una verdad de la vida y generalmente enseña sólo una verdad básica. En sus parábolas, Jesús usó muchas metáforas tales como un rey, sirvientes y vírgenes, pero estas no son removidas de su realidad. Ellas nunca relatan un mundo de fantasía o ficción. Ellas son historias y ejemplos del mundo en el que Jesús vivía y son narradas para transmitir una verdad espiritual por medio de un singular punto de comparación. Los detalles de la historia apoyan el mensaje que transmite la parábola. Ellas no deberían ser analizadas punto a punto e interpretadas como una alegoría, pues así pierden su importancia.

      Composición

      Aunque generalmente es verdad que una parábola enseña sólo una lección básica, esta norma no debería presionarse demasiado. Algunas de las parábolas de Jesús son complejas en su composición. La parábola del sembrador se compone de cuatro partes y cada una de ellas pide una interpretación. Igualmente, la parábola del banquete de bodas no es una simple historia, sino que tiene una sección adicional acerca de un invitado que no tenía la ropa apropiada. Y la conclusión de la parábola de los labradores malvados va del viñedo imaginario a hablar de una construcción. En vista de esto, el exégeta es prudente en no luchar por la interpretación de un punto de las complejas parábolas.

      Al leer las parábolas de Jesús, uno se pregunta por qué muchos detalles que se esperaba que fueran parte de la historia, han sido dejados por fuera. Por ejemplo, en la historia del amigo que toca a la puerta de su vecino a media noche para pedirle tres hogazas de pan, la esposa del vecino no es mencionada. En la parábola del hijo pródigo, el padre es un personaje principal, pero no se dice nada de la madre. La parábola de las diez vírgenes presenta al novio, pero ignora completamente a la novia. Sin embargo, estos detalles no son relevantes para la composición general de las parábolas, especialmente si entendemos el recurso literario de tríadas que Jesús usaba con frecuencia en sus parábolas. En la parábola del amigo a media noche, hay tres personajes: el viajero, el amigo y el vecino. La parábola del hijo pródigo también contiene tres personajes: el padre, el hijo menor y el hijo mayor. Y en la historia de las diez vírgenes hay tres elementos: las cinco sensatas, las cinco insensatas y el novio.3

      Más aún, en las parábolas de Jesús, el principio de la historia no es lo importante sino el final. El énfasis cae en la última persona mencionada, el último hecho o el último refrán. El así llamado “énfasis final” en la parábola es un diseño deliberado en su composición.4 No fue el sacerdote o el levita los que aliviaron el dolor del hombre herido sino el samaritano. Aun cuando los siervos que ganaron las cinco mil y dos mil monedas de oro adicionales recibieron elogios y menciones, fue la actitud del siervo que enterró las mil monedas en el patio lo que le trajo desprecio y condenación. Y en la parábola del terrateniente que durante todo el día estuvo contratando hombres que trabajaran en su viñedo y a las seis de la tarde escuchó quejas de algunos de los trabajadores, lo más importante es la respuesta del terrateniente: “Amigo, no estoy cometiendo ninguna injusticia contigo... ¿O te da envidia de que yo sea generoso?” (Mateo 20:13-15).

      El arte de componer y narrar parábolas demostrado por Jesús no tiene paralelo alguno en la literatura. Pero cerca a las parábolas de Jesús están las de los antiguos rabinos del primer y segundo siglos de la era cristiana. Las parábolas rabínicas son generalmente introducidas por una fórmula establecida: “¿A qué se parece?” También, en algunas parábolas se usan los recursos literarios de la tríada y el énfasis final. Por ejemplo:

      ¿A qué se parece esto? A un hombre que estaba viajando por la carretera cuando encontró un lobo y escapó de él, e iba por doquier narrando la aventura del lobo. Luego encontró un león y escapó de él, e iba por doquier narrando la aventura del león. Luego encontró una serpiente y escapó de ella, después de lo cual olvidó los dos incidentes previos e iba por doquier narrando la aventura de la serpiente. Así pasa con Israel: Los últimos problemas les hacen olvidar los anteriores.5

      No obstante, la similitud entre las parábolas de Jesús y las de los rabinos es sólo formal. Las parábolas rabínicas normalmente son presentadas para explicar o dilucidar la Ley, versículos de la Escritura o una doctrina. Ellas no se usan para enseñar nuevas verdades, como sucede con las parábolas de Jesús. Por medio de sus parábolas, Jesús explicó los grandes temas de su enseñanza: el reino de los cielos; el amor, la gracia y la misericordia de Dios; el gobierno y el regreso del Hijo de Dios; y el ser y el destino de los mortales.6 Aunque las parábolas rabínicas no enseñan nada más allá que una aplicación de la Ley, las parábolas de Jesús son parte de la revelación de Dios. En sus parábolas, Jesús revela nuevas verdades, pues Él fue comisionado por Dios para dar a conocer la voluntad y la Palabra de Dios (Juan 3:34). Por lo tanto, las parábolas de Jesús son revelación de Dios; las parábolas rabínicas no.

      Propósito

      Las parábolas muestran que Jesús conocía plenamente la vida humana y sus múltiples formas y medios. Él era experto en granjas, siembra de semillas, detección de malezas y recolección de cosechas. Él se sentía en casa estando en el viñedo, conocía los tiempos de recoger la fruta del vino y de la higuera y era consciente de los salarios pagados por la labor de un día. No sólo estaba familiarizado con el mundo laboral del granjero, el pescador, el constructor y el comerciante, sino que se movió con igual facilidad entre los dirigentes de estados, los ministros de finanzas en una corte real, el juez en una corte legal, los fariseos y los cobradores de impuestos. Él comprendía la pobreza de Lázaro, aunque él fue invitado a cenar con el rico. Sus parábolas describen la vida de hombres, mujeres y niños, del pobre y el rico, los despreciados y los exaltados. Debido a su conocimiento del amplio campo de la vida humana, Él pudo ministrar a gente de todos los estratos sociales. Él habló el lenguaje de la gente y les enseñó en su propio nivel. Jesús usó parábolas para hacer su mensaje más accesible a la gente, enseñar a las multitudes la Palabra de Dios, llamar a sus oyentes al arrepentimiento y la fe, a desafiar a los creyentes a poner las palabras por hechos y exhortar a sus seguidores a la vigilancia.

      Jesús enseñó las parábolas para comunicar el mensaje de salvación en una manera clara y simple. Su audiencia podía entender rápidamente la historia del hijo pródigo, los dos deudores, el gran banquete y el fariseo y el cobrador de impuestos. En las parábolas, ellos conocieron a Jesús como el Cristo, que enseñó con autoridad el mensaje del amor redentor de Dios.

      Sin embargo, según las narraciones del evangelio parece que la interpretación de las parábolas tuvo lugar en el círculo íntimo de los discípulos. Jesús les dijo:

      “A ustedes se les ha revelado el secreto del reino de Dios —les contestó—; pero a los de afuera todo les llega por medio de parábolas, para que por mucho que vean, no perciban; y por mucho que oigan, no entiendan; no sea que se conviertan y sean perdonados.”

      Marcos 4:11-12

      ¿Significa esto que Jesús, quien fue enviado por Dios a proclamar la redención a los seres humanos