o el traumatismo craneoencefálico, entre muchas otras. En esos casos, la interconsulta será necesaria para establecer un diagnóstico y un tratamiento adecuado. Los psicofármacos pueden ayudar a corregir los desequilibrios en la química cerebral que se cree que están involucrados en algunos trastornos mentales. Las personas en tratamiento con medicamentos a largo plazo necesitarán encontrarse con su psiquiatra periódicamente para monitorear la efectividad del mismo y cualquier efecto secundario que pudiera aparecer.
Un psicólogo es un profesional que ha completado sus estudios en la Facultad de Psicología y que, a menudo, ha realizado estudios de posgrado en Psicología Clínica u otras especialidades, como la neuropsicología. Los psicólogos clínicos tratan los trastornos mentales con psicoterapia y no están habilitados a prescribir medicamentos. Existen numerosas formas de psicoterapia, con diferentes orientaciones teóricas. Algunas pueden demostrar su eficacia a través del método científico, otras no. En general, todas se basan en un vínculo de diálogo entre el terapeuta y el paciente. Su objetivo es eliminar o controlar los síntomas problemáticos para que la persona pueda sentirse mejor. Dependiendo de la magnitud del problema, el tratamiento puede durar unas pocas sesiones durante algunas semanas o muchas sesiones durante varios años. La terapia se puede hacer individualmente, en pareja, en familia o en grupo. Hay psicoterapias que ayudan a los pacientes a cambiar conductas o patrones de pensamiento, o a explorar el efecto de las relaciones y experiencias pasadas en las conductas presentes. Otras, se focalizan en los modos en los que la persona se vincula y comunica con la familia y otras relaciones.
¿A QUIÉN DEBO CONSULTAR:
A UN PSICÓLOGO O A UN PSIQUIATRA?
Psicólogos y psiquiatras están capacitados para hacer un diagnóstico en salud mental. Sin embargo, podría suceder que la entrevista diagnóstica no sea suficiente para cumplir con ese objetivo. Entonces ambos profesionales podrán complementarla con una evaluación neuropsicológica, una evaluación funcional o del lenguaje. En ciertos casos se requieren otro tipo de estudios, tales como análisis de laboratorio, electroencefalograma, neuroimágenes, que solamente pueden ser solicitados y evaluados por un profesional de la medicina. Entonces, el psicólogo debería derivar al paciente a un psiquiatra para completar adecuadamente el diagnóstico. Una vez establecido este, cada profesional deberá evaluar cuáles son los tratamientos indicados para el caso y comunicárselos al paciente. Probablemente, algunas personas requieran un abordaje colaborativo, en el que cada profesional realizará su intervención, pero que la mayoría del tiempo será complementaria.
También, el tratamiento podría estar a cargo de uno solo de los profesionales. Por ejemplo, un paciente con un diagnóstico de trastorno depresivo mayor podría ser tratado con psicoterapia. En esa situación, tanto el psicólogo como el psiquiatra podrían atenderlo. Sin embargo, de ser necesario incorporar al tratamiento algún medicamento antidepresivo, indefectiblemente deberá incluirse a un especialista en psiquiatría, mientras el psicólogo continúa con la terapia.
En Latinoamérica y el Caribe, ciertas patologías son abordadas de manera similar por diferentes especialidades médicas. Por ejemplo, las demencias son tratadas por psiquiatras, neurólogos o médicos geriatras en algunos casos. Otro ejemplo son las personas con diagnóstico correspondiente al espectro autista, quienes pueden ser atendidos médicamente por psiquiatras o neurólogos, según el caso. Ciertas patologías serán tratadas por un neurólogo, tales como la epilepsia, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple o los traumatismos cerebrales. Sin embargo, también puede ocurrir que este especialista solicite la colaboración de psiquiatras o psicólogos para acompañar en el abordaje de los síntomas conductuales, psicológicos o cognitivos, como mencionamos previamente.
Debemos descartar algunas afirmaciones que no son ciertas. Eso nos ayudará a clarificar lo que venimos diciendo:
1) Si tengo un problema leve o moderado voy al psicólogo, mientras que si es grave voy al psiquiatra.
Esta afirmación es falsa. Ambos profesionales atienden problemas leves, moderados y graves, y muchos de los problemas de salud mental se pueden beneficiar con las intervenciones. Tener que tomar medicación no significa que un problema sea más grave, simplemente indica que, en un determinado momento, ese es el tratamiento más adecuado según la evaluación del profesional.
2) Prefiero ir al psiquiatra porque me indicará un medicamento y solucionaré los problemas más rápidamente. Los tratamientos psicológicos son largos y te hacen perder el tiempo.
Esta afirmación es falsa. No todos los problemas de salud mental pueden tratarse con medicamentos. Son muchos los casos en los que la indicación, o al menos la primera indicación, es la psicoterapia. Por otra parte, no todos los tratamientos psicoterapéuticos son prolongados, esto puede depender de la orientación de los mismos, pero también de la necesidad de cada paciente.
3) Me niego a ir al psiquiatra porque prefiero solucionar mis problemas con terapia y no con medicamentos.
Esta afirmación es un error. Algunos problemas de salud mental requieren necesariamente medicación para evitar que los síntomas afecten el bienestar de la persona o su entorno familiar o social. En esos casos, los psicofármacos posibilitan que la persona tenga un control sobre sus emociones o su conducta que, sin la medicación, sería imposible de conseguir.
4) No voy a ir al psicólogo porque es imposible que hablando solucione mis problemas.
Esta afirmación es falsa. Muchas terapias utilizadas por los psicólogos cuentan con respaldo científico en cuanto a su efectividad para solucionar ciertos problemas de salud mental. La palabra es uno de los medios (aunque no el único) que tiene el psicólogo para modificar el funcionamiento cerebral. En algunos casos, podrá enseñar y hacer practicar ejercicios diseñados especialmente para corregir y rehabilitar el funcionamiento disfuncional del cerebro. También, puede ayudar a la persona a adquirir nuevas habilidades en el ámbito social o emocional, a identificar y controlar conductas, pensamientos y emociones desajustados que actúan como factores que desencadenan o mantienen el problema psicológico.
En definitiva, tanto psicólogos como psiquiatras pueden ayudar a las personas con problemas de salud mental. Por regla general, el psicólogo lo hará fundamentalmente mediante psicoterapia, mientras que el psiquiatra lo ayudará con psicofármacos, aunque también puede estar capacitado para hacer psicoterapia.
LA PRIMERA ENTREVISTA
Durante la primera entrevista, ya sea con un psiquiatra o un psicólogo, es muy importante que la persona sea tan abierta y honesta como sea posible. El profesional le hará preguntas para poder realizar una adecuada evaluación diagnóstica, así que es fundamental poder hablar y describir en detalle todos los síntomas que siente.
La persona que hace la consulta tendrá que exponer sentimientos y aspectos íntimos de su vida. Probablemente esa sea la parte más difícil, pues se está frente a alguien que es desconocido o con quien no hay un vínculo de confianza. Sin embargo, es de esperar que el profesional esté capacitado para tratar temas delicados de manera pertinente y paciente, por lo que no hay razón para avergonzarse. Todo aquello que se transmita durante la entrevista es de carácter confidencial y se encuentra amparado bajo el “secreto profesional”. De todos modos, el profesional podría considerar algunas excepciones que lo liberarían de dicho secreto, como por ejemplo, la consideración de que el entrevistado pueda encontrarse en una situación de riesgo inminente para sí mismo o para otros.
Algunas sugerencias para la primera entrevista:
1. Llevar por escrito aquello que nos preocupa
Muchas personas sienten ansiedad en su primera entrevista, por lo tanto, antes de concurrir, es recomendable escribir los principales motivos de la misma, tratando de incluir detalles explicativos. Por ejemplo: “Cada vez que salgo de casa me demoro mucho más