la esquina y tengo que volver, porque la duda no me deja pensar en otra cosa y pienso en lo que podría suceder si no cerré todo con llave”. Recordemos que no hay ningún motivo para sentirnos inhibidos o avergonzados por los síntomas, probablemente el profesional ya ha escuchado síntomas similares en otro paciente, aunque parezca que ninguna otra persona ha sufrido algo parecido.
2. Concurrir a la primera consulta con un familiar
Si la ansiedad es muy importante, ir en compañía de una persona cercana puede ser de utilidad. Además, podrá responder a preguntas específicas del profesional y ofrecer una perspectiva diferente frente a ciertos hechos, agregando información que podría ser relevante.
3. Mantener una postura abierta y honesta
Es natural que la persona prefiera esconder cierta información o aspectos de su vida personal en una entrevista. Sin embargo, el profesional no podrá ayudar de manera adecuada si no cuenta con la información completa. Probablemente será necesario hablar sobre temas que la persona no expondría en otro ámbito: tener una disfunción sexual, preocupaciones excesivas por cuestiones que no lo justifican, realizar compras y gastos excesivos que la han llevado a endeudarse, tener una compulsión al juego, o el incremento en el consumo de bebidas alcohólicas, por ejemplo. Además, es muy importante responder a las preguntas del profesional con la mayor precisión y honestidad posible.
4. Hacer preguntas
Es muy importante concluir la consulta habiendo comprendido bien las explicaciones e indicaciones del profesional. Y haber realizado todas las preguntas que se consideren necesarias. Si algo no se comprende durante la entrevista, se le debe pedir al profesional que lo repita o que ponga por escrito información importante para no olvidar.
Por ejemplo, si el profesional es un psiquiatra y prescribe un medicamento, debería comunicar cómo se espera que el fármaco actúe e informar sobre cualquier efecto secundario que pueda tener. También, se puede preguntar qué otras opciones de tratamiento pueden estar disponibles, tales como la psicoterapia o si correspondiera, cambios en los hábitos de vida.
5. Solicitar un diagnóstico y un plan de tratamiento
La primera entrevista debería terminar con un diagnóstico y un plan de tratamiento. Si no es posible establecer uno en la primera consulta, es importante aclarar cuáles deberían ser los pasos para lograrlo.
En caso de que el profesional indicara una psicoterapia, es importante que pueda sugerir también la orientación de la misma y las razones acerca de por qué esa orientación sería la más adecuada para tratar los síntomas que han motivado la consulta.
SÍ, CON UN PSIQUIATRA
Las enfermedades mentales muchas veces están atravesadas por numerosos prejuicios. Uno de ellos es el de la responsabilidad, la idea de que las personas son causantes de sus problemas. Por el contrario, como bien lo explica el médico psiquiatra Marcelo Cetkovich (ver el Capítulo 26), no son bajo ningún aspecto enfermedades autoprovocadas, sino que tienen una base psicobiológica compleja y requieren tratamientos combinados complejos. Este tipo de prejuicios son parte de un conjunto de conductas y concepciones equivocadas que configuran el estigma hacia las personas que sufren trastornos mentales y, por extensión, a algunas for-mas de tratamiento. Estos prejuicios deben ser evitados.
La aparición de signos y síntomas, tales como los que se describen más arriba, que perduran en el tiempo y generan malestar en las personas, deberían ser razones suficientes para hacer una consulta con un especialista en salud mental. La mayoría de los trastornos mentales muestran un importante retardo entre la aparición de los síntomas y la primera consulta. Este período puede llegar a ser muy prolongado, y durar varios años. Hoy contamos con evidencia suficiente para afirmar que la detección y el inicio temprano de tratamientos adecuados para la mayoría de los trastornos mentales implican mayores probabilidades de efectividad terapéutica.
Finalmente, María aceptó la sugerencia de su pediatra de consultar a una psiquiatra infantil para evaluar a Federico y a Ulises. Su esposo, luego de expresar su resistencia, la acompañó. La psiquiatra hizo un diagnóstico de ansiedad de separación en el caso de Federico y lo derivó a una psicóloga. Luego de algunas sesiones de terapia individual y de entrevistas de orientación a padres, Federico modificó su conducta para ir a la escuela.
El caso de Ulises fue diferente. La psiquiatra le solicitó hacer una evaluación neuropsicológica y algunas interconsultas: a una fonoaudióloga, a una terapeuta ocupacional y a una neuróloga infantil. Se estableció un diagnóstico de condición del espectro autista y se inició un tratamiento interdisciplinario. Sus padres saben que el tratamiento de Ulises será muy diferente al de Federico, pero todos los profesionales coincidieron en que el haber realizado un diagnóstico temprano y comenzado con un tratamiento eran condiciones positivas para esperar una buena evolución del niño dentro de las limitaciones propias de su condición.
La vida de María y su esposo cambió muchísimo después de conocer el diagnóstico de Ulises. Sin embargo, con la ayuda de los profesionales a cargo de su tratamiento pudieron informarse acerca de la condición de su hijo, de sus necesidades y de cómo responder en las situaciones difíciles. Saben que las dificultades de Ulises no son responsabilidad de ellos como padres, pero sí asumen la responsabilidad de hacer lo posible para garantizarle un tratamiento adecuado. Saben que haber llegado al diagnóstico tempranamente ha sido muy positivo. La vida también ha cambiado para los suegros de María, luego de que su esposo aceptó hacer una consulta psiquiátrica con su madre. Después de algunas evaluaciones y estudios, el profesional descartó el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer y la derivó a una neuróloga, quien finalmente le diagnosticó la enfermedad de Parkinson.
A diferencia de la reacción del padre de Siddhartha Mukherjee, y de como él mismo hubiera reaccionado anteriormente, el esposo de María concurrió junto a su madre a las diferentes entrevistas con profesionales. En cada consulta, les fueron informando acerca de las características del trastorno que tenía y de las diferentes alternativas terapéuticas para poder asegurar la mejor calidad de vida para su madre.
PARA RESUMIR
▶ Si se perciben cambios en el comportamiento o la sensación de que “algo no está del todo bien”, consulte con un profesional de la salud mental.
▶ Si estos cambios impactan en la vida cotidiana, trabajo o estudio, es suficiente motivo para realizar una consulta.
▶ Las enfermedades mentales son problemas de salud y existen profesionales especializados en ellas.
▶ En la entrevista con el profesional de la salud mental la persona debe ser lo más honesta posible, solo así podrá recibir ayuda.
▶ Los profesionales de la salud deben guardar el secreto profesional, salvo que esté en riesgo la seguridad del paciente o de terceros.
BIBLIOGRAFÍA
— Baxter, L. R., Schwartz, J. M., Bergman, K. S., Szuba, M. P., Guze, B. H., Mazziotta, J. C., Alazraki, A., Selin, C. E., Ferng, H. K., Munford, P. y col. (1992). Caudate glucose metabolic rate changes with both drug and behavior therapy for obsessive-compulsive disorder. Arch Gen Psychiatry, 49(9), 681-689. DOI: 10.1001/archpsyc.1992.01820090009002
— Cetkovich, M. (2018). El estigma de la enfermedad mental y la psiquiatría. Buenos Aires: Editorial Paidós.
— Kandel, E. R. (2019). La nueva biología de la mente. Qué nos dicen los trastornos cerebrales sobre nosotros mismos. Barcelona: Editorial Paidós.
— Mukherjee, S. (2017). El Gen. Una historia personal. Barcelona: Editorial