Ken Wilber

La práctica integral de vida


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atención hasta que reconozca la naturaleza provisional de la emoción y permita que su energía cruda se libere, como el agua que, al hervir, se convierte libremente y sin obstrucción alguna, en vapor.

      La esencia de este proceso es la aceptación de la emoción y el correspondiente permiso, lo que libera la tensión y resistencia que la envuelve. Luego deje que la emoción se exprese y permita que revele la expresión liberada, despierta y sin obstrucciones de su energía pura.

      Considere, por ejemplo, lo que sucede en el caso de la transformación de la ira. Es mucha la energía que se oculta detrás de ella. ¿En qué se convierte si se libera en su esencia pura y auténtica? A menudo se revela como la energía y el compromiso de discriminar y profundizar, de disipar la confusión y de convertirla en claridad. Pero, en otras ocasiones, sin embargo, se convierte en la energía y el poder de transformar lo que haya que transformar. Una energía emocional como la ira no se desvanece en la nada sino que, al servicio de la compasión y de la libertad, puede convertirse, de hecho, en un recurso muy poderoso y útil.

      Las emociones son profundamente rutinarias. No es de extrañar por tanto que, después de haber transmutado una emoción, se descubra cayendo de nuevo en la vieja pauta de siempre. La energía emocional recién revelada necesita encontrar nuevas formas de organizarse. Por ello, para la transmutación exitosa de las emociones, se requiere una práctica perseverante. En este sentido, las emociones se liberarán, aparentemente de un modo completo, para reaparecer nuevamente al cabo de un tiempo y vernos de nuevo obligados a trabajar con ellas. Si queremos obtener resultados duraderos, deberemos ejercitar, en este sentido, la paciencia y la perseverancia. Con el tiempo y la práctica acabaremos advirtiendo lo rápida y poderosamente que las emociones responden a las experiencias negativas y nos sorprenderemos al descubrir que la práctica consciente acaba liberando hasta las más viscerales de ellas. Y, en la medida en que nos familiarizamos con la práctica, aumenta nuestra energía, nuestra comprensión y nuestra habilidad para trabajar con las emociones y las energías más difíciles.

       La adecuación entre la transmutación de las emociones y el trabajo con la sombra:

       lo que era “ello” o “tú” acaba asumiéndose, gracias al trabajo con la sombra, como una parte disociada del “yo”

       esas dimensiones del “yo” se asumen, a lo largo del proceso de transmutación de las emociones, como “yo soy”

       el proceso libera las emociones y nos permite desidentificarnos de ellas. De este modo, las emociones dejan de poseernos y nosotros pasamos a poseerlas o, dicho en otras palabras, en lugar de dar forma al “yo”, se convierten en “mí”

      Por decirlo de otro modo, las emociones secundarias inauténticas se convierten en emociones primarias y auténticas, lo que se transmuta en energía despierta y trascendente.

      Como las palabras no pueden capturar con precisión la fluidez de las emociones, no existe generalización categórica alguna que pueda resultar completamente exacta. A pesar de ello, sin embargo, las correspondencias que presentamos en la Figura 4.2 de la página 92 son muy valiosas.

       El trabajo con la sombra y la transmutación de las emociones

      Una de las afirmaciones más conocidas de Sigmund Freud sobre el proceso psicotera-péutico es aquélla según la cual “donde estaba el ello, estará el yo”. Y algo parecido podríamos decir con respecto al trabajo con la sombra y a la transmutación de las emociones:

      lo que era “ello”

      se convertirá en “yo”

      y lo que era “yo”

      acabará convirtiéndose en “lo mío”

      y será testimoniado como yo soy.

      Así es como su energía se verá reclamada y liberada.

      El proceso de transmutación de las emociones y el trabajo con la sombra nos proporcionan un espacio extra para nuestra vida emocional, en el que podemos relajarnos y experimentar directamente nuestros sentimientos.

      En este sentido conviene ser curioso e investigar, confiando en que el proceso no resultará doloroso, sino liberador. Si admitimos la importancia de la energía contenida en nuestras emociones, podremos trabajar con ellas, sabiendo que finalmente se abrirán, liberando su represión y permitiendo su expresión libre y despierta. Y puede estar seguro de que, cuando tal cosa ocurra, se sentirá mucho más poderoso porque, en tal caso, la extraordinaria energía que encierran se convertirá entonces en vitalidad, conciencia y desarrollo.

      El proceso de la sombra 3-2-1 y la transmutación de las emociones son prácticas muy poderosas y útiles. Los beneficios que las acompañan pueden transformar profundamente nuestra experiencia interna, enriqueciendo nuestra vida y acelerando espectacularmente nuestro crecimiento. Son muchas las personas que temen experimentar algunos de sus sentimientos, un miedo que les impide estar completamente presentes.

      Esto puede cambiar si confiamos en que los sentimientos que nos asustan encierran una oportunidad para aumentar nuestro poder y nuestra vitalidad. Y el ejercicio exitoso de esta práctica no sólo libera energía anteriormente atada a las emociones contenidas en la sombra, sino que también proporciona el fundamento realista para una relación más rica y compasiva con nuestra vida emocional.

      Figura 4.2. Emoción auténtica encerrada en la energía de la emoción liberada

      Son muchos los frutos que acompañan a estas prácticas emocionales:

       la predisposición a reconocer y experimentar la vida más directamente, incluyendo sentimientos que anteriormente nos resultaban difíciles de admitir

       vitalidad y poder donde antes nos sentíamos aturdidos y temerosos

       capacidad de estar plenamente presentes en situaciones emocionalmente cargadas

       apertura sincera y curiosidad relajada ante emociones ligadas a la sombra

       clima interno de aceptación y compasión por uno mismo

       menor tendencia a dejarnos secuestrar emocionalmente y, en consecuencia, la correspondiente capacidad para ver la vida con mayor claridad

      Ahora podemos empezar a extraer algunas conclusiones relativas a la sombra y establecer también un par de conexiones esenciales entre el trabajo con la sombra y otros aspectos de la PIV, especialmente la práctica espiritual y la meditación.

      Cuando no nos enfrentamos a la sombra, ésta acaba encontrando el modo de obstaculizar nuestro camino

      Son muchas las lecciones que nos han legado los maestros espirituales. Entre ellas se oculta una que suele pasar inadvertida y es que, independientemente del tiempo que pasemos meditando, jamás podremos convertir a la oscuridad en luz. Y, en este sentido, conviene recordar a las muchas figuras espirituales extraordinarias cuya reputación se ha visto manchada por escándalos relativos al sexo, el poder, y el dinero, derivados (de forma, a veces, sutil y paradójica) de los impulsos de la sombra inconsciente.

      Es imposible ver lo que no podemos ver

      ¿Qué es lo que ocurre si meditamos y si lo hacemos muy profundamente?

      Podemos observar