Manuel Almendro

Psicología y psicoterapia transpersonal


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que definirá una individual manera de ser. Así se describen varios tipos cuyas nomenclaturas no parecen precisamente positivas: el carácter esquizoide, oral, narcisístico, masoquista y el rígido, como establece la clasificación de John Pierrakos.

      Entre las terapias descendientes de Reich goza de expansión hoy la terapia psicocorporal, con un congreso realizado recientemente en España (primavera del 93) en memoria de Rafael Estrada Villa, en el que participó Myron Sharaf, ayudante de Wilhelm Reich, muy interesado en los cambios de paradigma para liberarnos de la compulsión de repetición. La terapia psicocorporal añade el cuerpo como decisivo en las psicoterapias actuales. Se trabaja con procesos de elaboración cognitiva y psicoemocional, con manipulaciones precisas sobre la musculatura y el tejido conjuntivo, con diversos tipos de respiración energética, desencadenándose también diversos tipos de movimientos conscientes e inconscientes. Se pretende así acceder a los conflictos profundos, a la coraza caracterial y corporal mantenida por esos mismos conflictos. Al final se toma consciencia de estos bloqueos y de los conflictos de todas las etapas de la vida que se manifiestan en los síntomas actuales. Se pretende que de este modo las energías psicológicas y corporales fluyan de nuevo libremente hacia una regeneración y reorganización creativa e integradora con el momento del paciente. Su objetivo es holista en cuanto tiende a ir más allá del concepto dualista de cuerpo y mente, lo que se busca es una identidad funcional de todos los componentes del ser humano.

      Otras escuelas que ampliaron y profundizaron los presupuestos reichianos fueron la biodinámica de Gerda Boyensen, con varios decenios de historia. Y más recientemente han aparecido la biosíntesis de David Boadella, la terapia funcional-corporal de Luciano Rispoli, la integración postural de Jack Painter y la integración psicocorporal de Marc Costa. Sin embargo, otras técnicas deben su inspiración al trabajo pionero y visionario de Reich, aunque más que como psicoterapias están dentro de técnicas corporales regeneradoras. Entre ellas están la técnica Alexander, semejante al principio de integración de Ida Rolf (rolfing); Moshe Feldenkrais, que inventó un sistema de corrección sistemática y reeducación del sistema muscular nervioso y Milton Traeger, que desarrolló la integración psicofísica utilizando una secuencia organizada de movimientos vibratorios, rodantes y sacudidas suaves, lo que produce un estado de relajación mental y física, paz e incluso de situaciones extáticas. Judith Aston creó el diseño estructural, e Isle Middehdolf desarrolló la terapia de respiración. Muchas técnicas de masaje se han mejorado uniendo a los principios reichianos del bloqueo muscular, como cristalización de los trastornos emocionales, las técnicas orientales de acupresión, dígitopresión y shiatzu, como ya hemos señalado. Hoy día existen los masajes de polaridad con profunda intervención en la energía del cuerpo, el masaje sueco, masaje profundo sobre el tejido conjunctivo, reflexología sobre manos y pies, etc. A todo ello debemos de unir otras técnicas que se extienden con gran vigor, como la eutonía, la diafroterapia, la antigimnasia, el DFA, etc., todas ellas de gran ayuda para liberar las rigideces corporales, penetrando en el lenguaje simbólico del cuerpo, en las subpersonalidades reprimidas y represoras, en las autoiden-tificaciones que cuando se desfasan producen las manifestaciones neuróticas.

      Concretando, el proceso bionergético parte de que comprender la verdad significa ir más allá de adquirir un conocimiento intelectual de los fundamentos y las motivaciones, lo que supone un profundo conscienciamiento definido como una conexión entre los hechos de la propia vida y las fuerzas que impelen a realizarlos. Todo ello se produce en el cuerpo, que es el depositario de las experiencias, y se moviliza en bioenergética mediante unas técnicas corporales activas a las que se unen el análisis de sueños, lapsus lingüisticos, transferencias-resistencias y análisis del carácter, con la conclusión de que mientras más energía tenga una persona, más activa será, lo que se reflejará en su movimiento, sentimiento y pensamiento. La modificación de los procesos energéticos se produce a través del movimiento y de la respiración, desde abajo, desde el cuerpo, con técnicas que desbloquean las tensiones corporales, que a su vez son psíquicas, dibujando con ello un mapa corporal delimitado: el mapa del lengüaje del cuerpo.

      La bioenergética nos lleva así ante una nueva dimensión de la psicoterapia, desbloqueando la parte corporal que entierra con su tensión los determinados desórdenes de los que el paciente se queja. El cambio corporal supondrá un cambio psíquico y funcional. Para ser profundo pasará por la abreacción, la catarsis, gritando sus miedos, golpeando el cojín, exteriorizando la rabia, atravesando ese estado hasta llegar a una nueva sensación de ser, superando las limitaciones de movilidad, efecto y causa de dificultades emocionales, de conflictos infantiles no resueltos; superando las restricciones ejercidas sobre la respiración natural, causa y efecto de la ansiedad. La terapia se define como un autodescubrimiento, viaje que previamente ha de haber recorrido el terapeuta, que no podrá ayudar más allá de su propio límite, marcado por el miedo y el dolor, barreras de las viejas estructuras que han de desmoronarse para dar paso a nuevas situaciones, si ese dolor-miedo no lo impide debilitando a la persona. Con ello la bionergética incorpora el cuerpo a los procesos psicotera-péuticos para holizar la terapia con la unidad cuerpo-mente.

      Apuntes. La contribución de Reich a la psicología tiene en ese holismo, que va desde el “análisis del carácter” hasta la “vegetoterapia analítica”, un significado del que creo que queda aún mucho por reconocerle e investigar. También el concepto de “armadura” representa una dirección para entender el cuerpo en la neurosis producida por la tensión de protección que, reprimiendo los sentimientos sexuales junto a lo caracterológico que lo acompaña, impide la descarga. Todos esos traumas y sentimientos sexuales son reprimidos por complejas tensiones musculares: la armadura del carácter bajo la influencia represiva de la sociedad. Por ello Reich, con sus técnicas, se dirige hacia la liberación de esa armadura mediante movimientos involuntarios y espontáneos, hiperventilaciones, catarsis, descargas, para conseguir el “reflejo orgásmico”.

      Con ello se dirige hacia la existencia de una energía cósmica primordial –orgón–que mueve lo mecánico, lo inorgánico y la materia viva. El orgón mueve el universo. Tanto en los procesos bioenergéticos como en las correlaciones psicosomáticas, Reich contribuye enormemente a la etiología y la naturaleza de la neurosis bajo ese contexto energético que todo lo mueve y que queda demostrado que interrelaciona proporcionalmente entre lo psicológico y lo corporal, con unas técnicas comprobadas de una eficacia hoy incuestionable.

      Encuentro un desacuerdo en que se connote totalmente esa energía de sexual, en los procesos corporales, así como la validez del orgasmo completo como terapéutico, sin obviar por supuesto su importancia, sino que hay otros muchos procesos en la vida que no pasan por la exclusividad sexual que Reich heredó de la concepción psicoanalítica freudiana. A medida que profundizaba en sus investigaciones, Reich se acercó, como muchos otros, a los planos transpersonales, pero, como reconoce la crítica, jamás se desligó de la materia biológica. El orgón era algo concreto y mensurable, mezclaba el misticismo con distorsiones espirituales que consideraba como antinaturales y antiorgónicas, y como impulsos biológicos mal comprendidos, oponiéndose a Jung. Alineándose todavía con las reminiscencias de su materialismo y del psicoanálisis, para él, Dios es el orgasmo, y el diablo, la armadura.

      En el avance hacia connotacioens espirituales, Lowen afirma en La espiritualidad del cuerpo que el sentimiento espiritual es un fenómeno corporal, y afecta a todo el ser. Al romperse las fachadas que esconden el verdadero yo, se abrirá una nueva profundidad y una riqueza, que es la plenitud del espíritu y que sólo el cuerpo puede ofrecer con su vida interna. Lowen toma a Jung como referencia.

      También Pierrakos avanza en ese sentido de la espiritualidad del cuerpo. Con él trabajó Bárbara Brennan. Su ternura en la sala de terapias es sobrecogedora.

SEGUNDA PARTE: LO TRANSPERSONAL

      5. LA CUARTA FUERZA: LA PSICOLOGÍA TRANSPERSONAL

      Antes de entrar en los conceptos explicativos de esta disciplina convendría echar un vistazo al proceso de aparición y desarrollo de lo considerado como transpersonal. Lo transpersonal recoge una llama que, por la simple razón de que forma parte de la semilla de la vida, siempre ha estado encendida dentro de la concepción