Rafael Fiol Mateos

Pedro Casciaro


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madre de un abrigo que le había visto llevar a una señora muy elegante días antes en Madrid. Mi madre, con intención, le pidió que le esbozase un dibujo para hacerse mejor idea. Pedro tomó unos papeles e hizo los trazos pertinentes del conjunto y de algunos detalles. Pocos días después llevó mi madre los dibujos a su modista, que encontró perfectos los diseños y le confeccionó sin dificultades la prenda[37].

      VERANO EN LOS HOYOS

      sentía que “aquello” era para mí una vocación de por vida, que llenaba plenamente mis ideales de vivir cerca de Dios y de hacer apostolado; ideales que, por otra parte, no había sentido hasta conocer al Padre y frecuentar el centro de Ferraz.

      Recuerdo que releía con frecuencia y a solas en mi cuarto de Los Hoyos los números de Noticias; los contestaba escribiendo largas cartas y, a medida que pasaban las semanas en Torrevieja —muy divertidas, pero sin hallar a mi alrededor eco alguno a mis inquietudes— sentía mayor deseo de volver a ver al Padre y a mis amigos de Ferraz y hallarme de nuevo en aquel ambiente.

      La semilla de la universalidad [de la Obra] ya estaba germinando [en mí en aquel verano], porque recuerdo que contemplaba con rara nostalgia los vapores que zarpaban del puerto, cargados de sal y con rumbo a países para mí desconocidos. Al mismo tiempo me preguntaba cómo llegarían a ser compatibles las exigencias de la familia y de mi futura profesión con el deseo de participar de alguna manera en la expansión de aquella inquietud apostólica, que las conversaciones con el Padre habían sembrado en mi alma (...).

      Las cartas del Padre y de los demás amigos de DYA influyeron en su vida espiritual: le daban nuevas fuerzas para perseverar en la oración y para aprovechar el tiempo. Junto a las actividades de descanso mencionadas, Pedro seguía —aunque con poca constancia— con sus prácticas de piedad habituales, con el estudio —al que dedicaba algunos ratos— y con la atención a los demás. Esos meses fueron dando su fruto: Pedro comenzó a preguntarse acerca del sentido de su vida y sobre los planes que Dios habría previsto para él.

      [1] R. PEREIRA SOMOZA, Pedro Casciaro Ramírez, op. cit., p. 212.

      [2] J. C. MARTÍN DE LA HOZ, Mons. Pedro Casciaro Ramírez, en SetD 10 (2016), p. 98.

      [3] Ibid.

      [4] Ibid., p. 99.

      [5] R. PEREIRA SOMOZA, Pedro Casciaro Ramírez, op. cit., p. 212.

      [6] Cfr. J. C. MARTÍN DE LA HOZ, Mons. Pedro Casciaro Ramírez, en SetD 10 (2016), pp. 99-100.

      [7] José María Casciaro Ramírez (Murcia 1923 - Pamplona 2004). Sacerdote de la Prelatura del Opus Dei, doctor en Filología Semítica y en Sagrada Teología. Fue decano de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra.

      [8] Cfr. J. M. CASCIARO, Vale la pena, p. 12.

      [9] J. C. MARTÍN DE LA HOZ, Mons. Pedro Casciaro Ramírez, en SetD 10 (2016), p. 101.

      [10] Cfr. ibid., pp. 101-102.

      [11] Testimonio de José María Casciaro, 7 de abril de 2003, p. 1.

      [12] Ibid., p. 2.

      [13] J. C. MARTÍN DE LA HOZ, Mons. Pedro Casciaro Ramírez, en SetD 10 (2016), p. 102.

      [14] Cfr. J. GIL PECHARROMÁN, La Segunda República, Alba Libros, Madrid 2005, pp. 29-33. La nueva carta magna fue aprobada por las cortes constituyentes el 9 de diciembre de 1931.

      [15] Cfr. P. CASCIARO, Soñad y os quedaréis cortos, pp. 20-21.

      [16] Ignacio de Landecho Velasco (Bilbao 1915 - Ciudad Real 1946). Nieto del arquitecto Luis de Landecho. Ingresó en la Escuela de Arquitectura en 1935. Concluyó sus estudios en octubre de 1943. Falleció en un accidente de circulación en 1946.

      [17] Francisco Botella Raduán (Alcoy 1915 Madrid 1987). Catedrático de Geometría Analítica y Topología en las Universidades de Barcelona y Madrid. Presidente de la Real Sociedad Matemática Española y secretario del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Solicitó la admisión en el Opus Dei en 1935. Fue ordenado sacerdote en 1946. Cfr. O. DÍAZ-HERNÁNDEZ, Francisco Botella Raduán, en J. L. ILLANES (ed.), Diccionario de San Josemaría Escrivá de Balaguer, Istituto Storico San Josemaría Escrivá, Monte Carmelo, Burgos 2013, pp. 164-166; C. ÁNCHEL, Francisco Botella Raduán: los años junto a san Josemaría, en SetD 10 (2016), pp. 141-193.

      [18] Cfr. P. CASCIARO, Soñad y os quedaréis cortos, pp. 23-24 y 50-52.

      [19] Agustín Thomás Moreno (Albacete 1911 - Madrid 2000). Al concluir el bachillerato se trasladó a Madrid para estudiar Derecho. Trabajó como empresario agrícola en Madrid y Albacete.

      [20]