vueltas y revueltas. Lo que importa es la pregunta: en estos cuarenta días de camino por el desierto, ¿voy a perderme si voy yo solo? ¿Hay alguien más que me saldrá al encuentro? ¿Dónde y cómo me sorprenderá? ¿Voy a dar algún rodeo para no encontrarme con él?
25 de marzo
«Mujer tan digna de ser amada, tres veces bienaventurada, “eres bendita entre las mujeres y el fruto de tu vientre es bendito”. Hija del rey David y Madre de Dios, Rey del universo, la obra maestra en la que el Creador se regocija..., serás la cumbre de la naturaleza. Porque tu vida no será para ti, no has nacido para ti misma, sino que tu vida será para Dios. Viniste al mundo para él, servirás para la salvación de todos los hombres, cumpliendo el designio de Dios fijado desde antiguo: la encarnación del Verbo, su Palabra, y nuestra divinización. Todo tu deseo es alimentarte de la palabra de Dios, fortalecerte con su savia, “como verde olivo en la casa de Dios”, “un árbol plantado al borde de la acequia”, tú, “el árbol de la vida” que “dio fruto a su tiempo”... El que es infinito, ilimitado, vino para quedarse en tu seno; Dios, el niño Jesús, se alimentó de tu leche. Eres la puerta siempre virginal de Dios; tus manos tienen a tu Dios; tus rodillas son un trono más elevado que los querubines... Eres la cámara nupcial del Espíritu, “la ciudad del Dios vivo, en la que se regocijan las aguas del río”, es decir, el efluvio de los dones del Espíritu. Eres “toda hermosa, la amada” de Dios» (san Juan Damasceno, ca. 675-749).
4 de abril
El amor hace que no temamos solo por nosotros mismos, sino también por aquellos a quienes amamos. Nuestro principal temor ya no será el daño que puedan hacernos, sino el que podamos hacerles, el que todos podemos hacernos unos a otros. Ha sido el Hijo, el Amado, en su bendita entrega, quien nos ha regalado esta última entrada en el misterio de la vida.
18 de abril
En lugar del árbol que provocó la muerte, en medio del jardín, llevaste sobre los hombros el árbol de la cruz hasta el lugar llamado Gólgota. El viernes a las tres, el día en que fue seducido Adán, fuiste clavado, Señor, sobre el madero junto a los criminales. Tus manos, que habían creado la tierra, las extendiste sobre la cruz a cambio de las manos de Adán y Eva, que se habían extendido hacia el árbol donde habían recogido la muerte. Tú en nuestro lugar, siempre vencedor, ¡abriendo ahora las otras puertas del paraíso!
28 de abril
«Lo que vieron nuestros ojos, lo que contemplaron, lo que tocaron nuestras manos de la palabra de vida» (1 Jn 1,1). No podemos guardar por más tiempo el secreto, tenemos que hacerlo oír donde aún no ha sido descubierto. Es una alegría y un compromiso: una obligación de transparentar mejor la dulzura de la entrega, el amor que sabe amar, que espera, que sufre... ¿Cómo podremos escribir de nuevo desde la resurrección la vida ya vivida?, ¿cómo abrirla a otra visión, a otro derrotero?
5 de mayo
«Así, el que vive de fe tiene el alma llena de pensamientos nuevos, de gustos nuevos, de juicios nuevos; horizontes nuevos que se abren ante él, horizontes maravillosos iluminados por una luz celeste y bellos de la belleza divina. Envuelto con estas verdades nuevas, desconocidas por el mundo, necesariamente comienza una vida nueva, opuesta al mundo, al que sus acciones le parecen una locura» (Carlos de Foucauld, 1858-1916).
Entrar en la intimidad familiar con Dios significa dejar que el mismo Espíritu divino nos unja con su dulce bálsamo y nos conduzca amablemente hacia una gran libertad interior, la más grande que una criatura humana puede alcanzar, no temiendo nada ni deseando nada que no sea agradar al Señor y cantar su gloria.
16 de mayo
Porque hemos «resucitado» con Cristo debemos estar centrados en otro lugar: nuestra vida está escondida con él en el secreto de Dios. Ese Cristo escondido es el que nos pertenece. No es lo exterior lo que cuenta –¡de eso nos vamos despojando!–, sino la renovación del corazón: lo escondido, lo secreto. No lo que nos encierra en nosotros mismos, sino lo que nos abre a los demás. La renovación en lo interior –¡el propio lugar como medida de la madurez!– es vivir la vida como respuesta alegre de fe y amor mutuo.
26 de mayo
«¡Con la vergüenza de lo que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, fue capaz de hacer! Con la vergüenza del hombre que se hizo patrón del mal; con la vergüenza del hombre que, pensando ser dios, ha sacrificado a sí mismo y a sus hermanos. ¡Nunca más, nunca más!». «Comprendo lo que ustedes están diciendo, el mensaje que me están dando. No dejen nunca que el pasado les determine la vida. Miren siempre adelante. Trabajen y luchen por lograr las cosas que ustedes quieren. Pero sepan una cosa, que la violencia no se vence con la violencia. La violencia se vence con la paz. Con la paz, con el trabajo, con la dignidad de llevar la patria adelante. Muchas gracias por haberme recibido. Y pido a Dios que los bendiga. Y a ustedes les pido que recen por mí. Muchas gracias» (Francisco a los niños de Dheisheh, Aida y Beit Jibrin, en el Phoenix Center).
10 de junio
Pentecostés nos llama a encontrar otro impulso desde donde brota la energía psíquica y espiritual. Un espíritu que está dormido, porque ni siquiera pensamos que lo tenemos, que somos... Nos sentimos con facilidad cuerpo vivo, organismo que palpita, corazón que late, sangre que circula, músculos y órganos que están vivos. Nos sentimos y nos sabemos sensibilidad y también razón: mente que deduce e investiga. Pero en esa conciencia corporal y mental de nuestro yo... ¡ahí es donde también late el Espíritu!
20 de junio
Cuando nos aprestamos a contemplar el derroche del amor de Dios, lo que nos brota del corazón es: «¡No era para tanto!». El modo en que los creyentes mostramos la salvación que se nos regala responde a una desmesura: «¡Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su único Hijo...!» (Jn 3,16). Ese «tanto, tanto, tanto amor...» que es el modo de acercarse Dios a nosotros, haciéndose uno de nosotros, naturalizándose un hombre cualquiera, ya de por sí es algo que espanta. O es un escándalo o una locura. No caben términos medios.
26 de junio
Gracias por el amor inmerecido, por la fuerza que me despierta la audacia de saberme deseado por ti. Gracias por la energía y vitalidad que me hace capaz de vivir el corazón del deseo, la frontera de mi arcilla. Gracias por la fuerza del amor que me hace vencer el grito de la vergüenza y la culpa, de la ambición y la muerte, para hacerme libre y hermano en la comunidad del corazón. Gracias por la fragilidad de mi corazón sangrante, por el celo de tu amor, que me rompe de ganas de tu presencia invasora. Gracias por tu deseo grande y por la invasión de tu desmesura... Gracias, gracias, gracias...
13 de julio
Nuestras vidas están en el caos no de forma ocasional, sino permanente. De modo que en esos momentos en que sentimos que estamos a punto de perder pie, en medio de lo caótico de nuestra vida, debemos tranquilizarnos. Ya estamos en medio del caos, y ahí hay que buscar las dinámicas que nos ayuden a recuperar la armonía.
16 de julio
No se puede buscar a Dios al margen de la realidad que somos, porque la gracia de Dios, es decir, su presencia recreadora en nosotros, no es un ámbito exclusivo de la interioridad, sino de toda la realidad en la que vivimos. Somos «gracia de Dios» en todo y por todo lo creado,