Dominique Sellier

España Verde. País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia


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pero también zonas de gastronomía exquisita, la concha o vieira es un doble símbolo. La de color amarillo indica el recorrido del Camino. Y en la mesa, las vieiras son un plato que se prepara de muchas maneras, especialmente en Galicia. También las verá acuñadas en muchas joyas de azabache o de plata, o impresas en otros múltiples productos vendidos con este sello. No puede volver del viaje sin traerse una consigo. De la más trivial a la más cara... usted elige.

      Pinceladas sobre la España Verde

      

      Geografía

      Geografía - La Rebeliada (La Robellada), Sierra del Cuera.

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      La España Verde se extiende a lo largo del litoral del mar Cantábrico ocupando todo el norte y noroeste de la Península, y, en el caso de Galicia, también el sector más septentrional del Atlántico español. La cordillera Cantábrica la separa de Castilla y León, al sur, mientras que los montes Vascos enlazan la cordillera Cantábrica con las últimas estribaciones de los Pirineos. El sur de Galicia hace frontera con Portugal y el País Vasco limita, en su sector noroccidental, con la vecina Francia.

      Estructura y relieve

       El litoral. El mar Cantábrico baña toda la costa norte de España desde el cabo Estaca de Bares, en A Coruña, hasta los Pirineos Atlánticos franceses. Son 800 kilómetros de costa compartidos por la España Verde y el vecino País Vasco francés.

      Al noroeste, el litoral gallego está recortado por las rías, que conforman las desembocaduras, en forma de estuario, de los numerosos ríos. Al norte, las Rías Altas presentan costas escarpadas y abruptos acantilados, a veces suavizados por tramos de arena; en las Rías Medias el mar solo penetra un poco en los estuarios, mientras que en las Rías Bajas se inserta totalmente en ellos.

       Las montañas. La cordillera Cantábrica es una barrera montañosa que discurre paralela a la costa durante 480 kilómetros, desde la sierra de Ancares, en el macizo Galaico-leonés, hasta la depresión vasca, pasando por los Picos de Europa, donde se localizan los picos más altos. La cordillera Cantábrica, el principal sistema montañoso del norte de España, se divide en tres tramos: el macizo asturiano, que es una prolongación del macizo Galaico, donde se encuentran los Picos de Europa; las montañas de Cantabria, que muestran un relieve típicamente alpino, y los montes vascos, formados por un conjunto de sierras entre los 1400 y 1500, como Gorbea o Aizkorri.

      A caballo entre Asturias y Cantabria, a pocos kilómetros de la costa, los Picos de Europa son el macizo más alto de esta cadena, que se elevan hasta los 2648 metros en el pico Torre de Cerredo, en el límite septentrional de Castilla y León. Este macizo debe su nombre al hecho de que era la primera tierra visible para los marineros que cruzaban el Atlántico desde el oeste. Las gargantas talladas por los torrentes estructuran el conjunto montañoso en diversas sierras y dan lugar a impresionantes desfiladeros, como el de la Hermida, que separa Asturias de Cantabria.

      Clima

      A diferencia del resto de España, estas cuatro comunidades disfrutan de un clima oceánico húmedo, con inviernos suaves y veranos mucho más frescos que en otros sectores de la Península. Pero esta visión general estaría repleta de matices, no solo entre cada comunidad sino también dentro de ellas, debido esencialmente al volumen de precipitaciones que se registran y a la presencia o ausencia de montañas.

      Así, en Galicia podemos distinguir tres áreas climáticas: las Rías Baixas, en el oeste, que gozan de un clima muy suave, pero donde los vientos del suroeste provocan importantes precipitaciones; las Rías Altas, al norte, que experimentan poca oscilación climática anual y gozan de más de dos mil horas de sol al año; y, por último, el interior. Esta última zona se caracteriza por los amplios contrastes de temperatura, especialmente en la zona montañosa de Manzaneda, con heladas invernales en Lugo y Ourense.

      En Asturias, el clima es más oceánico, regularmente húmedo pero con inviernos muy suaves. Este también es el caso de la costa de Cantabria y del País Vasco. Las alturas de los Picos de Europa registran nevadas de octubre a marzo.

      Hay diferencias muy significativas en las temperaturas entre Asturias y el interior de Galicia: la temperatura puede bajar hasta cinco grados el mismo día cuando se viaja de Oviedo a Santiago de Compostela. En esta ciudad, bastante ventosa, por la noche es siempre indispensable un jersey.

      El resultado de todo este carácter climático es una región particularmente verde, con paisajes muy variados y una flora diversa y múltiple: la España Verde.

      Medioambiente – ecología

      Conscientes de la importancia de sus valores naturales, las cuatro comunidades que conforman la España Verde están muy sensibilizadas con el respeto al medio ambiente. Una fecha clave en esta toma de conciencia fue el desastre del Prestige, en noviembre de 2002. Encallado frente a las costas de la provincia de A Coruña, el petrolero vertió diez mil toneladas de fuel que fueron extendiéndose hacia la costa, por el Cantábrico y hasta la costa francesa. Fue el mayor desastre ecológico en la historia de España. El pleito contra las aseguradoras del Prestige comenzó finalmente en mayo de 2013, once años después del accidente. España reclamaba 2152 millones de euros de indemnización por daños y perjuicios.

      La única consecuencia positiva de aquella tragedia es que el desastre contribuyó a la rápida concienciación de muchos habitantes de la región y, en un tiempo récord, dejó de verse ni una sola botella de plástico en las playas. Uno de los lugares más afectados, el Parque Nacional de las Islas Atlánticas, recibió una atención especial por parte del departamento de medio ambiente del gobierno de la Xunta. Un departamento considerado durante mucho tiempo como secundario y que resultó ser de máxima importancia tras dos derrames de petróleo consecutivos en la zona.

      La mayor atención que se presta actualmente al medio ambiente también ha contribuido al desarrollo del transporte alternativo, como lo demuestran los sistemas públicos de préstamo de bicicletas establecidos en ciudades como Gijón, Santander o, sobre todo, Vitoria. La capital vasca es el municipio europeo con una mayor superficie de espacios verdes: 42 m² por habitante. Gracias a su «Anillo Verde», la ONU la seleccionó como uno de los cien proyectos globales más efectivos en el Concurso Internacional de Buenas Prácticas, y la Unión Europea la nombró capital verde de Europa en 2012.

      Pero no todo es tan positivo en la España Verde, que suele verse azotada por la plaga de los incendios en cuanto llegan los primeros rayos de sol. En 2019, en la España Verde se quemaron más de 30000 hectáreas de bosque, el 46% del total de los incendios que se produjeron en España. Los motivos son dispares y no todos se deben al cambio climático, pues la mano del hombre suele estar detrás de la mayoría de ellos: escasa limpieza de montes, urbanismo desaforado... Se corre el riego de que deje de llamarse Verde...

      Espacios naturales protegidos

      De los quince parques nacionales con que cuenta hoy España, solo dos se encuentran en esta región septentrional de la Península que hemos definido como la España Verde. Esto no significa, sin embargo, que no haya otros muchos espacios naturales de gran valor ecológico y paisajístico, conservados mediante diversas figuras de protección.

       Parques nacionales

      Los dos parque nacionales situados en la región que nos ocupa son el Parque Nacional de los Picos de Europa, a caballo entre Asturias y Cantabria, y el Parque Nacional de las Islas Atlánticas, en Galicia.

      Situado en el corazón de la cordillera Cantábrica, el Parque Nacional de los Picos de Europa es el primero que se creó en España, en 1918, y uno de los más visitados. Abarca esencialmente una área montañosa (algunos picos superan los 2400 metros), con algunos valles y las zonas lacustres