Dominique Sellier

España Verde. País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia


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alt=""/> En el País Vasco, el objeto más original de la artesanía local es la makila, un bastón que oculta una punta de acero dentro de su pomo, donde suele grabarse el nombre del propietario, lo que lo convierte en un objeto único. Tradicionalmente es ofrecido de padre a hijo como regalo honorífico. También puede optar por las alpargatas o la boina y el lino vasco.

      Arquitectura

      SAINT-JACQUES DE COMPOSTELLE - Santiago de Compostela.

      © Alamer – Iconotec

       El patrimonio prerrománico situado en los alrededores de Oviedo le transportará a lo que se ha denominado el arte prerrománico asturiano, del siglo IX, una refinada y original arquitectura resultante de la mezcla de técnicas romanas, visigodas, carolingas y bizantinas. Las dos joyas principales que debe visitar se hallan al pie del monte Naranco; son las iglesias de San Miguel de Lillo, el «milagro vertical», y Santa María del Naranco. En Oviedo puede observar la Cámara Santa de la catedral o la iglesia de San Julián de los Prados, a las afueras.Ya más avanzada la Edad Media, la arquitectura cisterciense es particularmente destacable en Galicia.

       El patrimonio románico, por supuesto, está representado principalmente por la mítica catedral de Santiago. A principios del período románico, la peregrinación a Santiago de Compostela acabó redibujando el paisaje de la región con la construcción de numerosos edificios religiosos (iglesias y hospitales). Otros ejemplos de interés, en diferentes zonas de Galicia, son los monasterios de San Martiño de Mondoñedo y San Estevo de Ribas de Sil, o la colegiata de Santa María del Sar. Pero el románico está presente, con ejemplos de gran valor, en toda la España Verde, con el monasterio de Santo Toribio de Liébana como principal ejemplo en Cantabria, el de Santa María de Valdediós en Asturias o el de Santa María de Estíbaliz en Álava.

       La arquitectura tradicional. Desde los pazos gallegos, que requieren una visita, hasta las mariñas de Gijón, pasando por los numerosos hórreos, gallegos o asturianos, o los caseríos vascos, en estas regiones del norte peninsular se despliega toda una diversidad de hábitats tradicionales.

       El modernismo ha dejado su huella en muchas ciudades, pero sobre todo en Ferrol, donde el Mercado de Ucha, un magnífico mercado de pescado construido en 1923, es un fabuloso ejemplo; también la plaza del Mercado de Avilés es uno de los puntos culminantes de la arquitectura modernista de hierro. Verá aportaciones modernistas por el centro de Gijón, con obras de Miguel García de la Cruz, el arquitecto de la ciudad, y Rubio Bellver, cuyo estilo puede hacer pensar en el de de Gaudí. Aunque para ver realmente una obra del genial arquitecto catalán hay que ir a la localidad cántabra de Comillas para conocer El Capricho. También los ensanches de Bilbao y San Sebastián están repletos de interesante elementos modernistas.

       La arquitectura contemporénea merecería por sí sola un viaje a estas regiones. Con la Ciudad de la Cultura, un edificio deconstructivista que corona la montaña de Gaiás, en Santiago de Compostela, con el Centro Niemeyer de Avilés, que domina la ría, o con los edificios vanguardistas de A Coruña, todos ellos cubiertos de cristal. También el Palacio de Festivales de Cantabria y el Centro de Arte Botín en Santander. Y, por supuesto, está el Guggenheim, en Bilbao, quizás el exponente más emblemático de toda esta arquitectura vanguardista. Tampoco hay que perderse, en la Rioja alavesa, el increíble edifico del hotel Marqués de Riscal, obra de Frank Gehry.

      Artesanía

       El arte del encaje es la especialidad tradicional de Camariñas. Este pequeño pueblo situado en la Costa da Morte es, en efecto, la meca de los encajes de bolillos manejados por las palilleiras, que alcanzaron su apogeo en los siglos XVII y XVIII. Se utilizaban hilos de lino, que se podían encontrar en abundancia en Galicia. Afortunadamente, esta tradición no se ha perdido y está encontrando nuevos seguidores en las generaciones más jóvenes. El encaje tiene su propio museo, que puede visitarse para completar el recorrido por la localidad.

       La cerámica de Oleiros ocupa un lugar importante en esta localidad del norte de la provincia de A Coruña. Es la capital de la alfarería y la cerámica gallegas, donde se elaboran las famosas Olas, con su forma redonda y su color amarillo claro, así como toda una gama de artículos de cocina. Podrá comprarlos directamente a los artesanos o admirar las mejores creaciones en el museo que tienen dedicado en Oleiros. Cada año se organiza en esta localidad una gran feria sobre el tema, a principios de agosto.

       El trabajo del azabache también es muy característico de la artesanía gallega y asturiana. El azabache es un carbón fosilizado, extraído en Asturias y luego trabajado en los talleres de Santiago de Compostela para crear joyas o amuletos. Lamentablemente, el museo que desde 2004 tenía dedicado en Santiago, cerca de la plaza de Cervantes, tuvo que cerrar sus puertas en junio de 2013 debido a la retirada de las subvenciones que le permitían funcionar.

       Centro de artesanía de Taramundi. Creado en 1980 por el gobierno de Asturias a partir del patrimonio existente, permite ver todo tipo de artesanos trabajando, extremadamente hábiles en su oficio. Hay talleres especializados en la molienda de la harina, el tejido y también en la herrería. El taller de Juan Carlos Quintana, que es particularmente renombrado, merece una visita. Pero no es el único.

      Pero como la artesanía está relacionada con los trabajos más comunes, principalmente en las zonas rurales, podemos encontrar objetos en cualquiera de los mercados que se celebran a lo largo de la cornisa Cantábrica: albarcas y otros utensilios de madera en Cantabria, Asturias y Galicia, cestas de diferentes hechuras y estilos, según los husos, como los cuévanos empleados en Cantabria para transportar todo tipo de mercancías, txapelas y zapias en el País Vasco.

      Arte moderno

       Moda y creación. Galicia es la cuna de muchos grandes diseñadores de moda, al frente de los cuales, por supuesto, está Adolfo Domínguez. Tras haber pasado por Londres y París, abrió su primera tienda en 1981 y se dio a conocer fuera de España vistiendo a los actores de la serie Miami Vice. Recibió la Aguja de Oro del Ministerio de Cultura como reconocimiento a su contribución a la cultura y a la creación artística. Hoy en día, es el presidente de una compañía con 600 tiendas en todo el mundo. En este vivero de diseñadores de moda que parece ser Galicia, especialmente la provincia de Ourense, encontramos también a Roberto Verino, una de las figuras más destacadas. Él también pasó por París y también fue premiado con la aguja roja. Sus modelos se venden en todo el mundo y desfilan en París y Milán. En esta misma línea, podemos incluir a Antonio Pernas. Tras haber diseñado uniformes para la marina, abrió su primera tienda en Ourense y hoy ya tiene más de veinte en toda España y cuatro en el extranjero. Luchó para que los estudios de moda se integraran en los planes de estudio de las universidades públicas. Como consecuencia, o coincidencia, el campus de Pontevedra ofrece actualmente un curso de postgrado en moda. Estos son los precursores, seguidos actualmente por un nutrido grupo en el que destacan nombres femeninos como Montserrat Álvarez, Elena Ferro, Marta Anastasia Formentera, Patricia Casás o Rosa Corredoira. ¿Suficiente para asegurar que estas figuras de