Warren Wiersbe

La Oración Intercesora de Cristo


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rogó por sus discípulos (6-19).1. Por la seguridad de ellos (6-12).2. Por la santidad de ellos (13-19).

      3 Jesús rogó por toda la iglesia (20-26).

      Las peticiones en esta oración nos llevan de vuelta al principio de todo en la eternidad (v.5) y nos proyectan a la gloria futura en el cielo (v.24). Esta oración habla de la gloria del Padre y del Hijo (v.1) y de la iglesia glorificando a Dios en la tierra (v.10). Nuestro Señor menciona el amor del Padre por Él (v.24) y por los creyentes (v.23).

      Cuatro palabras resumen las peticiones principales en esta oración: Gloria, Seguridad, Santidad, y, Unidad.

      En los vv.1-5, Jesús pidió que el Padre le diera la gloria que le fue velada cuando vino a la tierra. Si Dios Padre no hubiera contestado esta petición, tampoco habría contestado las demás. En la siguiente sección de la oración (vv.6-19), nuestro Señor oró por sus discípulos. Él tenía dos preocupaciones: su seguridad (vv.6-12: "Protégelos") y su santidad (vv.13-19: "Santifícalos"). ¡Los discípulos serían los "pioneros" de la evangelización mundial (v.18) y necesitarían todo el apoyo en oración que pudieran tener! La última sección pone énfasis sobre toda la iglesia (vv.20-26) y la principal petición es que los creyentes puedan experimentar la unidad: "Para que todos sean uno..." (v.21).

      Estas cuatro peticiones – la Gloria de Dios, la seguridad, la santidad y la unidad de la Iglesia de Dios –, son las mejores directrices que podemos tener en nuestra propia vida de oración. Hay demasiada superficialidad y egoísmo en nuestra oración. Tener en cuenta estas peticiones nos ayudaría a profundizar nuestra propia oración. Al estudiar esta oración, descubriremos que Jesús nos ha dado tres maravillosos regalos: la Vida Eterna (v.2), la Palabra de Dios (v.8, 14) y la Gloria de Dios (v.22). Al tener la Vida Eterna, también tenemos la salvación; la Palabra de Dios hace posible nuestra santificación (v.17) y nuestra glorificación es segura, porque Él ya nos ha dado la gloria. ¡El pasado, el presente y el futuro del creyente están seguros!

      Un evangelista amigo mío, me habló de un adolescente que arruinó el automóvil familiar y que junto a los restos, oraba: "¡Oh Señor, que este accidente no haya pasado!" ¡Qué oración tan tonta! Tal vez usted y yo hemos hecho algunas oraciones tontas y poco profundas. Sólo cuando crecemos en nuestro conocimiento de la Palabra de Dios, podemos profundizar en nuestra vida de oración. Cuando sometemos nuestras peticiones a la Palabra de Dios, descubrimos cómo orar en la voluntad de Dios.

      4. Es Grande debido a la Victoria que puede darnos Hoy.

      Un amigo mío escribió una tesis sobre la oración de Salomón cuando él dedicó el templo. Es una oración maravillosa, pero gran parte de ella no es aplicable hoy a los creyentes del Nuevo Testamento. Jesús hizo esta oración en Juan 17, para que sus discípulos pudieran oírlo (v.13) y oró refiriéndose a nosotros hoy.

      Jesús cerró su enseñanza en el Aposento Alto con estas palabras: "Yo les he dicho estas cosas para que en Mí hallen paz. En el mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo" (Juan 16:33). En su oración, ¡Jesús usó la palabra "mundo" diecinueve veces! La oración de Juan 17 nos dice cómo podemos vencer al mundo. Unamos estos dos importantes versículos, Juan 16:33 y 17:13, para comprender todo el impacto de lo que nuestro Señor dijo:

      “En En el mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense!

      Yo he vencido al mundo.”

      “... digo estas cosas mientras todavía estoy en el mundo,

      para que tengan mi alegría en plenitud.”

      ¡Lo que aprendemos de su oración nos da el valor para vencer al mundo y la alegría de esta victoria llena y controla nuestra vida!

      La palabra "mundo" es usada con varios diferentes sentidos en las Escrituras: algunas veces significa "el universo creado", como en Juan 17:5: "antes de que el mundo existiera." A veces, simplemente significa "gente o humanidad", como en Juan 3:16: "Porque tanto amó Dios al mundo..." Pero con frecuencia la palabra "mundo" se refiere a algo más allá de la creación y la humanidad y significa "la sociedad organizada sin Dios y contra Dios". Jesús le dio este sentido cuando oró: "[los discípulos] no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo" (v.14). Los teólogos llaman a esto, el "sentido ético" de la palabra “mundo”.

      El “mundo" se refiere al sistema de cosas a las que usted y yo pertenecíamos antes de que fuéramos salvados. Vivíamos "conforme a los poderes de este mundo" (Efesios 2:2): nuestras normas eran las normas de este mundo y nuestros placeres y satisfacciones venían de este mundo. Cuando creemos en Jesucristo como Salvador, recibimos la ciudadanía del cielo (Filipenses 3:20-21), para que ya no pertenezcamos más a este sistema llamado “mundo”. Aunque físicamente estamos en este mundo, espiritualmente ya no pertenecemos a él. Es como un buzo en el suelo del océano: estamos fuera de nuestro elemento, pero podemos sobrevivir porque tenemos la ayuda que viene de afuera.

      ¿Cuáles son las características de este sistema llamado “mundo” del cual hemos sido rescatados, que permanece en contra de nosotros y con el que constantemente debemos batallar?

      En primer lugar, vivimos en un mundo engañado. El mundo no conoce a Dios, a pesar de toda su sabiduría (Juan 17:25; 1 Corintios 1:18-31). Para el mundo, una religión es tan buena como cualquier otra y acepta la cruz como un "símbolo religioso", pero no tiene un concepto de ella, ni de su propósito y poder. "El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden" (1 Corintios 1:18).

      El mundo está engañado porque Satanás, el príncipe de este mundo, engaña la mente y oscurece el corazón (2 Corintios 4:3-6; Juan 12:31; 14:30; y 16:11). "Sabemos que somos hijos de Dios y que el mundo entero está bajo el control del maligno" (1 Juan 5:19). Satanás es un falsificador que proporciona sustitutos religiosos a quienes no conocen a Jesucristo. El mundo dice: "¡Lo importante no es lo que usted crea, sino que crea en algo!"

      En contraste con el engaño que domina a las personas en el mundo, el creyente ha recibido el regalo de la vida eterna y por consiguiente, él participa de la verdad. "Y ésta es la vida eterna", oró Jesús, "que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien Tú has enviado" (v.3). ¡El único Dios verdadero! Hemos vencido al mundo y compartimos la alegría de Cristo porque en verdad, ¡conocemos al único Dios verdadero! Y al conocer al único Dios verdadero y a su Hijo Jesucristo, no necesitamos a los sustitutos que tanto entusiasman al mundo. Nuestra alegría se encuentra en aquello que viene del corazón del Padre.

      Pero el mundo no sólo está engañado, sino que también es peligroso. "El mundo se acaba..." (1 Juan 2:17); "porque este mundo, en su forma actual, está por desaparecer" (1 Corintios 7:31). Quienes están atrapados en este sistema al que llamamos “mundo”, piensan que es seguro, sólido, perdurable y confiable, cuando en realidad el mundo es temporal y pasajero. Hay quienes dicen, "¡tan seguro como el mundo!" Pero nada podría ser más inseguro que este mundo. (Por esa razón, el mundo creado no es seguro. "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" [Mateo 24:35]).

      Por ser engañoso, el mundo es también peligroso. Puede engañar al mismo pueblo de Dios e incluso conducirlos a problemas. "No amen al mundo ni nada de lo que hay en él", advirtió el Apóstol Juan (1 Juan 2:15). "No se amolden al mundo actual", escribió el Apóstol Pablo (Romanos 12:2). Santiago hizo la pregunta pertinente: "¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios?" (Santiago 4:4). Pablo escribió a Timoteo, "haz todo lo posible por venir a verme cuanto antes, pues Demas, por amor a este mundo..." (2 Timoteo 4:9-10).

      Satanás, el príncipe de este mundo, ha declarado la guerra a todo el pueblo de Dios. "Practiquen el dominio propio y manténganse alerta: Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar" (1 Pedro 5:8). ¡Los leones son peligrosos! Satanás utilizará al mundo para incitar al creyente a desviarse de la voluntad de Dios.

      El mundo en que vivimos además de engañoso y peligroso, también es un mundo manchado y profanado. El creyente debe tener cuidado para “conservarse limpio de la corrupción del mundo" (Santiago 1:27). La nueva naturaleza de la que participamos, genera nuevos deseos, pero a nuestro alrededor siempre están las tentaciones a las cosas más