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Fuente: INE y Eurostat.
GRÁFICO 1.6
Costes laborales, productividad y CLU de España frente a UE-15 (por kora, UE-15 = 100) (1995-2005)
Fuente: INE y Eurostat.
Todo ello ha tenido, como decíamos, unas aristas más agudas en el caso valenciano, ya que tanto los salarios (w) como los niveles de productividad (y) tradicionalmente han sido aún más bajos que los correspondientes españoles. Como ya pasaba en la relación España-UE-15, ahora observamos también que el diferencial salarial (coste laboral nominal por trabajador) era más grande que el diferencial de productividad y, por lo tanto, el resultado es que los costes laborales unitarios (CLU) en el País Valenciano eran menores que los medios españoles, tal y como indica el gráfico 1.7:
GRÁFICO 1.7
Coste laboral unitario en la economía valenciana (España = 100) (1995-2007)
Fuente: INE y elaboración de Cristóbal Andrés.
Todo ello ha permitido a la empresa valenciana tener una estrategia competitiva similar a la española –competir vía precios– pero de manera más intensa. Ha influido, lógicamente, que la especialización sectorial valenciana en actividades productivas intensivas en trabajo es aún mayor que en el caso español.
Un trabajo barato sólo es posible si el trabajo es abundante. Durante decenios, eso ha sido posible por los excedentes laborales agrarios (a veces, practicando la agricultura a tiempo parcial) y por los abundantes flujos migratorios. Esta movilidad poblacional –junto con la consolidación de un modelo turístico de masas, extrahotelero– ha puesto al sector de la construcción muchas veces en un papel ciertamente protagonista.
El dinamismo demográfico se ha mantenido en los últimos años mediante la inmigración exterior (capítulo 15). Así, el porcentaje de población extranjera ha aumentado espectacularmente desde 1998, un aumento mayor en el caso valenciano que en el español. En las comarcas alicantinas, el peso de la población extranjera se ha triplicado en poco más de una década y se aproxima al 20%, al sumar a la inmigración laboral la residencial.
Sin dejar a un lado, además, que un crecimiento económico de estas características ha propiciado a menudo altos costes sociales, urbanísticos y medioambientales. Efectivamente, en el ejercicio de reducción de los CUP, el empresario no ha dudado en continuar trasladando una parte de los costes de producción a la sociedad –transformándolos en exógenos– para preservar la supervivencia. Es el caso de los outputs no deseables, los residuos de afectación medioambiental, o de la práctica de la economía sumergida, para ahorrar costes fiscales o sociales, tal y como se explica sobradamente en los capítulos 4 y 5.
Ahora bien, el propio gráfico 1.7 muestra que, a pesar de todo, desde el 2004, la remuneración salarial crece a mayor ritmo que la productividad, lo cual erosiona las ventajas en términos de CLU hasta llegar a anular las ventajas relativas anteriores. De hecho, en el 2007, el nivel relativo era ya superior al de la media española, cerca del 102%.
Además, obviamente, los nuevos escenarios económicos mundiales (capítulo 15) están haciendo obsoletas claramente las ventajas de esta estrategia competitiva tradicional. Es decir, la intensificación del proceso de globalización y la emergencia de nuevos países industriales, la profundización en la integración y ampliatión de la Unión Europea así como la generalización del uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) exigen un cambio de estrategia competitiva. Un cambio de este patrón de ventajas competitivas basadas en costes bajos a otro basado en la tecnología y el capital humano.11
La economía española y la del País Valenciano llegaron más tarde –que otras de su entorno europeo– a los cambios estructurales que supusieron los procesos industrializadores contemporáneos. La fecha de 1959, con el Plan de Estabilización, es un hito ineludible al respecto.
A partir de entonces, la apertura hacia el exterior y la progresiva implantación de la lógica de mercado en la asignación de bienes y factores productivos las dotan de capacidad para recuperar el tiempo perdido. Desde entonces, el PIB se ha multiplicado por seis y la convergencia en términos de renta per cápita ha sido extraordinaria, si bien en el caso valenciano esta convergencia ha sido menor.
El éxito de este modelo de crecimiento económico ha sido cultivar ventajas competitivas en la lógica de los precios. Precios más bajos porque más bajos eran los costes unitarios de producción, muy propio de los países periféricos en el mundo avanzado.
Pero esta estrategia competitiva ha producido una especialización productiva en actividades intensivas en el factor abundante que ha sido el trabajo. Primero, por los excedentes procedentes del campo –y en el caso valenciano, además, por un saldo migratorio positivo explicable por los considerables contingentes de personas que llegaron de otras partes de España– y, en los últimos años, por los contingentes laborales masivos procedentes de dentro y de fuera de la Unión Europea.
El éxito del pasado supone vulnerabilidades para el presente y el futuro en los nuevos escenarios económicos, tal y como se explica en el capítulo 15, que cierra el libro. Como síntoma de lo que decimos, hay que señalar que el crecimiento de los últimos tiempos ha continuado basándose en la creación de puestos de trabajo, pero de puestos de trabajo de baja cualificación, por lo que el crecimiento de la productividad ha sido muy pobre, a diferencia de lo que pasaba en los años sesenta y primeros setenta.
En un mundo globalizado y con profundos cambios en la geografía de las ventajas competitivas como el actual, una economía que crece de esta manera está erosionando su propia competitividad y su capacidad de conseguir unos niveles de bienestar comparables a los de sus socios europeos.
Práctica 1.1 Macromagnitudes (1)
En una economía simplificada, en la que sólo se consideran tres sectores, se producen las siguientes transacciones:
– el sector primario vende al secundario por valor de 1.200 unidades monetarias (u. m.) y al terciario por valor de 800 u. m.;
– el sector secundario vende al consumo final por valor de 600 u. m. y al sector terciario por valor de 1.000 u. m.;
– finalmente, el sector terciario vende al consumo final por valor de 2.000 u. m.
De acuerdo con las definiciones correspondientes de los términos empleados, calcúlese para los varios sectores de esta economía:
– la producción efectiva de dicha economía;
– la producción final de la misma, y
– el valor añadido de los distintos sectores y del conjunto de la economía.
Práctica 1.2 Macromagnitudes (2)
Explíquense los tres métodos de estimación del