Autores Varios

Cosmopolitismo y nacionalismo


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y los participantes se constituyeron en una verdadera república de las letras cosmopolita con la que fue un verdadero placer trabajar. A todos ellos hay que darles las gracias más sinceras.

      GERARDO LÓPEZ SASTRE

      VICENTE SANFÉLIX VIDARTE

      ¿SON LOS COSMOPOLITAS ILUSTRADOS ELITISTAS? REFLEXIONES SOBRE LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS DE PIERRE BAYLE

      John Christian Laureen

      Universidad de California, Riverside

      Puesto que hay a nuestra disposición y compitiendo entre sí muchas imágenes de uno mismo, supongo que algunos lectores de este libro puede que no se vean a sí mismos primariamente y sobre todo como ciudadanos de la república de las letras. Para algunos, esta frase sonará como una antigüedad fantasiosa y curiosa, y en el mejor de los casos nos recordará ideales pasados. Pero voy a intentar mostrar que una lectura de la primera publicación importante que llevaba su nombre, las Nouvelles de la République des Lettres, de Pierre Bayle, desde 1684 hasta 1687, puede provocar una reflexión fructífera sobre lo que significa, incluso hoy en día, ser un estudioso, un profesor, un lector, un escritor; en breve, una persona culta. Me ocuparé también del tema del elitismo de la república de las letras y sugeriré que no hemos progresado necesariamente más allá de la época de Bayle en lo que a este tema se refiere.

      Interrogar las ideas y las prácticas de Bayle sobre la república de las letras significará tratar tanto de asuntos de los que Bayle se ocupó expresamente –tales como la imparcialidad del periodista y el historiador y los deberes de los ciudadanos de la república de las letras en las controversias– como de temas sobre los que Bayle tenía muy poco que decir, pero que podrían verse iluminados por lo que dijo y por lo que hizo. Estos últimos incluyen 1) las diferencias entre las personas cultas y las incultas, y 2) la tensión entre la ciudadanía convencional y la ciudadanía en la república de las letras. De alguna manera, resulta artificial separar estos temas, algo que haré con propósitos interpretativos, pero espero que quede claro cómo se sobreponen y confluyen entre sí.

      Una parte muy importante de lo que vamos a decir depende del contexto, así que es necesario comenzar con algunos de los hechos básicos del proyecto de Bayle. Desde marzo de 1684 hasta febrero de 1687, período durante el que editó las Noticias de la República de las Letras, Bayle vivió en Rotterdam como exiliado hugonote de su Francia nativa. Escribió la mayoría de las 629 noticias y reseñas que componen sus 36

      volúmenes mensuales, con una media de diez reseñas y ocho breves noticias de libros por volumen. Fueron años importantes, no sólo para el propio Bayle, sino también para la política en relación con la religión y con la cultura de su alrededor. En octubre de 1685 fue revocado el Edicto de Nantes, lo que completaba la supresión de la religión de Bayle, el protestantismo calvinista, en Francia. En noviembre de ese año, su admirado hermano mayor, Jacob, murió en prisión, aparentemente como parte de la represalia del Gobierno francés por uno de los libros de Bayle.

      También hay que destacar brevemente dónde se sitúa este trabajo editorial dentro de la carrera literaria de Bayle. Vino poco después de sus primeras obras importantes, los Pensamientos sobre el cometa y la Crítica general de Maimbourg de 1682, y bastante antes de su famoso Diccionario histórico y crítico (1697, 1702). Durante el tiempo en el que estaba editando esa publicación periódica, escribió también algunas obras importantes, incluyendo La Francia completamente católica (1686) y el Comentario filosófico a las palabras «Oblígales a entrar» (1686). Las ideas de Bayle sobre numerosos temas evolucionaron durante las dos décadas y media de su carrera literaria activa, pero nosotros nos centraremos sobre todo en nuestro breve período.

      1. LOS DEBERES DE LOS CIUDADANOS

       DE LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

      En el prefacio a su publicación periódica, Bayle expuso algunos de los deberes del ciudadano de la república de las letras. Quizá el primer deber del ciudadano de la república de las letras sea el de participar activamente en la vida literaria de la república. En su prefacio, Bayle espera que los lectores que tomen en serio este mandato y la satisfacción pública de las gens de lettres no rehusarán ayudar en forma de noticias que publicar en su periódico (p. 1). A tono con su medio ambiente calvinista –y a este respecto, con el republicanismo antiguo– Bayle siempre se concentra más en los deberes que en los derechos.