Sergio Arlandis López

Olvidar es morir


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      ÁMBITO DESPUÉS DE ÁMBITO

      Alejandro Duque Amusco

      Instituto Lluís Vives de Barcelona

      Vicente Aleixandre no escribía meramente poemas, sino poemas para un libro, descontados aquellos de ocasión y compromiso que a veces se veía obligado a escribir. El libro lo entendía como un sistema orgánico, cerrado y perfecto. La idea de libro se anteponía en él con tal fuerza que desde antes de su primer posible poema necesitaba ya de un título que orientase, como con un resplandor intuitivo, el sentido de avance de su escritura. En mayor o menor grado, sus compañeros de la generación poética del 27 compartieron con él esta misma concepción del libro, heredada de Juan Ramón Jiménez, como arquitectura férrea, trenzado sistema en el que pocos puntos de fuga se permiten.

      La razón de la exclusión no es estética, sino de inadecuación a la arquitectura cerrada del libro. Cada poema desestimado necesitaría de una explicación singular y concreta, para él sólo, de por qué no encaja adecuadamente entre los demás elegidos. Comprender los posibles argumentos por los que un texto fue eliminado en su momento tiene más importancia de la que parece y ayuda a la comprensión general del libro. Es una vía negativa que aporta nueva luz sobre la «edificación» de su obra; de ésta (Ámbito) y, estamos también por decir, de las demás.

      Lo significativo es, en este caso, que para un libro que iba a estar formado sólo por treinta y cinco poemas el autor escribiera, hasta donde hoy sabemos, diecinueve o veinte más. Y no se descarta la posibilidad de que en un futuro próximo aparezcan otros poemas pertenecientes a este ciclo primero. La catalogación exhaustiva de todos los documentos y manuscritos del poeta y la búsqueda entre las cartas y los escritos enviados a sus amigos pueden propiciar todavía más de un importante rescate.

      GÉNESIS DE SUS LIBROS

      Por cuatro momentos pasaba el libro de poemas de Aleixandre en su génesis hasta quedar terminado.

      Este segundo momento era el fundamental en la génesis de la obra, pues proporcionaba el cuerpo textual de ésta. Luego –tercer paso– venía el trabajo de selección, procurando no repetir temas o versiones semejantes. Definía y perfilaba un criterio arquitectónico para organizar el libro, y dejar fuera lo que rompía la unidad final y definitiva. Desde Ámbito, Aleixandre se siente atraído por las simetrías no del todo perfectas, procurando que cada ruptura del equilibrio suponga al mismo tiempo una intención plena de sentido.

      Y cuarto y último momento: una vez aparecido el libro, aún seguía escribiendo poemas de su ciclo que, en algunas ocasiones, llega a dar en revistas o publicaciones sueltas. Este largo proceso creativo lo observa Aleixandre de modo fiel y meticuloso desde su libro inicial.

      EL CONTRALUZ: ELEMENTO ESTRUCTURAL

      Lo que formalmente es una evidencia –la quiebra de la estabilidad–, en el plano del contenido encuentra también una correspondencia perfecta, y merece la pena detenerse en su análisis.