pendiente de todos los ángulos.
» Hay que hacer que las cosas funcionen de otra manera si queremos avanzar.
Y para tocar los diferentes ámbitos que tiene la creatividad en nuestro día a día, hablamos con la referencia en el mundo empresarial y profesor del IESE, Santiago Álvarez de Mon, que nos dijo:
» La creatividad es enfrentarte a un territorio inhóspito, que es la aventura de vivir. El acto de crear es algo que es inherente al ser humano, algo que distingue a los humanos de los demás seres. La creatividad es talento, acción humana que se precipita en la creación.
» A nivel personal he creado mis libros, mis formaciones, mis hijos.
» La intuición es una parte importante de la creatividad
¿Qué mejor que hablar de creatividad con el experto mundial en ecosistemas creativos, motivación e innovación, Lofti El-Ghandouri, creador de Creative Society Group?
La creatividad es el impulso de un proceso que nos lleva a hacer emerger algo diferente. La creatividad puede llevar a una creación o a una innovación. Para el proceso funcione necesitas personas radicalmente diferentes en espacios radicalmente diferentes. Si lo que emerge de tu proceso creativo tiene un impacto positivo, entonces has innovado; si no aporta nada, es una simple creación. Desafortunadamente, tenemos demasiadas creaciones y pocas innovaciones. Por ello, debemos dejar de hablar de creación y hablar más de impacto. Hacerlo permite poner el foco en el resultado y responsabiliza a los «creadores».
¿Qué claves sacamos de esta definición?
» La creatividad produce algo diferente.
» Es innovación cuando produce un impacto positivo en los demás.
» Es hora de apostar por las innovaciones, por el verdadero impacto en los demás.
Y, para terminar, os dejo mi definición de creatividad y tres claves sobre ella:
La creatividad es un poder que tenemos todos, pero que pocos utilizan: el poder de crear nuestro mundo según lo vemos a través de nuestros sentidos e intuiciones. La creatividad distingue la mediocridad de la excelencia, el impacto del aburrimiento, el legado del desconocimiento… Todos los días estamos creando, lo percibamos o no.
» La creatividad es tu instinto. Es tu personalidad hecha acción.
» La creatividad distingue al éxito de la mediocridad.
» La creación más importante que, por ahora, he hecho en mi vida ha sido crearme a mí mismo.
De estas conversaciones hemos observado varias cosas sobre la percepción que tiene la gente de la creatividad:
• Se sigue creyendo que la creatividad es crear a través de un método establecido, cuando hemos visto que la creatividad nace de tu visión orgánica de ver las cosas de una manera diferente a como lo hacen los demás. La creatividad también es emoción e intuición, no solo razón.
• Todos se dieron cuenta de que son y han sido creativos, al crear una familia, una empresa o un método que ayuda a miles de personas en todo el mundo. Todo es creatividad.
• La desgana, la desmotivación y la desidia son grandes venenos de la creatividad. Y en estos momentos que vivimos, están muy presentes en la sociedad.
• La creatividad nace del pensamiento crítico de la persona. Sin esa duda a lo que ve, todavía seguiríamos viviendo en las cavernas.
• Crear, todos creamos cosas, pero no es lo mismo que generar un impacto positivo en los demás. Estamos faltos de innovación, de mejoras verdaderas en la sociedad. Porque copiar, todos copiamos, pero eso no genera una innovación.
• Igual que todos los músculos se desarrollan cuando vas al gimnasio, con la creatividad pasa igual. Si no crees en ti, la creatividad nunca se desarrollará.
Como vemos, la creatividad sigue siendo algo que está presente en nuestras vidas, pero a lo que le tenemos miedo, ya que significa un viaje hacia nuestro interior y una exposición ante los demás que no sabemos ni podremos dominar de antemano.
Este libro no quiere que te conviertas en un nuevo Ferrán Adrià de las maderas o un Elon Musk del taxi con tu creatividad, sino exponer que tienes dentro de ti algo especial que te hace único y que, si hasta la fecha no la has aprovechado, descubras todos los beneficios que te puede reportar.
2.1. La creatividad es aniquilada desde la escuela
Dicen que vamos a la escuela a aprender y a ser mejores personas.
Siempre me repite mi madre el primer día que fui a la guardería. Al comienzo del segundo día, le dije a mi madre que no quería ir, que ya había ido un día, que qué sentido tenía ir otro. Y ella siempre me explica que me dijo: «Para que aprendas muchas cosas y seas un buen chico».
Vamos a jugar respondiendo a estas preguntas: ¿Os acordáis de cómo hacer las divisiones con decimales? Y eso sí, sin calculadora, por favor. ¿Y de lo que es un meandro sin mirar en Google? Seguro que la respuesta es no.
Desde que entramos a la escuela, nos están diciendo por activa y por pasiva que nuestro deber es aprender y replicar en el examen lo que dice el profesor. Ya que, si así lo hacemos, siempre sacaremos más de un cinco y seremos seres de provecho para la humanidad. Pero lo peor de todo es que, si no aprobamos los exámenes, nuestro futuro será negro para el resto de nuestros días.
Es la escuela el lugar desde donde empezamos a matar a la creatividad. Definimos el futuro de una persona en función de si aprueba o no un examen. Decidimos que ese niño o niña será una buena persona si no se sale de la fila y hace caso a todo lo que dice la profesora.
Los de la generación de la EGB nos hemos dado cuenta de que el sistema educativo español consiste en ir superando los diferentes ciclos si sabes repetir a la perfección lo que dijo el profesor el día de antes. Desde la guardería, no somos formados, somos aleccionados. Y cuanto más aleccionados estemos, más estaremos oprimiendo nuestra creatividad.
Decimos que los niños no tienen prejuicios. Que debemos mantener su ingenuidad. Pero lo único que hacemos en la escuela es amedrentarlos desde el método del castigo ante la mera intención de saltarse las normas. De mayores queremos gente con ideas que nos hagan avanzar, salir de la crisis, pero de pequeños nos dicen que salirnos de las normas está muy mal visto para tus intereses y tu futuro.
Qué incongruencia.
No solo en la infancia se mata la creatividad, sino en todas las etapas de nuestra vida. La creencia de que hay que «estudiar algo que tenga salidas profesionales» se ha impuesto sin paliativos para determinar el futuro profesional y personal de una persona, ya que es mucho mejor que apostar por el desarrollo del talento que parece que tiene ese niño para el dibujo o los idiomas.
Desde pequeños se nos enseña que el pensamiento convergente, aquel que se basa en la razón, la lógica y la experiencia, es totalmente opuesto al pensamiento divergente, que se basa en una forma de pensar diferente a la convencional, especialmente a la hora de proponer soluciones. Cuando le pides a un niño que dibuje una silla o un elefante, siempre va a intentar dibujar algo parecido a lo que ve en la televisión o a lo que le han enseñado en la escuela. Pero, como bien sabemos, no todas las sillas son iguales: las hay de diferentes tamaños, colores, con respaldo o sin respaldo… Pero ¿qué acabará dibujando? Cuatro patas, un respaldo y ya está.
Desde pequeños nos están inculcando una definición de éxito igual para todos: sacar buenas notas, conseguir hacer el kilómetro en la clase de gimnasia en el tiempo establecido y tener amigos con los que salir el sábado por la tarde. Pero la realidad es que el yo adulto y creativo se ha dado cuenta de que el mayor de los éxitos es ser uno mismo en una sociedad de copias baratas y falsas.
Eso que nos enseñan desde pequeños, esa comparación con los compañeros de clase o con nuestros propios hermanos, lo único que está haciendo es apocar