Don

Descubra sus dones espirituales


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adecuadamente, de igual manera, el Cuerpo de Cristo necesita personas con diferentes dones motivacionales para que el Cuerpo pueda funcionar adecuadamente. Debemos estar unidos a pesar de nuestra diversidad.

      Es bueno saber que no todos tenemos que comportarnos igual. Está bien que seamos diferentes.

      En segundo lugar, podemos ver a través de esta analogía que no tenemos que hacer las cosas “por nosotros mismos”. Nosotros hacemos nuestra parte. Otros hacen su parte. Juntos llevamos a cabo la obra del ministerio de nuestro Señor.

      Recuerdo que siendo adolescente, escuchaba un sermón diferente cada semana y me esforzaba por hacer lo que decía el predicador. Un domingo él predicaba sobre la importancia de la oración, y durante toda la semana siguiente yo oraba intensamente. La semana siguiente él predicaba sobre tener un corazón de siervo, y yo me esmeraba por servir a cualquier persona con la que me encontrara. El siguiente domingo tal vez predicaba sobre el diezmo, y yo resolvía aumentar mis ofrendas. O quizás se predicaba sobre el amor y yo, enjugándome la frente del cansancio y respirando hondo, salía de la iglesia decidida a amar, costara lo que costara.

      Y me acerqué al colapso tratando de hacer todas aquellas cosas. Aspiraba a ser una “super-cristiana” y era imposible alcanzar esta meta. Estaba convencida de que tenía que sobresalir en todas estas áreas si quería agradar a Dios. Y al fallar, como lo hubiera hecho cualquier persona, me llené de culpabilidad y condenación.

      Me sentí tan aliviada cuando descubrí los dones motivacionales, y me di cuenta de que no tenía que ser o hacer todo bien, sino que podía concentrarme en aquellas áreas en las que había sido dotada por Dios. También me ayudó a apreciar los diferentes dones que tenían los demás.

      En tercer lugar, Pablo enfatiza nuestra dependencia mutua en el Cuerpo de Cristo. Realmente nos necesitamos unos a otros. Ningún miembro del Cuerpo de Cristo puede retirarse a una isla desierta y ser un cristiano victorioso por sí mismo. Dios nos ha hecho así a propósito, de manera que estemos incompletos sin la interacción y el ministerio de nuestros hermanos cristianos.

      David DuPlessis, quien fue conocido internacionalmente como “el señor Pentecostés” debido a los años que pasó tratando de acercar a las denominaciones alrededor del mundo, solía decir lo siguiente: “Cuando conozco a alguien no importa quién es siempre me pregunto: ‘¿Qué puedo impartir a esta persona, y qué puede ella impartirme a mí?’ ”

      LOS DONES EN EL CUERPO

      Un día le dije al Señor: “Ya que Pablo puso esta analogía del Cuerpo antes de la lista de los dones motivacionales en Romanos 12, ¿será que cada don corresponde a una parte del cuerpo físico?”

      El Señor no solamente me mostró dónde podía encajar cada don en tal esquema, sino que también me dio una escritura para cada uno.

      1. Percepción: Este don son los ojos del cuerpo

      “Pero bienaventurados – felices, afortunados y dichosos – vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen...” (Mateo 13:16, TAB).

      Es evidente que los que tienen el don de percepción han sido dotados con mejor visión espiritual que todos los demás miembros del Cuerpo de Cristo. Ellos ven cosas que los demás generalmente no vemos.

      “La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si su ojo es bueno, todo su cuerpo estará lleno de luz; pero si su ojo es maligno, todo su cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?” (Mateo 6:22-23).

      Aunque estas palabras de Jesús puedan aplicarse al individuo, también se aplican directamente al Cuerpo de Cristo. El que tiene el don de percepción tiene una responsabilidad especial de mantener los ojos limpios y saludables para poder percibir con ellos las verdades de Dios. De todos los miembros del Cuerpo, este es el que menos puede permitir contaminación o pecado en su vida, porque si lo hace, su visión se nublará. El resto del Cuerpo cuenta con que los que perciben podrán identificar y proclamar adecuadamente la voluntad de Dios. Si el que tiene el don de percepción no está viviendo en santidad, su visión se dañará y proclamará la voluntad de Dios equivocadamente. De hecho, lo que él ve como algo verdadero, puede ser un error, lo cual guiará a muchos por mal camino. Entonces ¡la oscuridad se multiplicará!

      2. Servicio: Este don son las manos del cuerpo

      “Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos llenas al menesteroso [ya sea en cuerpo, mente o espíritu]” (Proverbios 31:20, TAB).

      De todos los dones, podemos notar que los que tienen el don de servicio son literalmente los que más habilidad tienen en las manos. Tienen gran destreza. Pareciera que pueden construir o arreglar casi cualquier cosa.

      1 Corintios 12:28 se refiere a este don como el don de ayuda. Estas personas disfrutan de ayudar a los demás, en cualquier lugar y a cualquier hora... especialmente cuando se trata de ayudar de alguna manera práctica.

      3. Enseñanza: Este don es la mente del cuerpo

      “Y estos [judíos de Berea] eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra [el mensaje] con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11, TAB).

      Los maestros han sido excepcionalmente dotados de inteligencia. Al principio, quizá esto no nos parezca justo a los demás, pero recordemos que para ser la mente del Cuerpo ellos necesitan ser muy dotados. Estas personas siempre están haciendo preguntas. Quieren conocer las bases de todo, e investigarán hasta que los datos los convenzan de que algo es veraz. Notemos que Pablo elogió a los judíos de Berea porque escudriñaban las Escrituras (lo que nosotros llamamos ahora el Antiguo Testamento), para asegurarse de que su aceptación de las buenas nuevas de Jesús tenía en una base comprobable.

      4. Exhortación: Este don es la boca del cuerpo

      “Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los principales [de la adoración] de la sinagoga mandaron a decirles: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad” (Hechos 13:15 TAB).

      Los que tienen el don de exhortación hablan mucho. En broma hemos dicho que de todo el Cuerpo de Cristo, ellos son los que tienen las mandíbulas más engrasadas. Pero, en serio, Dios los ha capacitado con una maravillosa habilidad de hablar. ¿De qué otra forma pudiera podrían exhortar, consolar y animar a otros?

      5. Dar: Este don son los brazos del cuerpo

      “Mostró fuerza e hizo proezas con su brazo...” (Lucas 1:51, TAB).

      En este pasaje del Nuevo Testamento, María está recitando una escritura del Antiguo Testamento que muestra que el brazo de Dios es fuerte. (Otro ejemplo es Isaías 51:0, TAB: “Despiértate, despiértate, vístete de poder [y fuerza], o brazo de Jehová.”)

      Los que tienen el don de dar tienen mucha fuerza en el área espiritual, pues ellos ayudan a que la obra cristiana se extienda. ¿Recuerda cuando Moisés levantó sus brazos para que el pueblo de Israel ganara la batalla contra los amalecitas? (Véase Éxodo 17:8-18.) Cuando sus brazos se cansaban, él los bajaba y los amalecitas empezaban a ganar la batalla. Entonces, Dios proveyó a dos personas para ayudar al pueblo: Aarón y Hur. Estos sostuvieron los brazos de Moisés hasta que se puso el sol y los israelitas ganaron la batalla. Los que tienen el don de dar son un apoyo fuerte para aquellos que se encuentran en medio de la batalla espiritual o los que están en otras naciones predicando el evangelio.

      6. Administración: Este don son los hombros del cuerpo

      “Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos es dado, y el principado será sobre su hombro...” (Isaías 9:6 TAB).

      Los administradores son los hombros en el Cuerpo de Cristo, llevando la carga del liderazgo. Los administradores sabios saben cómo dar su carga a Cristo de manera que Él los ayude a llevarla.

      7. Compasión: Este don es el corazón del cuerpo

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