impreso, aunque en el contexto de un verso bastante libre, resulta más cercana al toscano que la del manuscrito, en cuanto que traduce conservando en castellano el lexema de la lengua fuente (incontr-). Nótese, sin embargo, que la idea del golpe parece quedar omitida en las versiones castellanas, aunque podría postularse que la variante «topar» del manuscrito incluye como rasgo semántico el «choque». Sucede algo similar en el ejemplo 3: al confrontar la traducción con el verso de la Commedia —«tra ‘l pozzo e ‘l piè de l’alta ripa dura» (XVIII, 8)— encontramos que la variante del impreso («roca dura») conserva incluso el lexema del toscano mientras que la opción del manuscrito ofrece una traducción más alejada de la fuente («obscura»). Está de más aclarar que de ser este manuscrito el testimonio utilizado en la imprenta, no se explica cómo a partir de una lección más libre respecto del toscano, se llegue en la imprenta justamente a una más literal. Este caso, de hecho, es similar a los vistos en la última parte del apartado de las enmiendas, pues la glosa parece transmitir la lección del manuscrito: «Entre aquel pozo que es el nono cerco y su roca obscura» (ɔ3r). Lo mismo se puede plantear en casi todos los casos que analizaré en el cuadro II.2 (vid. infra ejemplos 6, 7, 8 y 9).
Los otros ejemplos de este cuadro (2, 4 y 5) presentan, en cambio, variantes que parecen ser igual de libres en relación con el texto dantesco. En el caso 2, el toscano decía «[…] dove fortuna la balestra» (98), es decir, donde la fortuna la «ballestea», la arroja, la expele. El verso de Villegas omite la imagen del alma siendo despedida (imagen en íntima relación con el tipo de pena: los suicidas que desdeñaron de su cuerpo, son ahora desdeñados) y opta por otra visión de la fortuna utilizando el verbo «adiestrar», en el sentido de guía, que se utilizaba muchas veces en un contexto semántico cristiano.77 El «mostrar» del manuscrito parece ser, pues, una diversa opción de estilo que, aunque conserva un sentido similar, no posee una connotación cristiana tan evidente. La variante que nos trasmite el comentario —«a do la guía la fortuna» (x1v)— parecería indicar que es «la adiestra» la opción por la que se decidió el traductor.
En el ejemplo 4, la fuente toscana transmitía: «e io senti’ chiavar l’uscio di sotto/ a l’orribile torre [...]» (XXXIII, 46-7), cuya traducción literal sería «y yo oí clavar la puerta de abajo [...]».78 Villegas traduce estos versos omitiendo el objeto del chiavare —«uscio»— que pasa ahora a ser, según el verso que sigue en ambos testimonios —«la torre espantosa que nos encerraba», 6h—, la torre. Para que le dé el esquema isorrítmico del verso, agrega un término: en el impreso «sonaban» que acentúa el aspecto sensitivo de la acción y en el manuscrito «cerrando», que esclarece la acción aludida con el «chiavare». Como sucede muchas otras veces cuando hay una omisión, en la glosa repone el objeto omitido: «oxó como enclavaban abaxo la puerta» (N2v). Las variantes parecen ser, pues, opciones de estilo, siendo la del manuscrito (clavaban cerrando la torre) una opción tal vez más natural que la del impreso (sonaban clavando la torre) en cuanto que la colocación clavar + torre es en castellano una combinación léxica menos artificiosa que sonar + torre.
En el último caso el texto dantesco decía «qui le strascineremo [...]» (XIII, 106), cuya traducción literal sería «aquí los arrastraremos». El referente del pronombre «le» se encuentra unos versos antes: «nostre spoglie» (XIII, 103) (nuestros despojos/ nuestros cuerpos muertos). Villegas traduce nuevamente mediante una modulación (visión activa por pasiva) al reponer el referente del pronombre objetivo y convertirlo en sujeto gramatical paciente («serán nuestras carnes aquí derrostradas/destrozadas»). En la glosa el arcediano introduce el mismo verso del impreso pero agrega algo más: «serán nuestras carnes aquí derrostradas y arrastradas los rostros por el suelo» (x2r). Siendo que una versión más literal del «strascineremo» —«serán arrastradas»— habría sido posible en cuanto a que el esquema silábico-acentual y la rima se mantienen —el acento del «aquí» impediría la sinalefa—, el «derrostradas» parece ser una opción del traductor para inducir un patetismo mayor, opción confirmada por la glosa, donde incluye la opción más literal «arrastrar», pero en relación a la imagen del rostro arrancado de la carne —derrostrado—. En este sentido, el «destrozadas» es una opción más lejana respecto del texto fuente y se podría postular, teniendo en cuenta la rareza del verbo «derrostrar», que es una lectio facilior, error en el que se incurre al copiar el testimonio.79 Podría ser también una variante de estilo, en la que nuevamente se allana el texto, aunque en ese caso no se explicaría cómo no se eligió el término «arrastrada», más cercano al del toscano. Señala Mondola (2017, p. 41) que la tinta del «destrozadas» es menos intensa y probablemente posterior. En efecto, teniendo en cuenta el último tipo de enmiendas analizadas en el apartado anterior, es posible suponer que el verso dijera «arrastradas» —lección que transmite la glosa, de acuerdo a la dinámica ya expuesta— y la mano que corrige según el impreso cometiera en este caso una lectio facilior. De una u otra manera, es una prueba más de que la versión del manuscrito es copia de una versión diversa a aquella en la que se basa el texto poético del impreso.
La relación de las variantes con la lección que nos trasmite la glosa será más reveladora en los siguientes ejemplos:
Cuadro II, 2
En el primer caso, la lección del impreso se atiene más al texto fuente, que decía «[...] e vedi ’l grande Achille» (V, 65), mientras que la del manuscrito ofrece un juicio de valor moralizante, acorde con la tendencia general de la traducción. Resulta interesante, sin embargo, que en la glosa del impreso cuando retoma este verso dice «y bimos después a aquel pérfido Archiles» (k1r). Un caso bastante similar a éste es el del ejemplo 7: la lección del impreso es nuevamente una versión más cercana al texto dantesco, que rezaba «ma nondimen paura il suo dir dienne,/ perch’ io traeva la parola tronca» (IX, 13-4). Aunque en el impreso traduce el sintagma mediante una modulación antitética, mantiene una traducción literal del término «paura» (miedo), término que en el manuscrito se traduce mediante la locución verbal «poner cuidado», más alejada del término dantesco por cuanto resalta la consecuencia del sentimiento —y por tanto el accionar— y no el sentimiento en sí. En el comentario dice, sin embargo: «pues seyendo estas palabras troncadas [...] como suelen hacer los cuidosos y pensatibos [...] dize el Dante pónenme en cuidado que lo malo dellas [...] se nos diga» (p6v). Se observa la misma dinámica: la lección del impreso resulta más apegada al toscano y, sin embargo, es la del manuscrito la que se acoge en la glosa.
Los otros casos presentan características análogas. En el segundo (ej. 8) se observa la tendencia del impreso a conservar lexemas similares, en esta ocasión, por medio de un calco de «riguardar». El verso dantesco completo decía «[perché se’ tu sì gordo/] di riguardar più me che li altri brutti» (XVIII, 118-9). La opción del manuscrito «remirado» parece ser una vez más una opción de estilo, más natural en relación a la lengua meta. En la glosa del impreso, sin embargo, dice: «por qué me has remirado más que a los otros» (ɔ8v). Sucederá algo similar en el ejemplo 9, donde la lección del impreso «fablando» es una traducción más literal del verso dantesco —«così parlammo infino al loco primo» (XXIX, 37)— que la que nos trasmite el manuscrito («tratando»), que en este caso no parece implicar ningún cambio importante, más que ser otra opción de estilo. La glosa, no obstante, trasmite esta misma variante: «tratando de esto que ha dicho fasta el otro valle» (K1v). En el último caso (ej. 10), el toscano decía «e disse: pria che noi siam più avanti» (XXXI, 29): «pria» (forma poética de «prima») en italiano significa «antes de». En la versión del manuscrito se traduce este verso mediante una transposición (cambio de categoría o estructura gramatical)80 que genera a su vez una modulación: introduce un verbo que duplica la función de la didascalia («te digo y sabrás»), seguido de la preposición «sin». Por tanto, en «te digo [...] sin que más te adelantes» se mantiene el significado del «antes que» aunque cambiando la perspectiva temporal por una de privación o carencia —del movimiento—. Luego glosa: «asý que le dize antes que te adelantes ni vayas mas adelante