pp. 223-241, especialmente pp. 230-231.
22. Fernando Lázaro Carreter, «Poética del arte mayor castellano», Studia Hispanica in honorem R. Lapesa, I, Madrid, Gredos, pp. 343-378, cita en p. 351. Profundizaré en todas estas cuestiones en el próximo capítulo.
23. Cito tan sólo un ejemplo: «En el canto treinta y vno copla que comiença ‘desciende nos baxo’ verso segundo dize ‘cociton elado’ ha de dezir ‘cocito elado’» (O8v). El verso completo dice «del Cocito[n] elado do yr procuramos». Cada hemistiquio del verso de arte mayor posee sin excepción dos tiempos marcados, separados entre sí por dos sílabas átonas — ó o o ó — (vid. infra 2.1.1). En este caso, la presencia de la «n» impide la sinalefa necesaria para que haya dos sílabas átonas entre cada ictus («del| Có|cy|to_e|lá|do»).
24. Antonio Rodríguez-Moñino y María Brey Mariño, Catálogo de los manuscritos poéticos castellanos existentes (siglos XV, XVI y XVII) en la Biblioteca de The Hispanic Society of America, New York: The Hispanic Society of America, 1965, tomo II, p. 52. Margherita Morreale, «Apuntes...», art. cit., p. 225.
25. Faulhaber, Medieval Manuscripts..., op. cit., p. 517.
26. Transcribo de aquí en más del ejemplar I/B/21 de la Real Biblioteca, consignando folio entre paréntesis. Para los pasajes de la glosa dispongo antes del folio el número de canto y copla. En mi transcripción desarrollo abreviaturas, regularizo y modernizo el uso de mayúsculas y uso criterios actuales de acentuación, puntuación y separación de palabras. El resaltado de aquí en más será siempre mío. Para una transcripción total del prólogo puede consultarse el tomo II de mi tesis doctoral (http://repositorio.filo.uba.ar) o mi edición crítica de la traducción: El Infierno de Dante..., op.cit.
27. Nótese el acento que Villegas le pone, en la primera cita, a su «servicio». En ese sentido es interesante tener en cuenta el trabajo de Marina Núñez Bespolva sobre el mecenazgo nobiliario en la época de los Reyes Católicos, donde aclara: «Para la época que nos interesa, el mecenazgo se manejará con un modelo paralelo al feudal, en el que el vasallaje también será el sistema que predomine en el ámbito cultural» («El mecenazgo nobiliario en la literatura de la época de los Reyes Católicos. Primera aproximación» en Nicasio Salvador Miguel y Cristina Moya García, eds., La literatura en la época de los Reyes Católicos, Madrid, Iberoamericana, 2008, pp. 167-188, p. 176). Aquí, además, analiza el tipo de mecenazgo entre nobles y religiosos dividiéndolo en tres categorías: escritor religioso anónimo, capellán del noble y finalmente los religiosos relacionados con la corte real (ibid., p. 180). Villegas podría ubicarse en alguna de las últimas dos categorías pues, aunque es un religioso al servicio de una noble, como se verá en 3.1.2 el palacio del Condestable (la Casa del Cordón) del que Juana es señora hospedaba en esa época a la corte regia.
28. Margherita Morreale, «Apuntes...», art cit., p. 225. Mondola (Dante nel Rinascimento..., op. cit., p. 44-5) señala: «Il manoscritto presenta una letra quattrocentesca, particolare da cui Margherita Morreale ha dedotto che Villegas abbia iniziato a lavorare alla traduzione dell’Inferno poco dopo essere tornato in Castiglia [...]. La prima pagina del manuscritto è di fondamentale importanza poiché presenta l’opera e informa che Villegas «glosò y comentó» la Comedía [...]. Ciò costituisce la prova che, già alla fine del Quattrocento, don Pedro avesse elaborato il ricco comento che avvolge i versi nell’edizione del 1515 [...]».
29. Carlos Alvar, «Notas para el estudio...», art. cit., p. 34.
30. Maribel Andreu Lucas, La amplificación..., op. cit., p. 14.
31. Carlos Alvar y José Manuel Lucía Megías, Repertorio..., op. cit., p. 96-7.
32. Villegas señala su parentesco con Pérez de Vivero y su participación en la condena del Condestable en la glosa al canto I. Transcribo el pasaje en el capítulo III (específicamente 3.2.1). Sobre este personaje, uno de los más vituperados en la Crónica de Álvaro de Luna, véase: Alfonso Franco Silva, «Alfonso Pérez de Vivero, Contador Mayor de Juan II de Castilla: un traidor y su fortuna», Hispania: Revista Española de Historia, vol. 47, nº 165, 1987, pp. 83-116. Nótese que este dato, ausente de mis artículos, así como la bibliografía a la que reenvío, se encuentra en mi tesis doctoral (2012a) en la p. 36.
33. Véase para todo esto Miguel Salvá y Pedro Sainz de Baranda, «Memorias del doctor don Pedro Fernández de Villegas, arcediano de Burgos» en Colección de documentos inéditos para la historia de España, Madrid, Imprenta de la Viuda de Calero, 1852, vol. XIX, pp. 408-435, referencia a su viaje a Italia en p. 415.
34. Pablo Puente Santidrián, «Fernández de Villegas, humanista ascético, traductor de Plutarco», Burgense: collectanea scientifica, nº 11 (1970), pp. 409-414, referencia a la fecha del viaje en p. 409.
35. En la glosa a la copla 24 del canto IV donde aparece Cicerón, Villegas añade una anécdota, sobre su hija y su sepultura, que según fuentes modernas sucedió en agosto de 1485: «Fue fallada y abierta la sepultura desta, el año de mill y quatrocientos y ochenta y cinco, que fue el primer año del pontificado del papa Inocencio Octauo. Tenía una cobertura de cierta confación como vna costra, [...] traxéronla a Roma de donde fue fallada que hera cerca del Monesterio de las Tres Fontanas, y yo la vi en el Capitolyo, que residía yo estonces en la Corte Romana» (IV, copla h8v). Analizo con más profundidad este fragmento en 6.1 y en Hamlin 2012d, pp. 459-60. Es pertinente destacar que este dato —igual que todos los de este capítulo— está presente en mi tesis (p. 36) —usado igual que aquí para corroborar la fecha del viaje de Villegas a Italia—, la cual se encuentra online desde febrero de 2015 (repositorio.filo.uba.ar).
36. Enrique Flórez, España sagrada. Contiene el estado antiguo de las Iglesias de Auca, de Valpuesta y de Burgos, Madrid, Oficina de Pedro Marir, tomo XXVI, 1771, p. 411.
37. Jerónimo Zurita, Historia del Rey Don Hernando el Católico. De las empresas, ligas e de Italia, Zaragoza, Impresores del rey de Aragón, 1580, Libro I, cap. XXXI: «De la embajada que los reyes de Navarra y Francia enviaron al rey estando en Medina del Campo». Cito de aquí en más según la edición electrónica de José Javier Iso y Pilar Rivera, Institución Fernando el Católico, 2005.
38. Cfr. por ejemplo, María Esther Alegre Carvajal, «Prestigio, ciudad y territorio. El papel de Berlanga de Duero dentro de la estructura de poder de los Velasco, Duques de Frías», Tiempos Modernos. Revista electrónica de Historia Moderna, vol. 6, nº 18 (2009), pp. 1-21, p. 10.
39. Véase al respecto Alfonso Franco Silva, «El mariscal García Herrera y el marino S. Pedro Franco Silva Niño, conde de Buelna: ascenso y fin de dos linajes de la nobleza nueva de Castilla», Historia, Instituciones, Documentos, nº 15 (1988), pp. 181-216, especialmente p. 197 y también La fortuna y el poder. Estudios sobre las bases económicas de la aristocracia castellana (s. XIV-XV), Cádiz, Servicio de Publicaciones de Universidad de Cádiz, 1996, p. 519.
40. Jerónimo Zurita, Historia..., op. cit., Libro 3, cap II, «de la venida de la princesa Margarita a Castilla».
41. En el IADF (Ma. Teresa Peña Marazuela y Pilar León Tello, Pilar, eds., Inventario del Archivo de los Duques de Frías I. Casa Velasco. Madrid, Dirección General de Archivos y Bibliotecas, 1955) el testamento de doña Blanca está registrado en el legajo 2388 (p. 395), con fecha 13 de noviembre 1499 y se reenvía al Archivo de los Duques de Frías. Catálogo Antiguo, leg. 180, nº 23 donde se establece la fecha de su muerte el 18 de noviembre de este año. Véase Franco Silva, La fortuna..., ibid.
42. IADF, leg. 2392, p. 395 (ADF, Leg. 180, nº 27). Estos documentos han recibido una nueva catalogación en el Portal de Archivos Españoles (PARES). En este caso: Archivo Histórico de la Nobleza (AHN), Frías, FRIAS, CP. 270, D. 5.