que intentaban organizarse a través de Acción Nacional. Onésimo se dispuso a hacer campaña por este nuevo partido recorriendo los pueblos de Valladolid11 y, el 13 de junio, salió a la luz el primer número de Libertad. Pasadas las elecciones, tras ganar la coalición republicano-socialista y una vez constituidas las Cortes, se formó el primer Gobierno de la República.
Mientras tanto, en Valladolid, las inquietudes políticas del marido de Mercedes Sanz-Bachiller acabaron tomando forma en otra formación política. Los hermanos Onésimo y Andrés Redondo y los hermanos Jesús y Francisco Ercilla fundaron las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica. Era el 9 de agosto de 1931, y para entonces Mercedes ya lucía un avanzado embarazo. La fundación de las JCAH y la dedicación de Onésimo a esta nueva y minúscula formación política12 imprimieron un nuevo carácter en la cotidianidad de la pareja, puesto que las primeras reuniones de las JCAH se celebraban en el domicilio conyugal;13 sin embargo, pronto empezaron a reunirse en lugares más apartados de la capital.14 Las JCAH representaban el ultraderechismo más radical, legitimaban el uso de la violencia como instrumento de lucha contra el marxismo, el anarquismo, el regionalismo, el laicismo y el judaísmo que, según Onésimo y las JCAH, ponían en peligro la España nacida de la Castilla católica y rural, con sus valores tradicionales, y que tenía en sus juventudes la punta de lanza.15 Además, a finales de agosto, mientras se debatían los artículos de la constitución, Onésimo fue denunciado por injurias contra Marcelino Domingo, acusación que fue llevada hasta el Tribunal Supremo, y progresivamente «se convirtió en un interlocutor incómodo para las autoridades, además de ser señalado por los ambientes izquierdistas como un nuevo enemigo a quién combatir».16
Durante el verano de 1931, mientras en Madrid se debatía el proyecto constitucional, las JCAH y el grupo «La Conquista del Estado», liderado por Ramiro Ledesma Ramos, entraron en contacto. Fruto de ello nacieron, el 3 de octubre de 1931, las JONS, dirigidas por un triunvirato formado por Ramiro Ledesma Ramos, Onésimo Redondo y Francisco Giménez, este último sustituido por Bermúdez Cañete. Las JONS adoptaron como símbolos el yugo y las flechas de los Reyes Católicos, y lemas como «Arriba España», «Por la Patria, el Pan y la Justicia» o «España: Una, Grande y Libre», y tomaron la bandera roja y negra, de inspiración anarquista, como propia. En cuanto a las ideas políticas,17 el fascismo del grupo de Ledesma Ramos acabó por predominar en las JONS, quedando como algo más residual el ultraderechismo y el ultracatolicismo de Onésimo Redondo. Los 18 puntos programáticos de las JONS confluían en las ideas de patria, nación, imperio, catolicismo, antiparlamentarismo, antimarxismo, nacionalsindicalismo, repudio de lo extranjerizante, juventud, dignidad y justicia para el pueblo, así como fomento de la explotación comunal y familiar de la tierra. Sin embargo, después de la fusión, las JONS continuaban siendo una minúscula formación con muchísimos problemas económicos, que intentaban salvar con la financiación de los monárquicos, como José María de Areilza, y de Renovación Española, el partido de los alfonsinos.
Además de todo lo dicho, pronto se cruzó la desgracia en la vida de Mercedes y Onésimo, puesto que el 9 de noviembre de 1931, Mercedes dio a luz un niño que murió al nacer, enredado en el cordón umbilical. Mercedes parió sola en su piso de Valladolid, ya que tanto Onésimo como el ginecólogo que debía asistirla en el parto estaban en Palencia, muy probablemente asistiendo al mitin revisionista de las derechas que se celebró el 8 de noviembre. Así lo recogió Carolina Isasi Vicondoa en las memorias de Mercedes Sanz-Bachiller:
Al poco tiempo, Mercedes ya estaba embarazada de su primer hijo que nació muerto, estrangulado por el cordón umbilical, el 9 de noviembre de 1931. El día anterior del nacimiento de este niño, se celebraba en Palencia el mitin de la CEDA y el ginecólogo de Mercedes también había acudido a él.18
Lógicamente, en esa fecha la CEDA no se había fundado, pero en dicho mitin19 intervino José María Gil Robles, lo cual pudo confundirse en la memoria de Mercedes Sanz-Bachiller, al identificar este acto con un acto de la todavía inexistente CEDA. A este mitin revisionista de las derechas asistieron muchos vallisoletanos, entre los que estaría Onésimo Redondo, quien, a pesar de haberse fundado ya las JCAH, todavía seguía colaborando con Acción Nacional.20 También estuvo en este mitin el bilbaíno Javier Martínez de Bedoya, quien, a partir de entonces, empezó a colaborar con el semanario Libertad, que dirigía Onésimo Redondo.21
El 9 de diciembre de 1931, con la ausencia de los diputados de derechas no republicanos, las Cortes aprobaron la Constitución y eligieron a Alcalá Zamora como presidente de la República, que encargó a Manuel Azaña la formación de gobierno. Este nuevo Gobierno tenía importantes reformas22 que acometer. La reforma agraria, aprobada en septiembre de 1932, permitió la expropiación de los latifundios y el asentamiento de los campesinos en ellos. La religiosa englobó varias medidas que pretendían, entre otras cosas, la separación entre la Iglesia y el Estado, la libertad de culto, el divorcio, la secularización de los cementerios o la disolución de la Compañía de Jesús en enero de 1932. Además, la Ley de Congregaciones Religiosas, aprobada en mayo de 1933, contempló el cierre de los centros educativos religiosos o la obligatoriedad para las órdenes religiosas de inscribirse en un registro del Ministerio de Justicia, entre otras medidas. El Gobierno de la República incrementó el presupuesto en educación y logró construir, entre 1931 y 1933, unas 10.000 escuelas y habilitar a unos 7.000 maestros. En relación con la cuestión territorial, se aprobó el estatuto de Cataluña en septiembre de 1932, que permitía su autonomía, su propio gobierno, la Generalitat, y su propio parlamento. El 12 de abril de 1932, además, se decretó la prohibición de utilizar el apelativo «nacional» en los partidos, con lo que Acción Nacional, partido con el que había colaborado Onésimo Redondo en 1931, pasó a llamarse Acción Popular.
Bien pronto, sin embargo, empezaron las protestas, huelgas e insurrecciones, a las que se respondió con la acción represiva de las fuerzas del orden, principalmente la Guardia Civil y los Guardias de Asalto, unas acciones que empezaron a ser noticia y a poner entre las cuerdas al Gobierno de la República. Los sucesos de Castilblanco y Arnedo, entre finales de 1931 y principios de 1932, fueron los más graves por el número de víctimas mortales y por la acción desmesurada de las fuerzas del orden, hechos por los que el general Sanjurjo, director general de la Guardia Civil, fue destituido.
A los pocos meses, el 10 de agosto de 1932, y desde Sevilla, el general Sanjurjo dio un golpe de estado que fracasó, pero que tuvo consecuencias muy importantes para la vida de Mercedes y Onésimo. Entre otras cosas, el semanario Libertad fue suspendido, y Onésimo, de quien las autoridades sospechaban que había participado en la sublevación, avisado de su probable detención, decidió marchar a Portugal. Recordaba su hermano Andrés que
Se fue a la finca de Eduardo Calero, en el monte de Torozos. Allí pasó cinco días [...]. Lo que más le decidió a Onésimo a cruzar la frontera fueron los doce años de prisión que habían ido acumulando los fiscales en sus procesos contra él por artículos en Libertad y que ahora, en medio de este ambiente, les tocaba ya sustanciarse. Fue el propio Eduardo Calero el que le propuso entrar en Portugal. En Puebla de Sanabria (Zamora) tenía un amigo agricultor. [...] Con motivo de una romería, de las que se celebran alrededor de la Virgen de Agosto, en el pueblo fronterizo portugués de Franca, este agricultor, conocido por todos